La odisea de cruzar el ancho río en canoas para llegar a la cabecera parroquial de Pimocha, cantón Babahoyo, terminó para cientos de familias campesinas, con la construcción del puente colgante que entró en servicio hace más de dos meses.
Estudiantes, agricultores, amas de casa, obreros, entre otros, anteriormente utilizaban las embarcaciones para llegar de una ribera a otra, debido a la falta de un viaducto.
Cuando había sepelios, se movilizaban varias canoas; en una iba el féretro y en las demás los familiares y amigos, informó el presidente de la Junta Parroquial de Pimocha, Sr. Javier Díaz.
El puente colgante es uno de los más largos del país y beneficia a comunidades de La Tranca, Ecuavegetal, La Alegría, El Tejar, La Fortuna y otras, que ahora tienen un nexo directo y rápido con la cabecera parroquial y viceversa.
La administración del prefecto de Los Ríos, Ing. Marco Troya Fuertes, construyó la obra que había sido solicitada durante años por las comunidades a anteriores autoridades. “Por eso la gente de toda esta zona está muy agradecida con el Ing. Troya”, dijo el dirigente parroquial.
El puente será inaugurado una vez que se construya un muro que servirá de vía de acceso a las comunidades. Con recursos propios la Junta Parroquial de Pimocha colocó luminarias y reflectores en el paso para su iluminación en las noches.
El dirigente añadió que siguen coordinando con la Prefectura obras de lastrado, puentes y el asfaltado de la vía de ingreso a la cabecera parroquial desde el UPC El Naranjo, ubicado en la vía a Baba.
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