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Juan Carlos Calle Serna, que fue detenido en Ecuador, era requerido por la justicia de su país, Colombia, por delitos como porte y, tráfico de armas y falsificación de documento público.
“Yo llegué a Ecuador hace tres años y vine a buscar trabajo. En Colombia era constructor. Yo no tengo dinero. El carro es de mi esposa y de la casa (en Quito) estoy pagando arriendo”.
Así es como Juan Carlos Calle Serna respondía ante una serie de preguntas mientras estaba en el asiento trasero de una camioneta Chevrolet LUV doble cabina de color plomo. Eran las 20:00 del viernes 16 de marzo pasado, y tan solo una hora y media antes agentes de la Unidad de Lucha Contra el Crimen Organizado (ULCO) lo habían detenido. Él estaba identificado como el encargado de las coordinaciones internacionales de la organización narcodelictiva que es conocida en Colombia como Los Rastrojos.
La detención ocurrió a 500 metros de la entrada al exclusivo conjunto habitacional Rinconada de Auki Chico, en Lumbisí, valle de Cumbayá, ubicado al nororiente de Quito.
Juan Carlos es hermano de los buscados capos de la droga Javier y Luis Calle Serna, individuos que crearon hace poco más de una década la banda criminal de Los Comba, luego de desmovilizarse de las Autodefensas de Colombia (AUC). Actualmente los tres hermanos Calle Serna figuran para las autoridades colombianas como los líderes de Los Rastrojos.
Juan Carlos Calle Serna, alias Armando o Comba, estaba siendo seguido de cerca por la Policía local desde hace un año; pero las sospechas de que uno de Los Comba estaba en el país nació con la detención, en abril del 2010 en Quito, del también colombiano Raúl Quintero Sanclemente, alias RQ, quien estaba vinculado con el negocio de la droga del cartel del Norte del Valle (Cauca-Colombia).
“Él (Calle Serna) es un lavador de dinero que a veces recibía en Ecuador a narcos”, explicó un agente investigador.
Otras pistas para llegar hasta Armando las obtuvieron al capturar a Jhon Jairo Vasco, alias Nico en Guayaquil, en abril del 2011, quien tenía relaciones con el grupo delictivo Cordillera, con base en Pereira, zona que es parte del área manejada por Los Rastrojos, junto al Valle del Cauca y otros sitios del Eje Cafetero en Colombia.
Las operaciones de vigilancia revelan que alias Armando no era un tipo ostentoso ni problemático. “El blanco a seguir (Calle Serna) manejaba en el país un perfil bajo. Incluso cuando fue detenido no llevaba seguridad. Los dos adultos que lo acompañaban el día de la captura eran de su familia y no guardaespaldas”, apunta un agente de la ULCO.
Como explicación a esta falta de seguridad personal, pese al rango dentro de la organización delictiva que tenía alias Armando, está el que no quería levantar sospechas teniendo un gran grupo que lo vigile a todo lado, “como sucede en Colombia”.
Un elemento de Inteligencia policial, quien pide la protección de su identidad, hace un análisis a este comportamiento. Refiere que Los Comba son exparamilitares (AUC) que combatieron en la selva del Putumayo colombiano y que están acostumbrados a otro tipo de vida o reaccionan diferente ante las amenazas.
“El detenido (Juan Calle Serna) es un ‘guerro’ (persona que ha estado en combate). Por su lucha en la selva no tiene el mismo comportamiento que un narco común. Él no esta acostumbrado al lujo extremo ni tampoco es tan ostentoso”, cuenta la fuente.
Vecinos del conjunto en el que habitaba Calle Serna califican al individuo como extraño. Dicen que no se lo veía mucho y que era intrigante que los carros, casi siempre diferentes y de modelos nuevos, en la casa Nº 2 de la Rinconada salían solamente muy temprano y retornaban bien en la noche.
Pese a los supuestos comportamientos austeros de Calle Serna, informes policiales señalan que el individuo, a través de un testaferro ecuatoriano, compró en efectivo hace dos años la casa en la que vivía ($ 300 mil); era propietario de al menos 50 autos (marcas Toyota Prius, Hyundai Santa Fe, entre otros); y manejaba inversiones en bienes raíces, construcción, compraventa de autos y empresas ‘pantalla’ de exportación de fruta y transporte de carga.
Se presume que el individuo, mediante terceros, mantenía un gasto personal que alcanzaba los $ 5 millones anualmente. Su familia se componía de su esposa y dos hijas, aunque se conoció que familiares lo visitaban cada seis meses.
Juan Carlos posee una visa de inversionista. El ministro del Interior, José Serrano, dice que el individuo la consiguió debido a las falencias que existían en el sistema en el 2007; pero Calle Serna asegura que tiene el documento desde hace tres años y que se lo dieron debido a que su esposa poseía una visa de inversionista desde muchos años, por comerciar con Ecuador.
Legalmente, a nombre de Juan Carlos Calle Serna o de su esposa no existe un negocio que pueda justificar las condiciones en que vivían. El individuo no registra actividad económica, pese a que señaló que se dedica a la venta de ropa. Datos policiales hablan de que el local llamado In Fashion Boutique, en el valle de Tumbaco, es el negocio visible en el que pasaban siempre la esposa de Calle y el testaferro, quien es investigado por lavado de activos.
“Tenemos nombres, actividades y negocios en los que invirtió el testaferro de Calle Serna el dinero de las negociaciones del narcotráfico de Los Rastrojos. Ahora debemos establecer las conexiones con un delito para el proceso legal por lavado de activos”, recalcó un oficial.
Detalles: Narcotráfico
Líderes
La banda colombiana de Los Rastrojos está al mando de los hermanos Javier Antonio y Luis Enrique Calle Serna, Los Comba.
Deportación
Juan Carlos, alias Armando, el menor de los hermanos Calle Serna, fue deportado porque ingresó a territorio ecuatoriano con documentación falsa y por mal uso de su visa de inversionista.
Recompensa
Por cada uno de los dos hermanos Calle Serna en Colombia se ofrece una recompensa de hasta 5.000 millones de pesos o 2,8 millones de dólares, mientras por datos que lleven a la captura de Javier Antonio Calle Serna, EE.UU. ofrece una recompensa de cinco millones de dólares.
Banda narcodelictiva planificó de a poco su ingreso al Ecuador
La Policía destacó la captura de miembros de bandas de narcotraficantes que ha detenido en diversos operativos.
La ubicación estratégica de Ecuador, con costas y puertos importantes y una extensa frontera con pasos clandestinos, hizo que Los Rastrojos piensen en el país como una plataforma para la comercialización y paso de droga producida en el sur de Colombia.
Datos que posee la Policía señalan que desde hace poco más de tres años Los Rastrojos se apoderaron de las actividades ilícitas en el departamento de Nariño, en el sur de Colombia, frontera con Ecuador.
La visión de la organización no solo era controlar el lugar en el que está la mayor parte de producción de hoja de coca de ese país, también, al ser Nariño un departamento fronterizo a Ecuador, se podría manejar el paso y comercialización del alcaloide.
A partir de esa información, las autoridades ecuatorianas presumen que los hermanos Comba, líderes de Los Rastrojos, son los propietarios de los grandes cargamentos de cocaína decomisados en Ecuador en los últimos años.
Autoridades citan como ejemplo uno de los decomisos más importantes en Ecuador vinculados a Los Rastrojos: la operación Aniversario.
En esta, realizada en octubre del 2009, se decomisó 8,3 toneladas de cocaína que vinieron del sur de Colombia y pasaron para Ecuador por Lago Agrio (Sucumbíos). Se embodegaron en Quito, pero tenían como destino los puertos de Manta, en Manabí; y Guayaquil.
Desde allí se pensaba sacar la droga en embarcaciones tipo Go Fast (lanchas rápidas) para ser arrojadas en alta mar, para que luego otro transporte los recoja y las lleve hasta las costas de Centroamérica o México.
Para agentes de inteligencia, el control que buscaron imponer en Nariño Los Rastrojos, desde hace tres años, originó un sinnúmero de muertes que alarmaron al lado ecuatoriano, en las zonas de San Lorenzo, en Esmeraldas, y Lago Agrio, en Sucumbíos.
“Nadie va a ceder espacios cuando se trata del narcotráfico. Los lugares en este negocio solo se ganan a punta de muerte”, indicó un oficial de la Unidad de Lucha contra el Crimen Organizado (ULCO) de la Policía, que participó en el operativo de captura.
Todas estas acciones coinciden con el tiempo de estadía en Ecuador (3 años) de Juan Carlos Calle Serna. Previamente el individuo (desde el 2006) había permanecido por poco tiempo en Colombia, Bolivia y Perú.
Informes de la ULCO sostienen que desde hace un año Juan Carlos estaba ubicado y sobre él recaían seguimientos permanentes, pero no lo podían detener porque no había cometido en Ecuador ningún delito.
La Policía investigaba pistas que señalaban a alias Armando como el encargado de administrar los contactos internacionales de Los Rastrojos.
La ULCO registró que Calle Serna realizó viajes para negociaciones a Colombia, Venezuela, México, Chile, Argentina, Perú y Brasil. En estos dos últimos países habría estado confirmando nuevas rutas para enviar cocaína hacia España, Holanda y Turquía.
De las últimas pretensiones de Calle Serna, al ser el representante del clan manejado por sus hermanos, se conoce que buscaba posesionarse del mercado de la droga en África.
Fuente: EL UNIVERSO*
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