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Ketty RomoLeroux G.
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Así lo recalcó el presidente de la República, Rafael Correa, durante el paro convocado por el Frente Unitario de Trabajadores el 13 de este mes y la marcha iniciada por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador el 2 de agosto.
Recordemos que el primero tiene su origen en la Confederación de Trabajadores del Ecuador (CTE). Nacida a raíz de la Revolución de Mayo de 1944, cuyo primer presidente fue el Lcdo. Pedro Saad. Institución que lideró en su época importantes combates laborales. Existían, además, otras dos centrales sindicales: la Cedoc (Confederación Ecuatoriana de Obreros Católicos), patrocinada por la Iglesia.
Y, la tercera, la Ceols (Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Sindicales Libres), promovida por el Gobierno de EE.UU. Pero las tres se unificaron y constituyeron en 1980 el FUT (Frente Unido de Trabajadores). Los indígenas por su parte, crearon a raíz de la misma Revolución de Mayo la Federación Ecuatoriana de Indios (FEI), siendo su presidenta la indígena Dolores Cacuango, hija de padres conciertos, nacida en Cayambe en 1887. Murió en abril de 1971.
En junio de 1990, el indigenado irrumpe en la vida nacional con su organización la Conaie (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador), creada en 1986, para exigir la solución de algunos conflictos de tierras y otros problemas, convirtiéndose en la vanguardia de la lucha nacional. Aún recordamos su acción contra la deuda externa, la dolarización, el feriado bancario. Sobre todo su participación en los sucesos del 21 de enero de 2001, cuando los indígenas, al mando de Antonio Vargas, presidente de la Conaie, junto con un grupo de coroneles del Ejército, se tomaron el Congreso e instalaron por pocas horas el gobierno de ‘Salvación Nacional’. Su fracaso llevó a la Presidencia a Lucio Gutiérrez en 2003. En este gobierno los indígenas colaboraron a través del movimiento Pachakutik. Destituido Lucio, asume la Presidencia su vicepresidente Alfredo Palacio, en donde surge la figura política del economista Rafael Correa.
Hoy contamos con un gobierno democrático y plural, que en tan solo ocho años ha restituido la estabilidad política-económica del país. Construido universidades, colegios, escuelas, hospitales, puentes y carreteras, mejorado las telecomunicaciones. Elevó, además, su dignidad y le dio identidad.
Si la Conaie y el FUT dicen que son agrupaciones progresistas, ¿por qué se han aliado con los grupos sociales más retardatarios, exponentes de la derecha contemporánea (Nebot, Lasso, Noboa)? Lo que está sucediendo es desconcertante. Duele que sectores medios de la población combatan al Gobierno, cuyas medidas económicas-sociales han mejorado su situación. Además, desde que fueron objetados los proyectos de leyes de la herencia y de plusvalía, el Gobierno viene utilizando el diálogo a todo nivel.
De ahí que la marcha y el paro no son más que dos expresiones manipuladas por la CIA, que ha vuelto para desestabilizar los gobiernos progresistas de la región. Pero, como dice el Presidente, y lo reafirma la mayoría de nuestro pueblo: “No volveremos al pasado”. (O)
Fuente: EL TELÉGRAFO
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