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De acuerdo con el proyecto de Ley Orgánica de Comunicación, el espectro radioeléctrico del Ecuador estará conformado por medios públicos y privados en un 33% cada uno, mientras que los medios comunitarios tendrán el 34%.
Medios comunitarios piden apoyo. Foto: El Telégrafo
La normativa pretende que más comunidades creen sus propios canales y para ello garantiza el acceso a créditos y exonera de impuestos a la importación de equipos inherentes a su actividad. Además se analiza si las frecuencias concesionadas ilegalmente.
Los medios de comunicación comunitarios, a diferencia de los privados, no tienen fines de lucro y se crearon para impulsar el desarrollo local, sin obtener beneficios comerciales o monetarios en el proceso.
Estas radios y canales se constituyeron bajo la premisa de atender los requerimientos de una comunidad o colectivo social, en cualquier parte del país, pero al no contar con una regulación clara, las 26 radios y 70 canales comunitarios han establecido sus propias reglas.
De acuerdo con el proyecto de Ley Orgánica de Comunicación, el espectro radioeléctrico del Ecuador estará conformado por medios públicos y privados en un 33% cada uno, mientras que los medios comunitarios tendrán el 34%.
Según el asambleísta Pedro de la Cruz (PAIS), las frecuencias que fueron concesionadas ilícitamente deben pasar a manos de las comunidades, un aspecto que, tras varios meses de discusión, fue incorporado al proyecto de ley.
Para crear condiciones que permitan su desarrollo, una característica fundamental es que sus utilidades se reinvertirán en el mejoramiento del medio y en los proyectos sociales de las propias localidades y organizaciones, lo cual es un aporte positivo, anota.
El proyecto de ley garantiza su autonomía editorial
El documento precisa en los artículos 92, 93 y 94 de la sección III, que los medios comunitarios son aquellos de propiedad, administración y dirección de las comunas, comunidades, pueblos, nacionalidades, colectivos y organizaciones sociales. No tienen fines de lucro y su rentabilidad es social.
Entre sus beneficios está que no podrán ser sometidos a limitaciones de definición y distribución de contenidos, de cobertura geográfica ni a controles especiales o cualquier otra forma de discriminación que les impida operar en igualdad de condiciones frente a los demás medios de comunicación.
Otro de los aspectos fundamentales es la “acción afirmativa”, que se refiere a dar un trato preferencial a grupos sociales que históricamente han sufrido discriminación. Con este fin, el Estado deberá implementar políticas públicas para fortalecer a los medios comunitarios y el Consejo de Regulación y Desarrollo de la Comunicación tendrá que garantizar la pluralidad, diversidad, interculturalidad y plurinacionalidad a través de ellos.
Para impulsar a los medios comunitarios, el cuerpo legal garantiza su acceso a créditos para la compra de equipos y los exonerará del pago de impuestos para la importación de bienes inherentes a su actividad.
Con el propósito de mejorar sus niveles de eficiencia, sus integrantes accederán a capacitación para la gestión comunicativa, administrativa y técnica, cuyo financiamiento provendrá de la venta de servicios y productos comunicacionales, publicidad pública o privada, donaciones, fondos de cooperación (nacional e internacional), patrocinios y cualquier otra forma lícita de obtener ingresos.
El vínculo con la ciudadanía los distingue de los demás
Chiara Sáez Baeza, socióloga chilena radicada en Barcelona, doctora en comunicación y especialista en medios alternativos, señala que los medios comunitarios son gestionados por organizaciones privadas de finalidad social y sin fines de lucro, que se dedican fundamentalmente a actividades de interés público o privado sin tratar de obtener beneficios comerciales o monetarios.
Agrega que su característica fundamental es la participación de las comunidades en las diversas fases del proceso comunicativo: propiedad, programación, administración, financiamiento y evaluación.
Por otro lado, son responsables ante la comunidad a la que tratan de servir, por lo que en el proceso se relacionan directamente con la población, comenta.
Para Marco Navas Alvear, profesor de la Universidad Católica de Quito, estos medios se asemejan a los de carácter privado por su composición, que obedece a la sociedad civil, pero a la vez se distancian de ellos por su carácter participativo y no comercial.
Añade que su razón de ser no se orienta principalmente a la búsqueda de lucro sino a la construcción de espacios ciudadanos, comunes, participativos, de rescate cultural y de promoción de los derechos humanos, entre otros servicios.
Solo el 1% de la publicidad llega a 60 canales locales
Gustavo Alarcón Costa y Silvia Cortez, representantes de la organización Canales Comunitarios Regionales Ecuatorianos Asociados (Ccrea), al ser consultados sobre la realidad económica de los medios locales, precisan que su publicidad es mínima y que no reciben el suficiente apoyo estatal, pues del total de las franjas publicitarias que se contratan solo el 1% llega a cerca de 60 canales pequeños, mientras que el resto se pauta en los medios públicos y privados, porque tienen mayor cobertura y sintonía.
Los directivos justifican la denominación de “comunitarios” porque su objetivo es una “comunidad regional, provincial o cantonal”.
Los primeros medios comunitarios del Ecuador surgieron por influencia de la radio educativa que planteó la cadena Sutatenza de Colombia. Esa iniciativa fue recogida por las radios populares de Riobamba en su programación y luego en campañas de alfabetización.
En 1962, con el apoyo de monseñor Leonidas Proaño, se fundaron las Escuelas Radiofónicas Populares del Ecuador (ERPE) para la alfabetización, educación y evangelización de los pueblos indígenas. “Estas experiencias de comunicación alternativa vinculadas con la Iglesia católica y aquellas de carácter progresista, con el tiempo, formaron la Coordinadora de Radio Popular Educativa del Ecuador (Corape)”, destaca José Ignacio López Vigíl, director de Radialistas Apasionados.
Amparada en las nuevas tecnologías de la comunicación opera hoy la red Aler Satelital, que contiene un sistema de distribución de la señal y un sistema de producción que se autofinancian con donaciones internacionales.
Fuente: EL TELÉGRAFO
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