viernes, 5 de agosto de 2011

CASA CEIBO EN BAHIA: Elegancia con toque natural

***SNN



En la ciudad de Bahía de Caráquez, en el norte de Manabí, se levanta un espacio en el que hay un estrecho vínculo entre el hombre y la naturaleza. Un amplio jardín da la bienvenida.

VISTAZO*

Glenda Ortega / gortega@vistazo.com
Fotos: Lalo Calle y Manolo Avilés


En apenas dos años de funcionamiento, Casa Ceibo Hotel y Spa obtuvo dos de los más importantes reconocimientos internacionales a la infraestructura turística sustentable: la certificación verde Green Star Diamond Award, otorgado por la Academia de las Ciencias Hospitalarias (American Academy of Hospitality Sciences) y la certificación Smart Voyager, que otorga el programa de conservación y desarrollo a quienes cumplen con los estándares integrales de sustentabilidad.


Estos logros pueden ser observados por sus huéspedes en el lobby, frente a una pequeña caída de agua, cuyo sonido es el único que se escucha en el interior de las instalaciones.


Durante su construcción, este hotel ecológico, ubicado en Bahía de Caráquez, fue encaminándose hacia un turismo sostenible. Lo verde de su nombre se refleja en los espacios dentro y fuera de su edificio principal. En las 18 habitaciones, de tipo hotel-boutique, denominado así por la atención personalizada a sus visitantes, está la explicación de esos reconocimientos. “El lavado diario conlleva millones de galones de agua y detergente.


Sírvase colgar las toallas que desea reutilizar. Se lavarán las que estén en el cesto”, es la leyenda que reza en cada una de las tarjetas colocadas encima de las camas, como parte del programa de reutilización de lencería del hotel. De esa manera, su personal procede a lavar estrictamente las toallas y salidas de baño que no hayan sido colocadas en la canasta. Ocho de cada 10 huéspedes se contagia de esta iniciativa, afirma su gerente de Operaciones, Javier Paéz.


Trabajo sustentable
En todos los baños el jabón que se usa es biodegradable y el 80 por ciento de los focos son ahorradores.
En la piscina y la lavandería tampoco se utilizan productos que atenten contra el ecosistema.


“Todo es perfecto”, es la traducción de la frase “Everything is just perfect” que uno de los viajeros dejó escrito en el libro de visitas. Esa opinión refleja la armonía entre sus dos ambientes; sus interiores mantienen la elegancia en la decoración, sin dejar su vínculo con la naturaleza, mientras su parte externa deslumbra desde la entrada al lugar, donde ceibos de casi cuatro metros de altura dan la bienvenida.


En total, son 8.000 metros destinados a un colorido jardín que estrecha la relación del hombre con la naturaleza. Allí han sido sembrados eucaliptos, palmeras de coco, rosas, césped, que pueden ser observados mientras se da un paseo por los caminos de piedra.


Durante la caminata por esta área se observan los tachos de basura, destinados para colocar allí desechos orgánicos e inorgánicos. Estos últimos son separados, de acuerdo a grupos de plástico, papel o vidrio, para luego ser llevados a los contenedores para su posterior recolección.


En el caso de los orgánicos, mediante un cronograma semanal, éstos son llevados al área de la compostera, ubicada a un extremo del jardín, y destinada para la descomposición de los desperdicios. El proceso de descomposición toma alrededor de 45 días, tiempo en el que los desechos son mezclados con varias capas de pasto y levadura, para luego ser cernidos y llevados de nuevo como abono reutilizable para el jardín. De esa manera se devuelve al suelo parte de lo que éste aporta.


El gran espacio verde incluye además una extensión de mangle, en cuyo centro fue construido un muelle y desde donde muy cerca saltan los peces. Se observan varios tipos de garzas y decenas de fragatas que vuelan en ese sector. En esta zona, bañada por el río Chone y rodeada de la Isla Corazón, se logra divisar las cerca de 2.000 plantas de mangle rojo que fueron reforestadas el año anterior, con la idea de que esta especie crezca un metro anualmente, algo que favorecerá en el crecimiento de las 40 especies que habitan en la zona del mangle.


Parte del trabajo que realiza Casa Ceibo en turismo sostenible es la conservación de la Isla Corazón junto a Asomanglar, una agrupación de guías naturistas de esa zona, en Manabí. Dentro de los productos estrellas que se ofrece está “el paquete verde”, que consiste en un viaje hasta esa isla para que los visitantes, junto a los niños de la escuela Ecoclub, participen de la recolección de basura.


Todas estas iniciativas contemplan además el apoyo a la comunidad local. En 2010, Casa Ceibo donó a los habitantes de Bahía de Caráquez, una planta de tratamiento de agua.


Estas políticas hicieron que luego de la última inspección anual que realizó el Programa para Conservación y Desarrollo, Casa Ceibo reciba la certificación Smart Voyager 2011.

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