***SNN
POR: Ángelo Barahona
En lo laboral me tocó compartir con el pastor y periodista Eduardo González a finales de los 90, cuando yo trabajaba en un programa familiar del mediodía en TC y él era la imagen central del noticiero. Ya antes lo había entrevistado, cuando Eduardo era la figura central de La Noticia de Telesistema y tenía como palmarés el haber trabajado para la cadena estadounidense CNN.
Uno de los camisetazos que más se recuerden fue justamente el cambio de canal de Eduardo. Dejó Telesistema (hoy RTS) para ir a TC. Ahí comandó el programa de noticias ‘Ocurrió así’, una franquicia americana que convirtió a Eduardo en un rostro familiar y amable que culminaba cada emisión con la frase que pronto se convirtió en su marca registrada: “Esto ya es historia”.
Volvimos a coincidir como compañeros de trabajo en una emisora local. Y siempre lo recordaré por su don de gente y sinceridad, no muy común en ambientes donde prima la frivolidad.
Pastor por convicción y periodista de oficio. Cuánto tuvo de humano y sincero este solo personaje. Y cuánto de profesional, frontal y honesto. Referirse a Eduardo González hoy es ciertamente complicado porque cualquier elogio podría resultar exagerado para muchos, no para quienes lo conocimos bien.
Nunca un gesto déspota, jamás un desaire o desplante hacia sus compañeros y amigos. La envolvente vanidad que a veces asfixia en la televisión nunca lo tocó a él. Era el nexo y facilitaba el trabajo de sus compañeros.
Recuerdo la primera vez que lo entrevisté en la Casa de la Cultura, donde quedaba RTS; yo editaba la sección espectáculos de una revista zonal y mi jefe, Fernando Artieda, me había solicitado que lo convirtiera en portada de viernes. Su horario terminaba a las 21:00. Por un tema de tráfico aparecí mucho más tarde de lo pautado. Eduardo (quien no me conocía ni de nombre) me esperó en el lobby de ese edificio y me recibió de lo más sonriente y sin siquiera mencionar el tema del tiempo esperado, logrando una entrevista que motivó el reconocimiento de mis jefes. Llamó para agradecer cuando el reportaje salió publicado. Anécdota que siempre traíamos a colación cuando nos encontrábamos.
Luego de la dolencia que lo afectó en el 2010, debo admitir que siempre pensé que Eduardo mejoraría y volveríamos a verlo y escucharlo en los medios. Pero en realidad era el inicio del fin de su maravillosa carrera, puesta siempre en beneficio de su público. No volvió a ser el mismo. Una isquemia cerebral lo afectó en lo sucesivo. La última vez que le hice una nota fue en noviembre de 2014 para mi programa Detectives de Famosos. Me invitó a su casa. Me mostró personalmente su hogar, formado junto a su mujer, con hijos orgullosos de su legado.
Aunque el sentido del habla lo tenía afectado no era difícil entenderle porque hay cosas que no se necesitan expresar con palabras.
Me escuchó, sonrió para las cámaras, nos tomamos muchas fotos y me dio tiempo para confiarle un par de cosas. Y allí está la entrevista más bonita de ese programa. La que mejor pude hacer. La de la despedida. El pastor, maestro, periodista falleció la semana pasada. Y es parte de la historia, de las buenas. (O)
Fuente: EL TELÉGRAFO
No hay comentarios:
Publicar un comentario