Ayer se realizaron las ceremonias de honras fúnebres de las 29 personas que fallecieron el domingo en el accidente del bus en la carretera Ibarra-San Lorenzo, entre ellas el comunicador Mauricio Alvarado, su esposa, madre e hijo.
En el hospital San Vicente de Paúl, en Ibarra, la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos entregó varios ataúdes a los familiares de los fallecidos en el accidente. Foto: Marco Salgado | El Telégrafo
Informe de las autoridades indica que el vehículo tenía las llantas lisas
“Iba conversando con uno de mis amigos y de a poco sentí que el carro empezó a acelerar, no le di mucha importancia, hasta que sentí un fuerte sacudón, solo escuché un estruendo... fue el impacto”.
Eso es lo único que recuerda Floresmilo Estuardo Reina (45 años), quien es uno de las 28 personas que sobrevivieron al accidente del bus 28 de la cooperativa Espejo, que se precipitó al barranco el domingo, en la vía Ibarra - San Lorenzo.
El automotor, que salió a las 05:40 de la terminal terrestre de Ibarra, perdió el control en la comunidad de Guajara, según el informe preliminar de la Policía Nacional, por una mala maniobra que habría realizado el chofer. La unidad tenía capacidad para 42 personas, pero en el momento del siniestro estuvieron 57 en el interior, de ellos 29 murieron.
Las investigaciones aún continúan. Reina viajaba junto a 11 personas más, siete de ellas murieron.
En la terminal terrestre de Ibarra Segundo Romo vocea las rutas de los vehículos junto a los andenes e invita a las personas a abordarlos. Él contó que la unidad número 28 salió con prisa de la terminal porque había timbrado con retraso la madrugada del domingo. La versión fue corroborada por uno de los guardias de turno, quien prefirió no identificarse.
En la lista de personas fallecidas sobresale el nombre del comunicador social Mauricio Alvarado Sánchez, quien se desempeñaba como periodista del canal EcuadorTV y era reconocido por la comunidad por sus trabajos para la pantalla chica.
El periodista de la sección internacionales del canal público iba junto a su esposa Ana Guamán, sus hijos Isabel y Adrián, y sus suegros Galo Guamán y Yolanda Sánchez.
También lo acompañaban otros familiares, entre ellos, Eliza Sánchez y Marco Castillo, quienes a su vez llevaban a sus hijos Steven y Melanie. Luego del accidente de tránsito, únicamente sobrevivieron las menores Melanie Castillo e Isabel Alvarado, esta última es la hija del comunicador fallecido. Ambas fueron trasladadas por emergencia y permanecen bajo observación médica en hospitales de Quito.
Las ocho víctimas restantes murieron debido a la violencia del accidente y fueron veladas conjuntamente en la Sala Máxima de la Asociación de Artesanos de Ibarra, que está ubicada en las calles Pedro Moncayo y Pedro Vicente Maldonado.
En el salón velatorio las filas de bancas de madera apuntaban a una tarima ubicada en el frente, donde se encontraban los ocho ataudes, rodeados de arreglos florales y los deudos, que intentaban contener el llanto.
Hasta este lugar llegaron los familiares, amigos y compañeros de trabajo de Alvarado, quienes lo definieron como una buena persona, un buen amigo y un gran padre de familia que adoraba a sus dos hijos.
En este grupo se encontraba Jaime Castillo, cuñado del periodista. Él contó que Alvarado había llegado a Ibarra con la ilusión de participar en un viaje familiar, ya que debido a su profesión, permanecía mucho tiempo alejado de su madre y hermanos. “Organizaron el viaje para estar todos juntos. Él migró hace bastante tiempo a la capital con su esposa Ana Guamán, que era oriunda de Ibarra”, explicó.
Guamán también era comunicadora y trabajaba en la vicepresidencia, en la Radio Ciudadana, explicó Castillo, quien lamentó que ambos coincidieran con días libres en sus apretadas labores. Sobre Guamán, los allegados la recuerdan como una mujer amable, caritativa y humilde.
A ella también le gustaba viajar, pues esto la sacaba de su rutina laboral. Había dedicado su vida a la radio y cooperado con varias instituciones.
El plan para el feriado de carnaval era viajar a Las Peñas, en la provincia de Esmeraldas, y permanecer allí dos días antes de retornar al hogar. Sonia, hermana del periodista, no descarta su deseo de adoptar a su sobrina Isabel. Ella tenía planeado acompañar a Alvarado y Guamán al viaje, pero desistió a último momento.
Hay heridos con severos impactos a nivel del tórax
En cambio, Floresmilo Estuardo Reina (45 años) sufrió un trauma cerrado del tórax con una contusión en el pulmón izquierdo.
También está consciente. Floresmilo contó que se dirigía hacia una reunión de la congregación Ajaví, en Ibarra.
Durante el viaje pudo observar que el chofer aceleró porque se “atrasaba para llegar al control”. Junto a él iban 11 compañeros. Fallecieron siete.
Nelly Ramírez (75 años) fue otra de las personas heridas trasladadas a esta casa asistencial. Hasta el momento está en la Unidad de Terapia Intensiva y se encuentra con pronóstico reservado, debido a un severo impacto pulmonar.
Mientras tanto, en el hospital de niños Baca Ortiz todavía se encontraban con pronóstico reservado Melany Castillo Alvarado (8 años) e Isabel Abigaíl Alvarado Sánchez, hija del periodista Mauricio Alvarado.
Gladys Sánchez, tía de las menores, aseguró que los médicos se encuentran realizando toda la asistencia para salvar a las pequeñas, pero reconoció que no tenía más detalles sobre su estado.
Personal del departamento de Comunicación de la casa de salud informó que la dirección emitirá un comunicado de ambos casos el próximo miércoles.
También está consciente. Floresmilo contó que se dirigía hacia una reunión de la congregación Ajaví, en Ibarra.
Durante el viaje pudo observar que el chofer aceleró porque se “atrasaba para llegar al control”. Junto a él iban 11 compañeros. Fallecieron siete.
Nelly Ramírez (75 años) fue otra de las personas heridas trasladadas a esta casa asistencial. Hasta el momento está en la Unidad de Terapia Intensiva y se encuentra con pronóstico reservado, debido a un severo impacto pulmonar.
Mientras tanto, en el hospital de niños Baca Ortiz todavía se encontraban con pronóstico reservado Melany Castillo Alvarado (8 años) e Isabel Abigaíl Alvarado Sánchez, hija del periodista Mauricio Alvarado.
Gladys Sánchez, tía de las menores, aseguró que los médicos se encuentran realizando toda la asistencia para salvar a las pequeñas, pero reconoció que no tenía más detalles sobre su estado.
Personal del departamento de Comunicación de la casa de salud informó que la dirección emitirá un comunicado de ambos casos el próximo miércoles.
Él fue testigo de la conmoción de la gente, pues las víctimas de la unidad número 28 de la cooperativa Espejo habían sido trasladadas al recinto. “Vi a la gente que estaba desesperada, pero me fui tranquilo a la casa porque no sabía de qué se trataba”, dijo.
El movimiento en el ala de emergencia fue incontenible, contó la fiscal Gladys Muñoz. “Los cuerpos no paraban de llegar y el hospital no tenía suficiente contingente para abastecer a la cantidad de muertos y heridos que ingresaba”, recordó.
En los exteriores de la morgue se agolpó la gente para entrar a reconocer los cadáveres. Una vez que los cuerpos eran identificados salían de la morgue en ataúdes que fueron donados por la Secretaría de Gestión de Riesgos.
Mientras esto ocurría en el hospital, Castillo recibió una llamada de un miembro del cuerpo de bomberos. Así se enteró de que su hermano estaba en la lista de fallecidos.
Ayer, a las 16:00, estaba prevista una misa y luego los cuerpos iban a ser trasladados al cementerio San Miguel de Ibarra.
Otras víctimas fueron veladas en el coliseo de la Unión Nacional de Educadores. Todos eran integrantes de una congregación de testigos de Jehová que tomaron el bus por casualidad, según dijo Ricardo Ruiz, miembro del grupo.
Según Ruiz, se dirigían a Esmeraldas para predicar. Tenían un transporte particular, pero el conductor se ausentó y el grupo decidió viajar en el transporte interprovincial.
Fuente: EL TELÉGRAFO*
El movimiento en el ala de emergencia fue incontenible, contó la fiscal Gladys Muñoz. “Los cuerpos no paraban de llegar y el hospital no tenía suficiente contingente para abastecer a la cantidad de muertos y heridos que ingresaba”, recordó.
En los exteriores de la morgue se agolpó la gente para entrar a reconocer los cadáveres. Una vez que los cuerpos eran identificados salían de la morgue en ataúdes que fueron donados por la Secretaría de Gestión de Riesgos.
Mientras esto ocurría en el hospital, Castillo recibió una llamada de un miembro del cuerpo de bomberos. Así se enteró de que su hermano estaba en la lista de fallecidos.
Ayer, a las 16:00, estaba prevista una misa y luego los cuerpos iban a ser trasladados al cementerio San Miguel de Ibarra.
Otras víctimas fueron veladas en el coliseo de la Unión Nacional de Educadores. Todos eran integrantes de una congregación de testigos de Jehová que tomaron el bus por casualidad, según dijo Ricardo Ruiz, miembro del grupo.
Según Ruiz, se dirigían a Esmeraldas para predicar. Tenían un transporte particular, pero el conductor se ausentó y el grupo decidió viajar en el transporte interprovincial.
Fuente: EL TELÉGRAFO*
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