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Según los estudios del Instituto Ecuatoriano de Electrificación (Inecel) —entidad que estuvo a cargo del sector eléctrico del país hasta 1999— cuatro centrales hidroeléctricas debían levantarse ,en cascada, a lo largo de 47 kilómetros de la cuenca del río Paute.
Para así aprovechar los caudales que corren a un promedio de 100 m³/s durante el año con una caída mayor a 1 160 metros de altura entre la primera central, Mazar y la última, Cardenillo.
La primera hidroeléctrica en operación fue Paute–Molino en 1983 . La fase A del proyecto contemplaba la construcción de la represa Daniel Palacios o Amaluza para alojar 110 millones de metros cúbicos de agua.
La fase B, en cambio, implicaba la construcción de la casa de máquinas desde donde cinco turbinas generaban con una potencia de 500 megavatios (MW), seis kilómetros aguas abajo del embalse. Si bien la central Paute-Molino es para muchos sinónimo de Cuenca, la hidroeléctrica está ubicada a más de 115 kilómetros de la capital azuaya.
La estructura se puede divisar desde la carretera Guarumales-Méndez, que conecta Azuay con Morona Santiago. En esta época del año, el río Paute luce prácticamente seco, aguas abajo de la represa Daniel Palacio.
Esta situación se da debido a que en septiembre y marzo el sector donde se levanta la central vive el período de estiaje y bajan los caudales a hasta 50 m³/s o menos.
La poca agua que llega al río la capta un túnel de 300 metros que atraviesa la montaña y la descarga en las turbinas.
El supervisor de operación de Paute-Molino, Pablo Arias, explica que antes de ampliar la potencia de la central se debía construir aguas arriba la central Mazar.
Ello con el fin de ampliar la capacidad de provisión de agua del embalse y así evitar que deje de operar en época de estiaje.
Sin embargo, esto no ocurrió y entre 1985 y 1991 se construyó la fase C de Paute-Molino, con la instalación de 5 nueva turbinas.
El proyecto pasó de tener una potencia de 500 MW a 1075 MW.
Pocos años después, el país debió sufrir una serie de racionamientos. Hizo falta Mazar.
El incremento de la demanda de energía del país se sumó a la disminución de la capacidad de recolección de agua de Amaluza. Por los sedimentos del río Paute esta se redujo de 110 millones de metros cúbicos a 50 millones.
Cerca de una década tuvo que pasar para que en el 2003 se iniciara la construcción de Mazar, a cuatro kilómetros de distancia del embalse de Amaluza, aguas arriba del río Paute.
Aunque la potencia de Mazar equivale al 18% de la capacidad de Paute-Molino, su embalse es cuatro veces más grande. Es decir, que puede sostener la operación de esta última central durante cuatro meses, pese a que sus caudales de ingreso sean bajos.
Mazar entró en operación en diciembre del año pasado y en abril del 2011 comenzó la construcción de Sopladora, la tercera generadora dentro del complejo hidroeléctrico Paute Integral.
La nueva central estará ubicada a seis kilómetros de Paute-Molino con una potencia de 486 MW. El costo del proyecto alcanza los USD 672 millones y está a cargo del consorcio Gezhouba Group Company (CGGC)–Fopeca.
Al momento, 100 trabajadores chinos y ecuatorianos se concentran en tres frentes: la toma de agua del río Paute, el acceso a la casa de máquinas y el túnel de conducción. Entrará a operar en el 2016, según el jefe del departamento técnico de Sopladora, Yan Ping,
La cuarta central de Paute Integral es Cardenillo, ubicada aguas abajo de Sopladora, que al momento se encuentra en fase de estudios y podría operar hacia el 2018 con una potencia de 400 MW, cerrando el complejo.
En total, Paute Integral tendrá una potencia de 2 150 megavatios, es decir que podrá cubrir el 72% de la demanda máxima que el Ecuador presenta al momento.
FUENTE:EL COMERCIO
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