Dos velas iluminan la foto que en un momento de alegría José Gregorio Valdiviezo Cobeña (32) se tomó, quizá como prediciendo que en algún momento él podría faltar y ese sería uno de los recuerdo que le quedaría a su familia.
Hace unos dos años, este portovejense decidió dejar su natal Calderón (Parroquia rúral de Portoviejo) para ir a otra provincia en busca de mejores días.
Dejó su trabajo como controlador en la cooperativa Coactur, para ir a La Concordia (Esmeraldas) donde se puso un asadero de pollos y un restaurante.
Su esposa Carolina Rodríguez y su hijo, quien ahora tiene 5 años, lo acompañaron en ese nuevo proyecto que emprendió. Por su don de gente y forma de trabajar José estaba progresando en esa provincia, sin embargo sus sueños de un mejor futuro para su familia se truncaron cuando un carro lo arrolló.
El domingo en la noche.
Ocurrió la madrugada del domingo, contó el padre de la víctima Víctor Valdiviezo.
Él narró que estaba en su casa, en Calderón, cuando don Honorio Rodríguez, suegro de su hijo, llegó a contarle sobre el accidente.
El progenitor señaló que su hijo fue atendido en el hospital de La Concordia, luego en Santo Domingo de los Tsáchilas y finalmente fue llevado a Quito donde la noche del domingo murió.
José Valdiviezo sufrió un fuerte golpe en la cabeza que segó su vida y dejó a su familia sumida en el dolor. La familia desconoce quién es el dueño del carro que apagó la vida de Valdiviezo Cobeña.
Lo recuerdan como una persona emprendedora.
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