El deslave la mañana de ayer. La gráfica muestra la obstrucción del caudal del Coaque.
Un derrumbe taponó el cauce del río Coaque y encendió la alarma en Manabí
PEDERNALES. Un cerro se vino abajo ayer en el sitio Piedra Maluca y bloqueó el río Coaque a unos 4 kilómetros antes de la parroquia Atahualpa.
Vía telefónica el prefecto de Manabí, Mariano Zambrano, confirmó que la afectación interrumpió el paso vehicular. "Varias casas quedaron prácticamente sepultadas por el agua, afortunadamente no hay pérdidas humanas", mencionó la autoridad provincial, quien destacó que la tierra del deslizamiento había ocasionado un dique en el lugar y también el desbordamiento del río que afectó además a los cultivos.
Por su parte Miguel Camino de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos, indicó que con la maquinaria que se tiene trabajando en el lugar, en dos días habrán superado el problema. Hubo que evacuar a unas 400 familias, y se negoció con hoteles de Pedernales para su alojamiento.
La preocupación pudo más que el sueño y el cansancio. Gutemberg Vilela no pudo dormir. Dejó sin vigilancia su casa, ubicada en la ribera del río Coaque, en Pedernales, provincia de Manabí.
Vilela temía por sus pocas pertenencias abandonadas. “El sector donde vivo es peligroso y no faltan los delincuentes”.
Desde el viernes, él se encuentra en la iglesia de la comunidad de Coaque. Es una de las 120 personas de la zona que fueron evacuadas por disposición del Comité de Operaciones Emergentes.
La medida se tomó luego de que en el sector Piedra Maluca, parroquia Atahualpa, se registrara un derrumbe de proporciones, que taponó el cauce natural del río Coaque y lo represara. En el sector se está formando un embalse.
El prefecto de Manabí, Mariano Zambrano, llegó del sitio en helicóptero e hizo una primera evaluación. “Nunca había visto algo como eso. Hay cualquier cantidad de tierra. Al menos 10 casas inundadas. Solo se ve sus techos”.
Según el secretario Nacional del Agua, Walter Solís, quien llegó a Pedernales, unos 200 000 metros cúbicos de tierra están en el paso del río. Existe el riesgo de que el agua se acumule a tal punto que, por su fuerza natural, venza el dique de tierra y avance súbitamente por su cauce arrastrando todo al paso. Por eso, como medida preventiva, se pidió a las personas que abandonen sus hogares.
“Nosotros entendemos el peligro y por eso hemos acatado la disposición”, dijo Vilela. “Pero necesitamos que el Ejército cuide nuestras pertenencias o evite que gente extraña entre a la zona”.
La gobernadora de Manabí, Susana Dueñas, aseguró que la Policía precautelará las pertenencias de los pobladores, mientras dure la emergencia, y que se entregarán raciones alimenticias y colchones a los damnificados.
Aún se ignora cuántas familias deberán salir de sus hogares. Se calcula que serían cientos, pues el Coaque cruza varias comunidades de Pedernales. En su camino incluso está una importante fábrica empacadora de camarón.
Las personas evacuadas serán llevadas a la escuela y a la iglesia del Coaque, que están en la zona más alta del sector, sobre una elevación montañosa. Dicsi Zambrano, profesora de la Escuela Coaque, dijo que hay capacidad para albergar a 80 personas.
Ayer, 10 integrantes de una familia improvisaron una cama en el lugar. Juntaron las mesas de madera y sobre ellas tendieron una sábana. Ahí, Jhoana Caichingre, esperaba que sus dos niños menores de edad pudieran descansar. Estaban agotados. El sol no dejó de mostrarse ayer en Pedernales y no tenían agua. La ayuda de los organismos estatales llegó al finalizar la tarde.
Un equipo de geólogos de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos está levantando información técnica para eliminar el dique. Una de las posibles opciones sería abrir pequeños canales para que el agua desfogue lentamente. Pero aún no hay una disposición definitiva al respecto.
La Prefectura de Manabí envió maquinaria pesada para abrir caminos alternos que permitan llegar hasta el sitio del derrumbe.
Dueñas dijo que se entregarán todos los recursos necesarios para dar una solución al problema.
Un muerto por rayo en Otavalo
Imbabura no se libra del embate de los temporales. Un rayo que cayó la noche del viernes último en Otavalo terminó con la vida de José Antonio Muenala.
Los familiares del fallecido informaron que la tragedia ocurrió a las 21:30, en la comunidad indígena de Azama.
Ayer se le practicó la autopsia. Ahí se confirmó que murió a causa del un paro cardíaco, por los efectos del rayo que atravesó su cuerpo. Tenía dos dedos de la mano izquierda quemados. El ciudadano de 47 años tenía 11 hijos.
Según Fabián Salas, meteorólogo del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), la noche del viernes se reportaron lluvias acompañadas de una tormenta eléctrica en Otavalo.
José Antonio Muenala habría estado descansando en su casa. Sin embargo, desconectaba la refrigeradora pensando que los rayos la podrían afectar. En ese momento, una centella habría ingresado por su casa matándolo en el acto. Muenala es la primera víctima mortal del invierno en Imbabura.
Fuente: EL DIARIO* | EL COMERCIO*
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