***SNN
"Los almacenes cuyas matrices están fuera de la provincia,....( )se llevaban en sacos el dinero de la provincia, figuradamente hablando."
No hablaba de algún burócrata recibiendo, sin rubor y sin un ápice de vergüenza, fajos de billetes de baja denominación como premio por un contrato adjudicado. Tampoco se refería a un contratista retirando costales de billetes para llevarlos a algún funcionario previo al desembolso por alguna compra realizada.
No se trataba de algún narco-traficante capturado con cerros de billetes que al no poderlos depositar en alguna institución financiera los conservaba en paredes y pisos de su guarida. No, nada de eso. Lo que quería comentar era del dinero que había salido de Manabí con ocasión de las fiestas de Navidad y Año Nuevo. "Los almacenes cuyas matrices están fuera de la provincia, lo decía con resignación, se llevaban en sacos el dinero de la provincia, figuradamente hablando."
Efectivamente, si analizamos la presencia de esos inmensos negocios en la provincia, realmente son aspiradoras gigantes, lo he dicho en varios comentarios, que absorben el dinero de Portoviejo, Manta, de Bahía, Chone, etc. y se lo llevan a cualquier parte. ¿Qué queda de ese dinero aquí? Solo los sueldos de los empleados. No reciclan sus utilidades en el medio. En la práctica funcionan como las petroleras de las que se quejaba el Presidente Correa, las cuales extraían el petróleo y al país le dejaban los sueldos de los empleados ecuatorianos y muy poco impuesto en relación al petróleo extraído. Análogamente, las grandes cadenas comerciales con presencia en Manabí no sacan petróleo pero si mucho dinero.
¿Qué se puede hacer? Es cierto, me dijo un amigo, que nuestras empresas deben aprender a competir, modernizándose y peleando agresivamente por conquistar al consumidor. Pero así mismo es verdad que estos almacenes, también lo he dicho varias veces, terminan deprimiendo el mercado de trabajo y causan desempleo y pobreza por el cierre obligado de medianos y pequeños empresarios. Lo ideal sería que de alguna manera se obligue a estos supermercados a abastecerse en el mercado local, enseñando y transfiriendo tecnología para producir con calidad para que su presencia sea bien hechora. En New York, no dejaron entrar a WalMart, el más grande supermercado del mundo, porque arruinaría los pequeños y medianos negocios. Si en esa ciudad, la capital del capitalismo mundial, hacen eso, ¿qué deberíamos hacer nosotros?.
Por: Walter O. Andrade Castro
Fuente: EL DIARIO*
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