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Walter Ocampo, Alcalde de la Concordia. Foto: Eduardo Flores/Agencia Andes.
Por ANDES. (Entrevista)
- ¿Cómo tomó la población el decreto de consulta popular ?
- Los que decían que no iba a haber una consulta me creían loco, y ahora que se pronunció el presidente Rafael Correa y el Consejo Electoral ha dado fecha para el 5 de febrero, la población salió a las calles a festejar, parecía año nuevo, solo faltaban los juegos pirotécnicos .
- ¿Ha variado el dato del 72 % de personas a favor de la consulta popular para elegir si La Concordia pertenece a Esmeraldas o Santo Domingo de los Tsáchilas?
-Subió a casi el 83 %, según informó un canal de televisión. La gente tiene más confianza. Había personas que no querían pronunciarse por el temor a ser señalados y luego perseguidos en base a represalias. Pero la gente está asumiendo con valor esa decisión.
- ¿Qué siente al vivir amenazado?
- Yo he dado mi vida a La Concordia, y defender la consulta implica riesgos y amenazas reales. Ya han atentado dos veces en mi contra, lamentablemente hay impunidad en la provincia de Esmeraldas.
No puedo andar con mis hijos porque tengo miedo a una ráfaga de balas, esta gente es mala. Hasta mataron una mascota de mi casa, la descuartizaron y nos la mandaron en una caja de cartón con un mensaje: que eso me iba a pasar si continuaba con la consulta popular. Creo que debo irme de La Concordia por la seguridad de mi familia. Aunque ande con cuatro policías del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), esto no es vida.
- ¿Está rota la relación con los concejales?
- Sí, los siete fueron destituidos. La población fue a sacarlos. Trabajar con ellos era una presión bárbara. Chantajes, boicots, amenazas. Por eso tuve que hacer las sesiones en parques, mercados, recintos, parroquias.
- ¿Eso fue aceptado en la población?
- Claro, porque la gente vio que este alcalde no es corrupto. Yo creo que este país debe cambiar y tuve que hacerme político. Lamentablemente meterme en un mundo ingrato, donde la politiquería mancha la honra al ser señalado por unos pocos.
- ¿Podría haber un puente de acercamiento con los opositores?
- Nosotros estamos abiertos al acercamiento, con el gobernador de Esmeraldas hay un trato de amistad y respeto. Él ha entendido mi posición y yo la suya. Pero la prefecta no (Lucía Sosa). Yo voy a presentar proyectos y me rompe las carpetas en la cara. No me puedo poner a su nivel. Los escupitajos son poco para lo que me han hecho, han golpeado a mis partidarios, me han sacado machete
- ¿En la prefectura?
- Sí, yo nunca he podido ir a la Cámara Provincial, nunca me han dejado sesionar. Los opositores debían ganarse el afecto del pueblo, estamos aquí para hacer obras, y no para difundir mensajes conflictivos ni calumniadores que la prefecta siempre ha manejado.
- ¿Las obras como la recolección de basura siguen con la ayuda de Santo Domingo de los Tsáchilas?
- En la alcaldía de Quinindé me dijeron que si continúo con la consulta no me iban a ayudar. Pero yo dije que voy a mantener mi palabra, porque el primer mandato del pueblo fue (hacer) la consulta popular. Santo Domingo me abrió las puertas y han recibido las toneladas de basura que genera La Concordia.
De un presupuesto de USD 26 millones para la provincia, la inversión en el tema social no es suficiente. La ley dice que el 1 % es para el área social.
- ¿Y qué hace la prefecta con ese dinero?
- Habría que preguntarle a ella.
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