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En una carta dirigida por la secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, al presidente de la Cámara de Representantes de Washington, John A.
Boehner solicita al Congreso de su país, que se reanude el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) y la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas (ATPA), así como el programa de Asistencia para Ajuste Comercial (TAA).
La carta la escribió Clinton en conjunto con Ron Kirk, representante Comercial de Estados Unidos, el 7 de abril de 2011, dos días después de la salida de la embajadora, Heather Hodges del Ecuador, y está publicada en el sitio web del Departamento de Estado.
Carta enviada
“Instamos al Congreso a que reautorice los programas SGP, ATPA y TAA a la brevedad y por el período más largo posible, para así mantener un compromiso con los trabajadores estadounidenses, apoyar trabajos en EEUU, promover desarrollo económico en el exterior, y proveer más certeza para negocios e inversionistas estadounidenses y de países en desarrollo”, afirma.
El documento detalla que los dos sistemas de preferencias gozan de amplio apoyo bipartidista y sirven para promover el crecimiento económico en el mundo en desarrollo. Los tres programas apoyan empleos en EEUU e incrementan la competitividad de ese país.
Se explica que el programa SGP provee acceso preferencial libre de impuestos a Estados Unidos a casi 4.800 productos provenientes de 129 países y territorios designados como beneficiarios. Este sistema apoya el desarrollo económico sostenible, impulsado por el comercio, en lugares como Afganistán, Pakistán, Armenia, Georgia y Camboya.
En tanto, el ATPA provee acceso libre de impuestos a productos de Colombia y Ecuador, promueve la diversificación de exportaciones, consolidación de la democracia, y la lucha contra el tráfico de drogas en estos dos importantes países latinoamericanos.
Según la información el SGP y el ATPA benefician la economía de EEUU. Esto lo confirma un estudio de la Cámara de Comercio de EEUU, el movimiento de importaciones bajo el SGP de los muelles a los consumidores, granjeros y fabricantes de EEUU, sostiene a 80.000 empleos estadounidenses.
Las importaciones bajo el ATPA también apoyan a miles de trabajos de EEUU en sectores que van desde la lencería a las flores. Y algunas de las importaciones son utilizadas como insumos por compañías de ese país para fabricar bienes.
Los programas son particularmente importantes para pequeños negocios estadounidenses, muchos de los cuales dependen de los ahorros arancelarios de los programas para mantenerse competitivos. El SGP y el ATPA también ayudan al presupuesto de las familias estadounidenses al reducir los precios de bienes de consumo.
Clinton indica que la caducidad de la autorización del SGP y el ATPA ha costado millones de dólares en aranceles adicionales de importación a negocios de EEUU, costos suplementarios a fabricantes y consumidores estadounidenses, además que socava los esfuerzos de crecimiento económico y lucha contra la pobreza de los países pobres.
“Si los programas no son reautorizados pronto, muchos importadores de EEUU podrían ser forzados a buscar otras fuentes para sus importaciones SGP y ATPA, incrementando costos para todos y perjudicando los objetivos de desarrollo de los programas”, recalca.
Finalmente, manifiesta que se necesita un trabajo de forma conjunta para encontrar un camino hacia adelante en autorizar una extensión a largo plazo de los programas TAA, que han ayudado recuperarse a tantos estadounidenses. En los últimos dos años, el número de trabajadores inscritos en capacitación del TAA incrementó en un 150%. Estos programas vitales aseguran que los trabajadores de Estados Unidos tengan acceso a capacitación y recursos cuando más lo necesitan.
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