Oriundo de Calceta, provincia de Manabí, Ramón Antonio Reyes, quien actualmente se desempeña como secretario general del Sindicato de Choferes de Quevedo tuvo que recorrer un basto camino para llegar hasta donde está.
Con la sencillez que lo caracteriza, habló sobre su vida personal y como sin proponérselo, se fue abriendo hasta convertirse en el líder del gremio de choferes profesionales.
Vivió en Manabí hasta los siete años, junto a sus padres y sus seis hermanos: cuatro varones y dos mujeres.
Su madre se dedicaba a los quehaceres del hogar, mientras que su padre comercializaba trago artesanal.
En ese mismo año (cuando tenía siete), sus padres se separaron de él, “mi papá se desplazó a Pedro Vélez y mi mamá llegó a El Empalme con nosotros, para luego de cinco años asentarnos en Quevedo. Primero llegamos a vivir en el sector de la Galo Plaza”, recordó en una de las sillas del portal de su vivienda donde nos recibió y, empezó a contar su historia.
Trabajó desde niño
Desde muy pequeño me dediqué a trabajar, vendía empanadas para ayudar económicamente a mi mamá. A los 12 años, mas o menos, me fui a vivir con un tío al lado del cine Chang, a él lo ayudaba en cosas mínimas.
Un día me asomé a la ventana y observé como unas personas lustraban zapatos y ganaban plata. Aprendí el oficio y le dije a mi tío que me comprara los implementos para trabajar de betunero y así fue hasta que tuve 15 años.
Recorría todos los días las calles de Quevedo queriendo ganar platita y así poder mantenerme e incluso poder ayudar a mi mamá.
Siempre aspiró más
Luego me hice amigo de los canillitas que vendían los periódicos. Yo vendía de todo. El Universo, la Extra y todos los que habían en ese entonces. Recuerdo que el señor Alberto Navas me dio la oportunidad para que cobre en la agencia con él, y no salga a recorrer las calles.
Pasado un tiempo decidí abrirme de ahí y me fui a los colectivos.
Me hice cobrador y también empecé a estudiar. Estuve dos años en el Colegio Calderón, pero como el tiempo no me daba para trabajar, me tuve que retirar. Luego conocí al señor Jaime Troya, él fue mi patrón. Yo solía llevar a Lilianita Troya hasta la escuela. Lilianita la que es estrella de televisión. En RTU creo que sale. A ella.
Mi patrón, que con mucho orgullo digo que fue el señor Troya, con el tiempo de ver mi honestidad me preguntó si quería ser chofer y yo le dije que bueno. Recuerdo que yo le dije que no tenía plata, en ese entonces era caro. Él me respondió de manera enérgica “nadie te está diciendo si tienes plata, te estoy diciendo si quieres ser chofer”. Entonces me inscribió en el Sindicato de Choferes Profesionales y estudié dos años.
Empezó como chofer
En total, estuve cuatro años de cobrador y luego fui chofer de un bus urbano. Toda mi vida a sido ser chofer. Yo conozco las duras y maduras. Cuando manejé por primera vez fue cuando recién había sacado la licencia y mi patrón a uno de los choferes le había dicho que luego de las 17:00, las dos últimas rondas me las diera a mí para manejar. Allí empecé, pero como en todos lados hay envidia, se me hizo difícil. Como a la siguiente semana un chofer se resintió y no fue a trabajar. Yo me sorprendí cuando me llamaron y me dijeron “Reyes desde mañana empiezas a manejar tú. Te esperamos a las 05:00.
Pasó el tiempo y yo siempre quería más. Pasé a ser socio del Sindicato de Choferes Profesionales de Quevedo a los 22 años, y a los 23 ya gozaba de todos los beneficios como socio activo.
La familia y la dirigencia
A los 26 años me uní a Yenny Candelario, con quien procree tres hijos: dos varones, (el mayor falleció) y una niña.
A Yenny la conocí en la estación de la línea 6, que en ese entonces era en la parroquia El Guayacán. Era carnaval y la mojé con un valde de agua y me insultó. Lo recuerdo como si fuera ayer. Jajaja… Ahí comenzó todo. Comenzamos a tratarnos, fuimos enamorados, novios un año y nos comprometimos. Una etapa de la que nunca me voy arrepentir.
Como dirigente ya se fue poniendo seria la cosa. En la época de Ramón Cevallos me propusieron ser candidato, pero hubo engaño por parte de este señor, por lo que mejor decidí retirarme.
Me propusieron candidaturas en posteriores ocasiones para el Sindicato de Choferes, pero no me sentía preparado. Luego conocí a José ‘Pepe’ Mora. Él además ya me había conocido, pero yo no sabía. Incluso me vino a buscar a la casa y me pidió que lo siguiera. Él se estaba lanzando como candidato. Sabía que a mí la gente me quería. No se por qué. Quizás porque a mi siempre me gustó el deporte y los choferes nos gusta jugar indor.
Pasó el tiempo y las elecciones lo dieron como vencedor. Me dijo a que comisión quería pertenecer y yo le dije la verdad. Yo quiero aprender y lo único que me se hacer es manejar y me gusta el deporte. Entonces me puso en la comisión de deportes. De allí en adelante transcurrió mi vida. Organizaba campeonatos para mis compañeros. Bailes y siempre mi fuerte fue el deporte. Hasta ahora. Soy barcelonista de corazón por cierto, jajaja…
Como yo siempre busqué más. Acudía a las asambléas y veía como mis compañeros discutían, gritaban y yo decía eso no es lo mío., pero me quedaba escuchando, y luego al ver como lo que realmente un chofer vivía en el camino, no era lo que se reflejaba en las mesas de trabajo, empecé hacerme escuchar. No se porque pero me gané la simpatía de muchos que cuando llegaron las elecciones fueron ellos los que propusieron mi candidatura.
Entonces fue así como llegué a postularme en el 2010. Yo sabía que iba a ser difícil porque delante de mí había toda una maquinaria, por así decirlo, política.
Yo tenía solo a los choferes, pero del otro bando estaba, el Municipio, la Prefectura y hasta el Presidente de la República. Mírenme ahora, un simple betunero, un simple chofer les ganó.
Lo intentaron matar tres veces
Reyes ganó las elecciones. Indicó que de ahí en adelante ha enfrentado muchos problemas debido a que s hizo los informes económicos de la institución y presentó unos faltantes “no acuso a nadie, solo pido a Dios que me ilumine y ayude, a la Policía que ventile quiénes son los que están detrás de esto” dijo.
He sido víctima de 3 intentos de asesinato. Uno hace año y medio cuando salía de la Escuela de Conducción, dispararon pero las balas no me alcanzaron, luego de ocho días, en la gasolinera del Sindicato de Choferes también intentaron dispararme pero las balas no salieron y hace pocos meses dispararon en las afueras de mi casa.
Es por esto que siempre cuenta con resguardo, a fin de salvaguardar su vida.
Durante mi período hemos pagado todos los faltantes que habían, adquirimos la ambulancia, reconstruímos y modernizamos la gasolinera compramos la patente y colocamos la farmacia, legalizamos las escrituras de la lotización Ángel Gallo, ahora estamos haciendo una especie de policlínico en el Pasaje Comercial del Sindicato, ya no será en la planta alta sino abajo. También se construirá la Ciudadela del Chofer en la lotización, creo que para el 20 de junio inauguraremos una villa modelo.
Su corazón se llenó de dolor
En el 2010 cuando se postuló para Secretario General de la institución, paralelo a las elecciones vivió un episodio que marcó su vida. El fallecimiento de su primer hijo: Edison Antonio Reyes. Era un joven de 23 años a quien describe como ‘su mejor amigo’.
Una neumonía lo llevó a la muerte, por más esfuerzos que hicieron por salvarlo falleció. “Eso es algo que todavía no me pasa, todos los día me levanto y me acuesto pensando en mi hijo. No hay dolor más grande que perder un hijo, fue un motivador para mí, fue quien me impulsó a participar en las elecciones”, dijo Ramón Reyes.
FRASES
“Un día me asomé a la ventana y observé como unas personas lustraban zapatos y ganaban plata. Aprendí el oficio y le dije a mi tío que me comprara los implementos para trabajar de betunero.
“No me incomoda que me digan ‘el patucho Reyes’ lo recibo con cariño, a la final si me lo dicen, no me están insultando, no me afecta”.
“No hay dolor más grande que perder un hijo, fue un motivador para mí, fue quien me impulsó a participar en las elecciones”.
Fuente: LA HORA*
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