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La Casa de la Selección es un laboratorio.
En el lugar de concentración de los ecuatorianos que jugarán por la clasificación al Mundial de Brasil hay máquinas para medir potencia, reflejos, velocidad, resistencia, nivel de sangre...
Carlos Velasco, preparador físico de la Tricolor, y Patricio Maldonado, jefe del cuerpo médico de las selecciones nacionales, controlan los aparatos y se encargan de los chequeos de los futbolistas que juegan en Ecuador, México, Brasil, España e Inglaterra.
La labor de ambos es clave en el trabajo que cumple el colombiano Reinaldo Rueda, seleccionador de la Tricolor. Un informe de Velasco, por ejemplo, puede ayudar al DT a decidir acertadamente el cambio de un futbolista durante un encuentro.
El colombiano guarda los informes de 60 futbolistas ecuatorianos en su computadora personal.
Velasco tiene su ‘laptop’ en el consultorio médico de la Casa de la Tri, ubicado en el tercer piso del enorme complejo (13,6 hectáreas). En este lugar, Rueda y sus asistentes se reúnen diariamente para planificar los encuentros de la Selección.
Las 60 fichas detallan el peso, la estatura, los partidos jugados, las lesiones y el nombre de familiares cercanos de los tricolores.
El especialista empezó a alimentar su base de datos desde que llegó al país, junto a Rueda, en agosto del año pasado. Lo hizo durante la convivencia con los seleccionados y con la ayuda de Maldonado y los fisioterapeutas de la Tri. Hoy, Velasco prioriza las fichas de los 23 convocados para el juego del viernes ante Venezuela, en el estadio Atahualpa.
Un examen de sangre revela resistencia del jugador
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Eduardo Morante, Luis Antonio Valencia, Christian Benítez y Jaime Ayoví son los seleccionados de más potencia física en la Tri. Así lo determinaron los últimos chequeos físicos y médicos.
Ellos se sometieron, al igual que el resto de jugadores, a exámenes físicos con la ayuda de tres aparatos. Uno de estos es una balanza que detecta la talla y el peso de distintas partes del cuerpo. También pasaron por una plataforma de salto y fueron pinchados por agujas para extraer la sangre.
El pinchazo de sangre es el de mayor importancia y se realiza antes del desayuno de los seleccionados. Este es el denominado análisis bioquímico de los atletas.
La aguja se extrae y se pinta en una lámina. Luego, se coloca en una máquina llamada Reflotron. Los resultados ayudan a controlar el cansancio, la resistencia y el nivel de recuperación, explica el galeno Maldonado.
Además, determinan cuáles son los jugadores con mejores condiciones físicas para jugar en la altitud de Quito (2 850 metros sobre el nivel del mar).
“Estos análisis fijan el nivel de hemoglobina, un factor clave en el análisis del jugador. Por ejemplo, un seleccionado que tiene 18 milímetros de hemoglobina puede rendir mucho mejor que uno que posee apenas 13 o 14”, detalla Velasco.
Los integrantes del cuerpo técnico y médico de la Tricolor prefieren mantener en reserva los niveles de hemoglobina que poseen los seleccionados que vienen del exterior.
Aún así, Velasco admite que los jugadores que actúan en México como Christian Benítez tienen mejores niveles para jugar en la altitud de la capital.
Él complementa el análisis con el detalle de las altitudes donde juegan los futbolistas.
Eso sí, antes de estos chequeos, Maldonado se reúne con los médicos de los equipos ecuatorianos. El miércoles pasado, Bosco Mendoza, de Barcelona, y Efraín Paredes, de Emelec, dialogaron con el galeno en Guayaquil.
Los informes finales los recibe Rueda. Él analiza los aspectos tácticos, de rendimiento, y emocionales de los tricolores para armar la alineación estelar.
El estratega considera que el carácter y la actitud de un seleccionado también ayudan a conseguir una victoria. Los integrantes del cuerpo técnico consideran que jugadores como Segundo Castillo y Luis Fernando Saritama tienen esas condiciones.
Rueda también suele dar charlas de motivación en una sala del tercer piso de la Casa de la Selección. Además, toma precauciones extrafutbolísticas.
Una de estas, por ejemplo, será proteger el tobillo del mediocampista Antonio Valencia, en el juego ante Venezuela. El ‘Toño’ jugará con una protección para evitar que lo lesionen como ocurrió en la Copa América de Argentina.
El menú tricolor está lleno de carbohidratos
Consuelo Gonzalón, cocinera de la Tri, y sus asistentes se vacunaron para evitar la hepatitis A y B, la tifoidea y la fiebre amarilla. Esto lo realizaron la semana pasada. La medida se tomó para evitar que los seleccionados contraigan algún tipo de enfermedad en la concentración del equipo.
Gonzalón preparará comida típica ecuatoriana para los jugadores. Sin embargo, en la alimentación se priorizarán los carbohidratos (papá, arroz, fideo, galletas). También se incluirán los hidratos de carbono y las proteínas de grasa. Para que los jugadores consuman 4 000 calorías.
Fuente: EL COMERCIO*
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