El pasado lunes al amanecer ya había unas 50 personas que tiritaban de frío bajo carpas que los protegen apenas del viento glacial, cuando de repente varios centenares de gendarmes irrumpieron para forzarlos a abandonar el lugar para que pudieran pasar los elementos necesarios para iniciar las obras que realiza una compañía subcontratista de Chevron.
Pero este martes, decenas de habitantes de Pungesti, pueblo de 3.500 habitantes, se turnaban para tratar de bloquear los proyectos de Chevron, una forma de protesta inédita en esta zona pobre del noreste de Rumania.
Instalado en un terreno privado que pertenece a uno de los manifestantes, el "campamento" está al lado del lugar donde Chevron quiere abrir el primer pozo de exploración.
"Los gendarmes llegaron en plena fuerza en la noche (del lunes), nos golpearon con sus bastones, nos arrastraron sin contemplaciones", dijo a la AFP uno de los manifestantes, Alexandru Focsa, de 44 años.
El martes, Greenpeace acusó a los gendarmes de haber cometido "abusos graves" y llamó a "una movilización nacional de apoyo a los manifestantes de Pungesti".
La ONG subrayó que los permisos de exploración dados a Chevron están cuestionados a nivel judicial.
Utilizado en Estados Unidos, pero prohibido en Francia y Bulgaria, este método consiste en inyectar a alta presión agua mezclada con arena y productos químicos para liberar al gas de la roca.
Según defensores del medio ambiente, este método puede provocar sismos y contaminar las capas freáticas.
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