Carlos Marx Carrasco, director de Rentas Internas.
El pasado jueves 2 de febrero el presentador de noticias de la cadena televisiva Ecuavisa y acérrimo opositor al Gobierno, Alfredo Pinoargote, durante su habitual comentario en el noticiero Contacto Directo, sugirió (Video 1), abiertamente, acabar con la vida del Presidente Rafael Correa Delgado, repitiendo la Hoguera Bárbara que desembocó con el asesinato del general Eloy Alfaro.
Bajo el título: La Hoguera Barbará, Pinoargote habló durante 2 minutos y 52 segundos, escondiendo sus bajas intenciones en un supuesto relato sobre la historia del Gobierno de Eloy Alfaro, el cual, entre líneas, sugería que se repita la Hoguera Bárbara en contra de Correa Delgado.
El director del Servicio de Rentas Internas (SRI), Carlos Marx Carrasco, aprovechó una entrevista que le realizara el presentador de Ecuavisa ayer martes para repudiar lo sugerido por Pinoargote y le recomendó no volver a hacer ese tipo de comentarios ya que pudieran servir de combustible para otra Hoguera Bárbara en el país. (Video 2)
Reproducimos textualmente lo dicho por Alfredo Pinoargote durante su “comentario” en el noticiero Contacto Directo.
(SIC) “La Hoguera Bárbara fue el desenlace trágico de un proceso revolucionario que se salió de cauce; sobre los detalles horrendos del crimen sobresale la desaparición de un líder que marcó la historia patria, sus logros memorables están bien identificados por la conciencia nacional, su desaparición física sigue creando polémica, pero lo más importante no es volver a identificar a sus victimarios y tratar de volver a encontrar clones en el Ecuador de hoy. Ningún crimen se justifica y peor uno tan horrendo, la lección histórica de fondo es saber distinguir cuál fue el detonante que encendió esa hoguera, lamentablemente, los historiadores eluden reconocer que la figura admirable del luchador, una vez que llegó al poder, se negó a dejarlo, no porque se creía imprescindible, pues luego de su primera Presidencia hubo un sucesor que él mismo aprobó, el general Leonidas Plaza, pero al terminar, Plaza su primer periodo, volvió Alfaro a tomar la Presidencia por las armas y cuando concluyo esta primera Presidencia resolvió no entregar el mando, había decidido constituirse en garante del sistema, seguramente no lo hizo por ambiciones personales, pero lo intentó, azuzado por honestos partidarios, y también por esbirros que nunca quieren dejar el poder con el cuento que nadie más es capaz de ejercerlo; el mismo cuento de siempre. Y así fue utilizado el Viejo Luchador por los golpistas de ocasión para hacerlo parecer de mediador a los pocos meses de haber sido expulsado del poder y de haber prometido que no regresaría. La enseñanza, entonces, es no aferrarse al poder; los cementerios están llenos de gente imprescindible, eso es lo que debería de asimilar el Presidente Correa cuya figura ha marcado un hito en la historia reciente del país y que tanto evoca el general Alfaro. Lo que ya había hecho Alfaro fue suficiente para pasar a la historia y por eso sobrevivió a la Hoguera Bárbara; mejor es no imaginarnos -si quiera- en un tercer periodo saturado de violencia; así como sería mejor para el país que el Presidente Correa no continúe su increíble labor de aniquilamiento de las garantías fundamentales de la Constitución de Montecristi, el único logro intangible de la revolución ciudadana, con el pretexto de explotar minas de oro, terminar proyectos hidroeléctricos y una súper refinería que han avanzado a paso de tortuga en cinco años. Para el pueblo ecuatoriano, mejor es un Presidente que se retire voluntariamente después de 6 años de ejercer el mando, dejando al país en paz”.
Lo sugerido por Pinoargote recuerda a aquellos editoriales que circularon en un diario de la capital a la víspera del cruel asesinato de Don Eloy Alfaro, y que oportunamente ha denunciado el director del SRI.
Fuente: EL CIUDADANO*
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