lunes, 24 de mayo de 2010

Política, dinero y delincuencia. Autor David Gómez Salas

Política, dinero y delincuencia. Autor David Gómez Salas
Publicado el 18 de Mayo de 2010 por David Gómez Salas

“Los partidos políticos contribuyen a formar personas cínicas, transas y gandallas”, expresó un amigo y maestro en una reunión cuyo tema era “Liberalismo y Democracia”, organizada por ex alumnos de la UNAM.


Cínico es el que no siente vergüenza al mentir o al actuar mal. Es el que actúa con obscenidad descarada. Es el que miente deliberadamente sin pestañear.


Transa es el que hace trampa, el embustero, el que actúa contra una ley, y el que engaña para robar.


Gandalla es el que se aprovecha de cualquier situación para beneficiarse a expensas de otro. Es el que sin tener derecho ni razón se apropia, por el uso de la fuerza o por el temor de la víctima, de algo que no le corresponde. Es el que arrebata, despoja; y pisotea el trabajo, la dignidad y los derechos de los demás.


Lo anterior explica las causas de la pobreza, el crecimiento del narcotráfico, y el terrible funcionamiento del sistema financiero.


Se trata de una competencia sin límites, equivalente a la economía de mercado, donde todo se rige por la oferta y la demanda.


Un sistema donde se actúa sin restricciones para que el mercado muestre su “vitalidad”, donde todo queda en manos privadas para llevar a cabo la producción, comercialización, distribución, asignación, y control de bienes y servicios.


Donde todo acto económico: producción, salarios, precios e intercambios, se determinan sólo por la oferta y la demanda. Todas las decisiones económicas se toman por los agentes privados de la sociedad. Las empresas más poderosas económicamente cuentan con “planeación fiscal” para pagar muy pocos impuestos; y algunas empresas con menos recursos y ciudadanos que sobreviven, realizan amplia variedad de actividades y transacciones que no informan a las autoridades correspondientes.


En esta organización o mejor dicho desorganización social el sistema educativo carece de objetivos. Por eso en el pasado reciente se escucharon propuestas de capacitar a los mexicanos para que puedan ir a trabajar como jardineros a los Estados Unidos.


Otros opinan que las universidades solo deben producir profesionistas de acuerdo a los requerimientos de las empresas, olvidando sus objetivos superiores. En las Universidades el ser humano estudia para a ser científico, tecnólogo, profesionista, deportista, responsable y productivo. Para contribuir al bienestar de la sociedad.


En la Universidad y en general en la escuela, el alumno aprende a aprender; es decir, desarrolla habilidades para aprender más rápido, para analizar y resolver problemas de carácter social, técnico o científico. Imagine lector el enorme potencial que existe en nuestro país con más de cien millones de habitantes, a través de la educación y la investigación.


Con la educación se genera un ambiente de menor criminalidad. Todo el dinero que ahora está obligado a invertir el gobierno en movilizar el ejercito y armar la policía nunca será suficiente si seguimos una estrategia de combatir los efectos y no modificar las causas que lo provocan.


Crear poderosas estructuras de seguridad pública en un ambiente vulnerable, es fortalecer a la delincuencia pues eleva el costo de sus actividades y por lo consiguiente sus precios. Es fomentar la competitividad en la producción, comercialización y distribución de: productos, bienes y servicios ilegales. Es incrementar su valor agregado. Es propiciar que los delincuentes estudien constantemente y desarrollen mejores tecnologías para ser más eficientes.


Es mejor que el estudio y la investigación científica se desarrolle ampliamente en la parte sana de la sociedad.

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