Varios especialistas explican a la ciudadanía lo que deben hacer para evitar accidentes al utilizar tanques de GLP. Recomiendan cambiar la válvula y la manguera cada dos años
El regulador y la manguera deben cambiarse, por lo menos, cada dos años. Foto: El Telégrafo
Maltratar los cilindros de gas y colocar la válvula de forma incorrecta (ver gráfico) son las causas más comunes por las que se producen explosiones en los hogares ecuatorianos.
Esa es la conclusión del coronel Luis Montalvo González, experto en temas de seguridad, quien se refirió a las recientes explosiones registradas en la capital.
El primer accidente se produjo a fines de marzo, luego de que un cilindro de gas licuado de petróleo (GLP) explotara en una vivienda en el sector de Solanda, sur de Quito.
Hubo heridos: uno con quemaduras de segundo grado, otro que se encuentra estable y un tercero con fractura de cadera.
La segunda tragedia se registró ocho días después, en el conjunto habitacional Pueblo Blanco, en Llano Grande, al norte de la capital.
Quedaron afectadas las estructuras de cuatro viviendas. Además, cuatro personas fueron trasladadas a los hospitales Carlos Andrade Marín y Eugenio Espejo. Todavía no existe un informe oficial sobre lo que ocasionó el siniestro.
Motalvo explicó que en las distribuidoras de gas, el personal a cargo tampoco realiza un adecuado tratamiento de los tanques. “No hay un correcto sistema de control de las válvulas y tampoco se revisan las instalaciones de gas en las casas”, añadió.
Otra causa que se debe tomar en cuenta es que la mayoría de explosiones se producen por cilindros que se encuentran vacíos.
Que el tanque reciba un mal golpe, se exponga a altas temperaturas o le llegue una chispa, puede originar una explosión, ya que en el interior del cilindro siempre existen residuos de gas.
Por otra parte, los reportes del Cuerpo de Bomberos del Distrito Metropolitano de Quito no registran casos de explosiones, pero sí los hay por fugas de gas.
En cinco años los llamados de auxilio por fugas en los cilindros de gas aumentaron. En 2008 se registraron 296; en 2009, 400; en 2010, 382 y en 2011, 551 casos.
De acuerdo con los informes del personal, al momento de llegar a las
viviendas o locales se han encontrado con que el cilindro se encuentra en mal estado y en muchas ocasiones la manguera está maltratada o dañada.
El subteniente Luis Guala, oficial de guardia de la Estación de Bomberos Nº 11 Martín Reingberg, ubicada en la Mariscal, agregó que existe despreocupación de la ciudadanía en cuanto al cuidado de estos implementos de uso casero.
Explicó que no solo hay un mantenimiento deficiente, sino que además la gente ignora que el regulador y la manguera tienen que cambiarse, por lo menos, cada dos años.
Los reportes por problemas de fuga de gas también son recurrentes en esta central de ayuda. Guala aseguró que a diario se reportan al menos dos llamadas de auxilio.
Carlos Roca, asistente en primeros auxilios, comentó que hay normas básicas para tener un tanque GLP (ver cuadro adjunto), pero lo más importante es mantener a los niños lejos de ellos y colocar los tanques, en lo posible, afuera de las viviendas. “Mucha gente no se da cuenta de que se trata de algo peligroso. Creen que no pasará nada si el tanque lo hacen rodar por el piso o lo golpean. No hay conciencia todavía”.
Fuente: EL TELÉGRAFO*
El regulador y la manguera deben cambiarse, por lo menos, cada dos años. Foto: El Telégrafo
Maltratar los cilindros de gas y colocar la válvula de forma incorrecta (ver gráfico) son las causas más comunes por las que se producen explosiones en los hogares ecuatorianos.
Esa es la conclusión del coronel Luis Montalvo González, experto en temas de seguridad, quien se refirió a las recientes explosiones registradas en la capital.
El primer accidente se produjo a fines de marzo, luego de que un cilindro de gas licuado de petróleo (GLP) explotara en una vivienda en el sector de Solanda, sur de Quito.
Hubo heridos: uno con quemaduras de segundo grado, otro que se encuentra estable y un tercero con fractura de cadera.
La segunda tragedia se registró ocho días después, en el conjunto habitacional Pueblo Blanco, en Llano Grande, al norte de la capital.
Quedaron afectadas las estructuras de cuatro viviendas. Además, cuatro personas fueron trasladadas a los hospitales Carlos Andrade Marín y Eugenio Espejo. Todavía no existe un informe oficial sobre lo que ocasionó el siniestro.
Motalvo explicó que en las distribuidoras de gas, el personal a cargo tampoco realiza un adecuado tratamiento de los tanques. “No hay un correcto sistema de control de las válvulas y tampoco se revisan las instalaciones de gas en las casas”, añadió.
Otra causa que se debe tomar en cuenta es que la mayoría de explosiones se producen por cilindros que se encuentran vacíos.
Que el tanque reciba un mal golpe, se exponga a altas temperaturas o le llegue una chispa, puede originar una explosión, ya que en el interior del cilindro siempre existen residuos de gas.
Por otra parte, los reportes del Cuerpo de Bomberos del Distrito Metropolitano de Quito no registran casos de explosiones, pero sí los hay por fugas de gas.
En cinco años los llamados de auxilio por fugas en los cilindros de gas aumentaron. En 2008 se registraron 296; en 2009, 400; en 2010, 382 y en 2011, 551 casos.
De acuerdo con los informes del personal, al momento de llegar a las
viviendas o locales se han encontrado con que el cilindro se encuentra en mal estado y en muchas ocasiones la manguera está maltratada o dañada.
El subteniente Luis Guala, oficial de guardia de la Estación de Bomberos Nº 11 Martín Reingberg, ubicada en la Mariscal, agregó que existe despreocupación de la ciudadanía en cuanto al cuidado de estos implementos de uso casero.
Explicó que no solo hay un mantenimiento deficiente, sino que además la gente ignora que el regulador y la manguera tienen que cambiarse, por lo menos, cada dos años.
Los reportes por problemas de fuga de gas también son recurrentes en esta central de ayuda. Guala aseguró que a diario se reportan al menos dos llamadas de auxilio.
Carlos Roca, asistente en primeros auxilios, comentó que hay normas básicas para tener un tanque GLP (ver cuadro adjunto), pero lo más importante es mantener a los niños lejos de ellos y colocar los tanques, en lo posible, afuera de las viviendas. “Mucha gente no se da cuenta de que se trata de algo peligroso. Creen que no pasará nada si el tanque lo hacen rodar por el piso o lo golpean. No hay conciencia todavía”.
Fuente: EL TELÉGRAFO*
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