A principios de este mes, viajaron a Lima, Perú, para participar en un concurso de robots seguidores de línea. Son máquinas cuya tarea es seguir una línea marcada en el suelo (una línea negra sobre un fondo blanco).
Sus creadoras: Tatiana y Verónica Benalcázar Bayas, son hermanas y aunque estudian en universidades diferentes de Quito decidieron sumar esfuerzos para diseñar y construir estos robots.
Después de meses de trabajo, ambas jóvenes, oriundas de Cotacachi, en la provincia de Imbabura, crearon los prototipos previos a los definitivos. Con estos últimos, obtuvieron el primero y segundo lugares en este certamen donde participaron más de 20 grupos, provenientes de cinco países de América Latina.
Esta competencia se desarrolló en la Universidad Nacional de Ingeniería, en Lima, Perú, y fueron vencedoras en la categoría Seguidor de línea destreza. Tatiana, estudiante de Ingeniería Electrónica y Control de la Escuela Politécnica Nacional (EPN), explica que estos aparatos pueden seguir diversas trayectorias.
Además, los seguidores de línea deben ser capaces de elegir la mejor ruta y pasar pruebas inesperadas como: líneas continuas, líneas entrecortadas, planos, curvas, rampas de subida y de bajada, túneles y puentes, letras y figuras.
Sus máquinas son capaces de seguirlas, gracias a un conjunto de elementos que conforman la parte electrónica. El robot de Tatiana, denominado Robotina, obtuvo el segundo lugar.
Verónica Benalcázar Bayas, su hermana, obtuvo el primer puesto con el robot Arturito.
Advierte que estos aparatos están formados por un microcontrolador, considerado el cerebro de la máquina. Este componente le permite decidir, mediante un programa, las distintas posibilidades que encuentra durante su trayectoria.
El objetivo del concurso es que las máquinas recorran las diferentes trayectorias en el menor tiempo posible.
El diseño de cada prototipo demandó esfuerzo. En el diseño del primero tardaron tres meses y fue construido en el 2009. Desde entonces, lo perfeccionaron hasta conseguir máquinas capaces de seguir las líneas con una precisión equiparable a la de un relojero. Verónica Benalcázar indica que el primer seguidor de línea surgió a partir de un proyecto de la universidad.
“Como funcionó bien nos decidimos, con mi hermana a participar en Lima”.
Fue un profesor de la Universidad Politécnica Salesiana quien le recomendó competir.
Viajaron con los robots en el avión y todos sus componentes ocuparon tres maletas. Llevaron tres robots: dos para el concurso y uno adicional de reemplazo.
También empacaron las tarjetas electrónicas, los cargadores de baterías, multímetro y las pistas. Su madre, Ayda Bayas, las acompañó y confirma que todos los elementos llegaron bien protegidos.
“Antes de viajar, nos preocupamos de llevar todo y empacarlo bien. Casi no dormimos”.
Las jóvenes fueron tan precavidas que llevaron una serie de repuestos y extensiones para garantizar el funcionamiento.
Advierten que muchos equipos no pudieron participar, porque sus máquinas sufrieron daños.
Los gastos de la construcción de los robots fueron financiados con dinero propio.
Verónica comenta que ella recibió ayuda económica de la Politécnica Salesiana para poder viajar. Esta institución asumió los gastos de transporte, alimentación y alojamiento.
Tatiana y Verónica explican que el programa diseñado para los robots les permiten a estas máquinas escoger las rutas más cortas y observar, a través de los sensores, las diferentes posibilidades.
Los sensores son como los ojos del seguidor de línea. Además, tienen a los costados un par de llantas que les ayuda a movilizarse hacia diferentes direcciones. Consideran que los estudiantes necesitan más apoyo para materializar sus ideas. Su siguiente meta es viajar a Brasil para participar en otro campeonato, pero necesitan apoyo económico para cubrir los gastos.
Su participación
El concurso se realizó entre el 8 y 12 de agosto de este año. Fue la primera vez en la que participaron mujeres en este evento.
Los robots llegaron en buen estado a Lima y aunque no hubo necesidad de arreglarlos, sí tuvieron que calibrarlos antes de la competencia. El jurado observó el diseño de los robots, para luego colocarlos en la pista y medir el tiempo de recorrido.
Sus robots también fueron probados en una pista que representaba a la araña de las líneas de Nazca, con líneas entrecortadas de diferente distancia y un túnel. En esta clasificaron 4 robots de dos países: Ecuador y Bolivia.
Fuente: EL COMERCIO*
Genial, arriba EPN y UPS, esta vez primero UPS y luego EPN jejeje
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