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En el km 48 de la carretera hacia Los Bancos. Ayer, un deslizamiento de tierra bloqueó el acceso.
Desde el domingo pasado, la comunicación por tierra entre la Sierra y la Costa ha resultado muy irregular. La época invernal reinante en el país agravó la vulnerabilidad de las vías Alóag-Santo Domingo y Calacalí-Los Bancos.
El kilómetro 83,2 de la carretera Alóag- Santo Domingo es uno de los puntos críticos.
En este sitio ocurrió uno de los deslaves más recientes, que bloqueó el tránsito vehicular hasta la media mañana del lunes.
Aquello ocasionó serios contratiempos para los viajeros. De allí que, por ejemplo, ayer en la mañana hubo poca afluencia de usuarios en la Terminal Terrestre de Carcelén, en el norte de Quito.
Tanto transportistas como pasajeros afrontan una incertidumbre antes de viajar por el riesgo de potenciales bloqueos.
Fabián Uzcátegui, secretario de Infraestructura Física del Consejo Provincial de Pichincha, identificó cuatro sitios de mayor vulnerabilidad en la carretera hacia Santo Domingo (ver infografía). Pero advirtió que esto se mantiene desde años atrás y se reactivan con la época de invierno.
Por eso, según Uzcátegui, se han intervenido los taludes con el afán de estabilizarlos. Además, se implementó un monitoreo permanente para alertar sobre potenciales bloqueos de la vía.
En la Calacalí-Los Bancos-La Independencia, el riesgo se presenta en el km 58, sector El Pauma. Justo en este sitio, ayer, desde las 04:30, los automotores avanzaban con lentitud y se debía a un derrumbe que cubrió unos 200 m² del carril sur-norte .
La Policía trataba de que fluyera el tránsito por el único carril habilitado (norte-sur). “Dejamos pasar 20 carros de un lado y 20 del otro, de forma alternada”, dijo el cabo Vicente Segura.
A eso de las 07:30, solo se habilitó el paso para los autos que venían desde Santo Domingo y así facilitar la llegada de la maquinaria para limpiar la vía. Una larga fila de vehículos se formó en el otro sentido.
El chofer de un camión aprovechó el tiempo para dormir. Otros conductores se bajaron para averiguar lo que sucedía. César Silva salió de Quito a las 05:30, por trabajo, hacia Santo Domingo. Esperaba llegar allí a las 08:00. “Tuve que llamar por teléfono a posponer una reunión de trabajo que tenía”.
A las 08:00 llegó una pala mecánica que comenzó de inmediato a remover la tierra hacia ambos lados de la carretera. Los conductores observaban con curiosidad.
Ante estos cierres de las vías, ayer hubo poca afluencia de usuarios en la terminal de buses de Carcelén. Unas 20 personas esperaban los buses, pero solo una compañía ofertaba boletos hacia la Costa y las unidades de transporte partían casi vacías.
Además, los pasajeros se quejaban por la falta de información de parte de las compañías de transporte. Miriam Sarasti, una comerciante de origen colombiano, dijo que debió esperar más de tres horas para abordar un bus hacia Santo Domingo. “Los operarios no nos informan bien y no hay ningún tipo de ayuda para los ciudadanos”, afirmó con un tono de disgusto.
Fabián Uzcátegui indicó que tanto en la vía Alóag-Santo Domingo como en la Calacalí-La Independencia hay campamentos provistos de maquinaria. De allí, apenas se alerta de un derrumbe, se acude a limpiar las rocas y tierra que bloquean el paso.
En la carretera hacia Santo Domingo, el consorcio Higalgo&Hidalgo, encargada del mantenimiento de la vital arteria, dispone de cargadoras, retroexcavadoras y volquetas, además del apoyo logístico del Consejo Provincial de Pichincha.
En la otra vía, igual hay campamentos en sitios como Nanegalito, San Tadeo y otros. Desde estos puntos se acudirá de inmediato apenas ocurra algún percance, incluso durante el próximo feriado de Carnaval.
Fuente: EL COMERCIO*
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