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Leonardo Vicuña Izquierdo
leovicuna@hotmail.com
En tiempos de la partidocracia y gobiernos represivos había dirigentes sindicales e indígenas leales, capaces, probados; tomaban decisiones serias y hacían demandas fundamentadas en beneficio de la clase trabajadora e indígenas, quienes luchaban contra la exclusión, discriminación y por el reconocimiento y ejercicio pleno de sus derechos ancestrales.
Era una dirigencia respetable, tenía como norte las reivindicaciones clasistas, demandas contra los ‘paquetazos’ neoliberales del FMI, repudio a la política económica oligárquica y al poder terrateniente feudal, en el marco de la lucha contra el capitalismo opresor, la explotación a los trabajadores, la dominación imperial, las prácticas de saqueo y depredadoras de las transnacionales, el endeudamiento indiscriminado, la venta de soberanía, el fomento de la economía especulativa, los atracos bancarios, los impuestos contra el pueblo.
Era la lucha por el pueblo y la patria, por el progreso social y contra el sistema. Jamás por lo contrario, y menos junto a los representantes del mismo; por ello, la respuesta de los gobiernos siempre fue de rechazo, desprecio, represión, violencia, cárcel y muerte. Los paros eran verdaderos y los levantamientos tenían apoyo de las bases, los pobres, la gente y las organizaciones progresistas.
Esta reflexión invita a una evaluación objetiva de la última marcha violenta, que es lo que realmente se dio en Quito, y pocos lugares con el cierre de vías. Todo apoyado por el viejo poder, los ricachos, banqueros, la gran prensa, los partidos de derecha, algunos renegados, respaldados por ONG y agencias extranjeras, que ensayan todos los métodos y transitan por todos los caminos para desprestigiar, desestabilizar y dar golpes de Estado, blandos o violentos, a fin de terminar con los gobiernos progresistas y revolucionarios. Es la historia de América Latina, y Ecuador no es la excepción.
Revisen quiénes los apoyaban y qué intereses representan; ¿o es que ahora la derecha se identifica con los obreros, campesinos, los pobres, los intereses indígenas? ¿O es que los ricos y sus partidos quieren un Estado democrático, la revolución laboral, la agraria, soberanía, petróleo para el desarrollo, freno a la banca corrupta, a la evasión tributaria? ¿Quieren acaso la redistribución de la propiedad y la riqueza para liquidar la inequidad social?
No hubo paro. Si no que se diga de alguna fábrica, empresa comercial, agrícola, de transporte, etc., que haya parado en adhesión o por orden del FUT en algún lugar del país. Fue un pretexto de la oposición que manipuló o utilizó a cierta dirigencia para continuar con el relajo y la politiquería.
Tampoco hubo ‘levantamiento indígena’, o si no que indiquen en dónde se levantaron en apoyo a la ‘plataforma’ del viejo sindicalismo, que no advierte de los cambios que se han dado y la necesidad de defenderlos, profundizarlos; menos exigir que se den otros, y junto al pueblo y sus organizaciones, incluida Alianza PAIS (AP), luchar para que se cumplan a todo nivel las ofertas electorales, los planes. Más parece que defienden los intereses de los ricos.
Dieron un giro a la protesta violenta y a eso llamaron ‘levantamiento del pueblo ecuatoriano’, lo que fue ridículo. No pueden tomar su nombre quienes sacaron el 3% de votos.
Por cierto que la derecha, los que la sirven, puede mover gente, crear condiciones para un golpe de Estado; lo ha hecho siempre, tiene recursos, experiencia y apoyo imperial. Hay que enfrentarla con organización, unidad y vinculación seria con los movimientos progresistas. AP debe evaluar objetivamente y actuar en consecuencia. (O)
Fuente: EL TELÉGRAFO
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