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Un agente del SIAT fue delegado a dar apoyo en tragedia; cuando tuvo que ayudar a bajar los cadáveres, se halló con el de su mamá.
Historias de drama y dolor dejan el peor accidente de tránsito ocurrido en lo que va del año, el último domingo a la altura de Cuajara en la vía Ibarra-San Lorenzo, cuando un bus de la cooperativa de transportes Espejo, que se movilizaba con 57 personas, chocó contra un talud y se precipitó en una quebrada de 6 metros.
Fueron 29 los muertos contabilizados hasta la tarde del domingo y 28 los heridos.
Varios de los heridos ya fueron dados de alta. En Ibarra, al momento, cuatro personas se encuentran en el hospital del IESS, dos en la clínica Metropolitana, uno en la Nova Clínica y cinco en el hospital San Vicente de Paúl. Uno de los pacientes está en evaluación para ser trasladado a la ciudad de Quito, donde podría ser sometido a una cirugía.
Yu Ling Reascos, directora de Salud de Imbabura, confirmó la tarde de ayer a HOY que el número de fallecidos se mantenía en 29: 15 mujeres, 12 hombres y dos niños, y entre esas víctimas, hay historias de una familia entera.
Dayanara Castillo, de 16 años, por ejemplo, sigue sin entender cómo un paseo pudo arrebatarle a ocho familiares; dos de sus primas están todavía en el hospital Baca Ortiz de Quito: Melany Castillo e Isabel Alvarado.
Los familiares de Dayanara llegaron a su casa, en el barrio El Olivo de Ibarra, la tarde del sábado para pasar la noche ahí.
"Todos estaban felices, el domingo salieron a las 05:00 hacia la terminal terrestre, porque iban a Las Peñas (Esmeraldas). Después de cinco horas, nos enteramos que se accidentaron a la altura de Cuajara", relató la joven.
Entre sus familiares fallecidos estaban Mauricio Alvarado, de Ecuador TV, y Anita Guamán, de Ecuadoradio; su tío Mauricio Alvarado; su abuela Yolanda Sánchez; su tía Yolanda Álvarez; su tío político, y otros.
Ayer, el panorama era desolador en Ibarra alrededor de las funerarias.
El velorio de nueve fallecidos se cumplió en la sala de la Sociedad de Artesanos, ocho de una misma familia; siete personas que pertenecían a la congregación evangélica de los Testigos de Jehová fueron velados en el coliseo de la UNE. En la tarde de ayer, se realizaron las honras fúnebres.
Entre los ocupantes del bus estaban también 16 personas de la congregación de los Testigos de Jehová; su misión era llegar a la parroquia de Lita, en donde todos los domingos cumplían con su labor evangelizadora.
Ricardo Ruiz, uno de los líderes de esta congregación, comentó que el recorrido lo realizan en un vehículo particular, pero justo en esta ocasión, abordaron el transporte público. "Es una pérdida muy grande para nuestra congregación", dijo.
Dos carchenses también murieron: el conductor Vicente Rosas, oriundo de Espejo, hermano del excampeón de la Vuelta al Ecuador Floresmilo Rosas, y el ayudante Oswaldo Mejía, nacido en El Hato de Mira.
Uno de los casos más dramáticos, sin embargo, fue el del cabo Santiago Caicedo, de la Unidad de Investigaciones de Accidentes Tránsito de la Policía.
El uniformado dijo que acudió a prestar su contingente en el hospital San Vicente de Paúl, tras una orden de sus superiores, y hasta el momento, no puede olvidar una imagen: cuando llegó el momento de ayudar a bajar los cuerpos de la ambulancia para llevarlos a la morgue, pudo ver el cadáver de su madre entre ellos. La reconoció de inmediato.
El accidente puso además en evidencia que Imbabura no está preparada para enfrentar este tipo de contingencias. La morgue del hospital San Vicente de Paúl, por ejemplo, tiene capacidad para seis cuerpos, y debió recibir esta vez 29 cadáveres.
El problema fue reconocido por la directora de Salud de Imbabura, quien dijo que los médicos legistas debieron acondicionarse para las necropsias.
El trabajo de Gabriela Vizcaíno, única médica legista en Ibarra, tuvo que ser reforzado por profesionales Quito y Otavalo, en medio del malestar de deudos, que reclamaban la inmediata entrega de los cuerpos.
Mientras tanto, en El Ángel, una población pequeña carchense donde se centralizan las operaciones de la cooperativa Espejo, existe conmoción y preocupación. Los pobladores de los cantones Espejo y Mira temen que sea suspendida la frecuencia de la cooperativa, como anunció la gobernadora de Imbabura, Gabriela Rivadeneira.
Estas dos jurisdicciones, con más de 20 comunidades, no están junto a la Panamericana Norte, razón por la que utilizan una vía alterna para salir hacia Tulcán o Ibarra; las 25 unidades de esa cooperativa son la única alternativa de movilidad.
El año anterior, la cooperativa renovó el parque automotor con modernas unidades que ofrecían las rutas El Ángel-Ibarra-Quito e Ibarra-Lita-San Lorenzo.
Según usuarios de esa cooperativa, en esta última ruta, donde ocurrió la tragedia, los choferes imprimen grandes velocidades para disputar pasajeros en una calzada peligrosa por las constantes lluvias y deslaves.
El jefe de Tránsito del Carchi, Édison Hernández, comentó que, por el momento, no existe ninguna disposición en contra de la cooperativa Espejo y que está operando normalmente.
El alcalde de Mira y socio de la cooperativa Espejo, Fausto Ruiz, dijo que la situación es grave, pero que la culpa era del chofer por no cumplir protocolos, y que buscan asesoramiento para enfrentar el problema y no rehuir a las responsabilidades.
Según Covial, ONG que trabaja sobre la seguridad vial, desde 2008, se registran en el Ecuador más de 50 mil víctimas anuales (entre muertos y heridos) por accidentes de tránsito.
Fuente: DIARIO HOY*
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