martes, 15 de septiembre de 2015

¿El final del ciclo (que no hubo)?

***SNN




POR: Emir Sader

Frente a dificultades en varios países con voz grave, algunos lamentan ya lo que sería el final del ciclo de gobiernos progresistas en América Latina, sumándose, una vez más, a voces de la derecha. Un ciclo que ellos nunca han reconocido su existencia.

Antes se decía que no había ruptura alguna, que los nuevos gobiernos eran la continuidad neoliberal de los anteriores. La Venezuela de Hugo Chávez reproduciría a Acción Democrática y a Copei. El gobierno de Lula sería la continuación del de Cardoso. La Argentina de los Kirchner no se diferenciaría de la de Menem. Los gobiernos del Frente Amplio serían nuevas versiones de los programas de los partidos de la derecha uruguaya. Evo Morales y Rafael Correa serían reediciones de los gobiernos conservadores que los han precedido.

Cuando las transformaciones operadas por esos gobiernos en sus países han disminuido sustancialmente la desigualdad, la miseria, la exclusión social, aun en el marco del aumento de esos fenómenos en escala mundial; cuando los procesos de integración regional han debilitado la capacidad de influencia de EE.UU. en la región y han proyectado espacios propios de acción; cuando los Estados de esos países han recuperado capacidad de acción económica, política y social; aquellas voces han tenido que callar, para ahora volver con la idea de que esos gobiernos se habrían agotado. ¿Pero qué es lo que significa un fin de ciclo? Fue, por ejemplo, el agotamiento del largo ciclo desarrollista en escala mundial y latinoamericano, que ha llevado a su sustitución por gobiernos neoliberales. Fue el agotamiento del ciclo neoliberal, que ha llevado al surgimiento de gobiernos posneoliberales.

¿Qué es lo que significaría el agotamiento del ciclo posneoliberal? En el horizonte, la única perspectiva es la restauración conservadora, con el retorno al modelo neoliberal, programa propuesto por todos los sectores opositores, todos de derecha. La ultraizquierda, a lo largo de todo el ciclo posneoliberal, iniciado hace más de década y media, no ha construido alternativa en ningún lado, no ha ocupado ningún lugar significativo en el campo político, se limita a proclamaciones  críticas y a alianzas con la derecha en contra de esos gobiernos.

Final de ciclo será cuando aparezcan nuevas alternativas en el horizonte político. Será cuando la derecha consiga -si lo logra hacer- una perspectiva conservadora de superación de los gobiernos actuales. O cuando los mismos gobiernos posneoliberales agoten sus propuestas actuales y se propongan objetivos más grandes, por ejemplo, anticapitalistas. Innegablemente varios gobiernos posneoliberales enfrentan actualmente dificultades, más grandes o menores. Son afectados por las herencias de los gobiernos neoliberales, como la desindustrialización, el peso más grande de los sectores primario-exportadores, la hegemonía del capital especulativo, el predominio del neoliberalismo y de las políticas de austeridad en escala mundial. Y dificultades que algunos de esos gobiernos no han sabido superar, además de las mencionadas, como el peso de los monopolios privados de los medios de comunicación, el rol del dinero en las campañas electorales, el estilo de vida y de consumo norteamericanos, entre otros.

Lo que termina es una primera fase de los gobiernos posneoliberales, que tienen las mejores condiciones de enfrentar, de forma progresista, avanzando en el camino seguido hasta aquí, para garantizar los avances y superar los problemas actuales. 

Con más integración regional, para favorecer la construcción de una nueva matriz productiva, con nuevas propuestas para superar definitivamente el neoliberalismo. La derecha seguirá impotente frente a esos avances, mientras la ultraizquierda seguirá asistiendo al desarrollo de la historia real. (O)


Fuente: EL TELÉGRAFO


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