(Andes).- El policía Luis Bahamonde, quien fue sentenciado a dos años de prisión por lanzar gas pimienta al rostro del presidente Rafael Correa, durante los incidentes del 30 de septiembre de 2010, solicitó públicamente al mandatario que le conceda el indulto.
Un pedido similar realizó el martes el gendarme Jaime Paucar, quien también fue sentenciado por agredir a Correa al intentar quitarle la máscara antigas que tenía colocada para justamente evitar el efecto de los gases lanzados indiscriminadamente.
“Yo siempre he aceptado. He aceptado que lancé a la multitud, no al señor presidente”, dijo Bahamonde en declaraciones difundidas al canal Teleamazonas.
Bahamonde señaló que esta versión la dio en el marco de las tres instancias judiciales, pero la justicia lo sentenció a dos años de prisión, de los cuales ya ha cumplido ocho meses en la cárcel.
“Como varón que soy le estoy pidiendo mil disculpas al señor presidente, y a toda la nación en general le estoy pidiendo mil disculpas. Y ahora al señor presidente le pido de mil corazones que me indulten”, manifestó el policía Bahamonde.
El martes, el policía Jaime Paucar dijo que está arrepentido de haber intentado quitar la máscara antigás al presidente durante ese día. Argumentó que actuó motivado por la euforia, que está ‘arrepentido de corazón’ y que espera que Correa le conceda el indulto.
Durante un dialogo con la prensa en la ciudad costera de Guayaquil, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, aceptó las disculpas públicas de Paucar y dejó abierta la posibilidad de concederle el indulto.
“No estoy interesado en la venganza o en meter a un padre de familia a la cárcel porque en un momento dado perdió la cabeza. Si reconoce su falta y se compromete a nunca más caer en esos errores, ¿Por qué no darle el indulto?”, sostuvo.
El objetivo era establecer responsabilidades y aplicar correctivos para evitar a futuro esa clase de sucesos, indicó.
Explicó que la figura de amnistía o indulto, prevista en la ley, no se puede aplicar en todos los casos o delitos, pero existen atenuantes para su concesión, como la entrega voluntaria del delincuente o la entrega de información que sirva para desmantelar organizaciones delictivas.
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