jueves, 26 de noviembre de 2015

El mundo condena el maltrato hacia las mujeres

***SNN


Foto: Daniel Molineros / El Telégrafo


Una catedrática dice que se necesitan hombres feministas para acabar con el acoso. Ecuador recuerda con un sello a las hermanas Mirabal.


Entrevista / Nelly Valbuena / experta en derechos humanos

"Somos el resultado de un proceso patriarcal"

Los golpes no son la única forma de violencia. Si usted, por ejemplo, un día sale a la calle con un escote y su pareja le dice que se cubra, existe vulneración. Cuando un desconocido por la calle le lanza un ‘piropo’ o silbido también hay abuso. Y si al volver a casa su pareja se molesta porque no le gustó la comida que preparó y le grita que no sirve para nada, eso también duele.

Escenas como estas no son ajenas en ningún estrato social, indica la catedrática de la Universidad Politécnica Salesiana y experta en derechos humanos Nelly Valbuena. Ella reflexiona sobre los tipos de violencia que aún vulneran a las mujeres y que se aceptan como normales.


Ayer se conmemoró el Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En el mundo, 70% de las mujeres ha vivido algún tipo de violencia. ¿Además de la física, a qué también se considera agresión?  

Hay varios tipos de violencia. Sin embargo, existen dos que son menos visibles: la verbal y la simbólica. La  primera tiene que ver con todo tipo de expresiones, mientras que la segunda se refiere a todas las manifestaciones -en lo público- que muchas veces ni siquiera las mismas mujeres reconocemos como agresión.

¿Cuáles manifestaciones?

A todas las formas de acoso: una tocada, un piropo, una mirada morbosa, todo esto puede terminar en una agresión sexual.

¿Cómo las mujeres pueden reconocer cuando están siendo agredidas o aduladas?

Lo primero es no aceptar el piropo como una práctica bonita, porque ahí inician las confusiones (lo acepto si es lindo, lo rechazo si es vulgar). Hay que tener claro que ningún desconocido, por linda que yo vaya por la calle, puede referirse a ninguna parte de mi cuerpo. El piropo es bienvenido en el ámbito privado, mas no en lo público.

¿Por qué, en un mundo globalizado y a pesar de que muchos países reconocen los derechos de la mujer, aún existen estadísticas altas de agresiones? En el país, 6 de cada 10 mujeres vivieron algún tipo de violencia.

Nosotros, como sociedades, en toda América Latina, somos el resultado de un proceso patriarcal. Es decir, quienes determinaron cómo se construía una sociedad, en términos políticos, eclesiásticos, sociales, culturales, fueron los hombres. Ellos decidieron que mandaban, y entre todas las cosas sobre las que tenían injerencia también estábamos nosotras.

En este contexto, ¿cómo desmitificar la idea de que la violencia está ligada a la pobreza?

Estas agresiones atraviesan todos los estratos sociales (altos y bajos), la diferencia está en la forma de manifestarse. En el primero se ven más los golpes; mientras en el segundo la violencia toma otro rostro: es económica, psicológica, verbal e incluso es sexual. No porque no me pegue no me agrede.

Según datos de la OMS, las chicas de entre 15 y 19 años están más expuestas a sufrir una violación por parte de su pareja, ¿por qué; no se supone que las nuevas generaciones están más conscientes de sus derechos?

Uno pensaría que las mujeres que en este momento superamos los 30, 40 o 50 años fuimos las que vivimos esa violencia, y no es así. Las prácticas machistas se resignifican. Esto tiene que ver mucho con la misma mirada conservadora con la que las mujeres adultas crecimos y las jóvenes actuales la siguen viviendo. No dejarnos elegir sobre nuestro cuerpo es violencia.

¿Al decir que no nos dejan elegir sobre nuestros cuerpos nos referimos a la ilegalidad del aborto?

Claro. Nosotras tenemos el derecho de elegir sobre nuestro cuerpo y esa decisión pasa por si queremos ser madres o no, y eso, en el país, aún no lo podemos decidir nosotras. Quienes establecieron lo que está correcto con respecto al aborto fueron quienes están en el poder (hombres y mujeres).

En temas de derechos, lograr que el femicidio sea tipificado fue un logro en el país, ¿qué falta para seguir labrando el camino?

Es necesario revisar las estructuras patriarcales que están en la educación, salud, en las políticas públicas. Se sigue legislando con una mirada de hombre. Además, ellos tienen que empezar a ser feministas, cuando tengamos hombres feministas en este país, las cosas cambiarán.

¿Por qué?

Porque la mirada viene del otro lado. Yo respeto tus derechos, los promuevo y no permito que nadie te violente, porque como hombre entendí que la violencia es un tema histórico y cultural que toda la sociedad debe erradicar. (I)


Fuente: EL TELÉGRAFO


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