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EL COMERCIO
Nosotras cavamos los cimientos, cargamos piedras, caña guadua y bambú gigante. Acarreamos paja toquilla y trepamos por las vigas de pambil para colocar el techo.
Albertina Calazacón cuenta cómo se erigió el proyecto de turismo comunitario Tolón Pelé (tierra del árbol en tsafiquí).
Este complejo está en la comunidad de Chigüilpe, en Santo Domingo de los Tsáchilas, y tiene 4 hectáreas. Se ingresa por el km 7 de la vía a Quevedo. Luego se recorren 3 kilómetros más.
Albertina, una mujer bajita de larga cabellera negra y risa fácil, tuvo la idea. Su objetivo fue la conservación de la cultura de su nacionalidad, así como mejorar las condiciones de vida de las mujeres de Chigüilpe y Mapalí.
El paso siguiente fue compartir su sueño con otras 24 nativas.
En los trabajos participaron cinco hombres de la comunidad.
Las 25 mujeres levantaron tres grandes salones. También construyeron cinco cabañas con todos los servicios turísticos.
Una cabaña se destinó para la venta de artesanías y tejidos. Aquí Elézona Calazacón teje tunam (faldas de mujer) con un equipo manual llamado Ishta.
Elézona cuenta que su nombre se debe a un pájaro que vuela mucho al amanecer. “Yo soy como esa ave, me encanta ser libre y bailar todo tipo de música”.
En el mismo salón, Olitso Calazacón vende artesanías. Su nombre significa tucán. Una falda para hombre o mujer cuesta USD 20; una bufanda USD 10, los collares y pulseras $ 10 y 5.
Otra área está destinada para el aprendizaje de la lengua, música y danza autóctonas. Manuel Aguavil, de la comunidad de Cóngoma es el instructor. Una tercera cabaña se usa como comedor.
Así mismo, se adecuó un sendero para visitar el bosque primario. Allí donde exponen sus conocimientos y prácticas ancestrales los chamanes curanderos.
Las mujeres de Chigüilpe buscaron apoyo para su proyecto en los gobiernos locales. “Primero nos dijeron que no podían colocar recursos en un proyecto familiar”, dice Albertina. Ella les respondió que “la nacionalidad Tsáchila esta integrada por las familias Calazacón, Aguavil, Gende, Aranzona y Zaracay”.
En su búsqueda, las mujeres de Chigüilpe recibieron la visita de un funcionario del Misterio de Inclusión Económica y Social (MIES) de Portoviejo. Él es dio asesoramiento profesional.
Les explicó que una empresa de beneficio comunitario sí accedía al financiamiento estatal. El Dr. Luis Alcócer les recomendó que formen una compañía de derecho civil. Así nació la empresa de turismo comunitario Tolón Pelé.
Una vez legalizada, la empresa comunitaria presentó la documentación al MIES de Portoviejo. “En 15 días nos llamaron para que firmemos el convenio”. Pero hubo muchos problemas.
Cuatro días después de la firma del acuerdo con el MIES, a través del Instituto de Economía Popular y Solidaria, se realizó el primer desembolso por USD 73 000 de un total de USD 122 179.
La Prefectura local apoyó con USD 61 000, para el equipamiento de oficinas. La Municipalidad de Santo Domingo entregó USD 42 000, como contraparte del financiamiento del MIES.
¿El resto? Lo pone la mano de obra de las mujeres tsáchilas.
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