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LOS VEHÍCULOS ERAN COMERCIALIZADOS EN $ 12 MIL O MÁS
La banda desarticulada sustraía semanalmente al menos 2 autos y compraba chatarras de otros en aseguradoras.
Javier Alvarado, jefe de la STA, explica qué partes son reemplazadas en los vehículos robados. Foto: Cortesía
Un joven padre que salió a trabajar como taxista en su vehículo, un Chevrolet Aveo blanco, fue víctima de los delincuentes la madrugada de ayer. Un individuo le pidió que lo lleve al Guasmo Sur donde, cuando llegaron, los esperaban otras 3 personas que con armas lo amedrentaron y secuestraron por varios minutos. Luego lo abandonaron y se llevaron su carro.
El automóvil tenía instalado un sistema de rastreo satelital conectado al celular de su esposa, lo que permitió bloquearlo. Los delincuentes se vieron obligados a dejarlo en las calles Portete y la 38, en el Suburbio Oeste de Guayaquil. “Gracias a Dios mi esposo está vivo. Eso es lo importante”, dijo la mujer.
Francisco Freire, quien estaba de turno en la Fiscalía de Flagrancia, indicó que hay que investigar si el auto fue empleado en otro hecho delictivo. Es posible que el medio de transporte iba a ser desmantelado o convertido en legal.
¿Cómo hacen esto?
Javier Alvarado, jefe de la Sección Técnica Antidelincuencial (STA) de la Policía, explicó que los antisociales compran en las aseguradoras vehículos prácticamente inservibles, pero que tienen plaquillas con códigos de identificación que son puestas en los autos robados para hacerlos circular sin inconvenientes. Las series están cerca de la mascarilla y en el block del motor.
De acuerdo con información de la Policía Judicial de la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), de enero al 6 de agosto de 2015 se reportaron 1.153 robos de vehículos, de los cuales 595 fueron recuperados. De enero a junio la cifra fue de 749 a nivel nacional.
Alvarado indicó que la semana anterior fue desarticulada una agrupación que operaba con esta modalidad y cuyo centro de operaciones era el cantón Durán. Se robaban 2 vehículos por semana. Ocho personas fueron capturadas y 10 carros recuperados.
El oficial, al tiempo que señalaba uno de los vehículos, decía: “éste lo encontramos en proceso de transformación. Esas placas le pertenecen a uno siniestrado, las verdaderas son GSI-9823. Esas son las 3 piezas fundamentales que necesitan cambiar para circular sin problema (plaquilla, block del motor y placas), además de la documentación legal que es indispensable para la matriculación”, detalló.
Añadió que muchas personas han sido estafadas, pero hasta la semana anterior solo 22 habían sido identificadas. “Este carro lo vendían a unos $ 13 mil o $ 14 mil y ellos invertían máximo $ 6 mil. Aparte de ganar más del doble, comercializan las otras partes que quedan”.
Agregó que de los 10 carros recuperados en el operativo ‘Transformers’, 9 eran Chevrolet Aveo. Los delincuentes los prefieren, ya que tienen la facilidad de manipular las plaquillas con los números de serie.
“Los vehículos siniestrados no deberían salir a la venta, sino ser chatarrizados. Vamos a recomendar que se genere una norma para evitar la comercialización de estos carros, que está aprovechando la delincuencia”, enfatizó Alvarado.
Además, informó que hay más talleres que están en la mira de los agentes y que ya está en manos de la Fiscalía investigar qué personas adquirieron los carros siniestrados en las aseguradoras.
Édison Gallardo, comandante de la Zona 8 de Policía, mencionó que los individuos compraban los vehículos en precios que oscilan entre 2 mil y $ 4 mil, con la finalidad de sacarles las placas de identificación. “Es importante hacer un llamado a las personas que han denunciado el robo de sus carros para que vengan a reconocerlos. A veces las víctimas no denuncian y acceden a pagarles a los delincuentes que los extorsionan por la devolución de su vehículo”, aseveró.
Jorge Flores, jefe de la Policía Judicial de la Zona 8, explicó que en un análisis permanente de los índices delincuenciales se evidenció un crecimiento inusual del robo de vehículos, por lo que se activó la Sección Técnica Antidelincuencial (STA) para que investigue a organizaciones dedicadas a este delito.
De acuerdo con información de los agentes, las transformaciones de los carros se ejecutaban en talleres de Durán y Guayaquil, eso les tomaba como unos 15 días.
Las primeras semanas las empleaban para ‘enfriar’ el carro robado y la última para hacerle los cambios. Las piezas restantes, como cajas de cambio, alternadores, motores, entre otros, también eran vendidos para aumentar las ganancias. “Los carros dados de baja podrían ser arreglados en unos 3 meses. Pero ellos los sacaban a la venta en menos de 15 días en patios o en ferias”, aclaró.
Flores manifestó que la organización no tenía un territorio determinado para la sustracción de vehículos, pues incluso uno de los recuperados fue robado en Manabí. Algunos de estos fueron hurtados de estacionamientos, otros obtenidos a través del secuestro exprés, entre otras modalidades. (I)
Fuente: EL TELÉGRAFO
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