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QUITO. El presidente Rafael Correa tomó juramento a la nueva secretaria de los Pueblos, Mireya Cárdenas, el pasado jueves. En octubre ella estuvo en Carondelet para un almuerzo con él.
La flamante secretaria de los Pueblos y Movimientos Sociales, Rosa Mireya Cárdenas Hernández, militó de forma activa en el grupo guerrillero Alfaro Vive Carajo (AVC) que operó en la década de los ochenta y de forma particular durante el gobierno socialcristiano del fallecido León Febres-Cordero.
La Policía Nacional la detuvo en varias ocasiones porque consideró que las actividades que realizaba eran parte de actos terroristas que atentaban contra el Estado ecuatoriano.
De ello da cuenta un libro de la Comisión de Defensa Jurídico-Institucional de la Policía, conformada por varios miembros en servicio pasivo para recordar a los ciudadanos “los atroces crímenes que registra la historia a manos de peligrosas bandas delincuenciales y grupos terroristas y subversivos”.
La publicación se titula Terrorismo y Subversión. La verdad que no se ha dicho, fue redactada por diez expolicías y editada en octubre del 2009.
El texto indica que Cárdenas era la encargada del Frente Político de AVC, “donde más bien ejercía una función diplomática buscando y obteniendo apoyo internacional económico y el entrenamiento a los miembros de la agrupación”.
Con base a los archivos policiales, se reseña que realizó varios viajes al exterior, sobre todo a países de Centroamérica.
La Policía le siguió la pista desde 1983, es decir cuando ella tenía 23 años, al descubrir que en unas montañas de la provincia de Esmeraldas había instalado una escuela clandestina de entrenamiento político militar junto a otros dirigentes. Fue detenida y al poco tiempo liberada a través de un recurso legal.
La publicación detalla algunos viajes. Relata que en 1984 estuvo en Nicaragua, Panamá y Costa Rica en distintos meses, y que en este último país fue detenida y posteriormente deportada en agosto de ese año por “las evidencias en su poder”.
Fue aprehendida en el aeropuerto de Santa María, en San José, con documentos que revelaban las acciones que AVC tomaría en Ecuador –aunque no se especifica cuándo–, entre ellas: compra de explosivos, liberación de compañeros detenidos y secuestros de un avión, legisladores, hombres de negocios de los Estados Unidos y del entonces ministro de Defensa, Modesto Rivadeneira.
QUITO. En junio de 1990 Rosa Mireya Cárdenas se entregó a la justicia. En la foto aparece con el entonces ministro de Gobierno encargado, Luis Félix López (i), y el diputado René Maugé.
Cuando volvió a Ecuador fue apresada y recuperó su libertad bajo fianza en febrero de 1985.
“Analizados los documentos encontrados en poder de Rosa Mireya Cárdenas Hernández se obtiene que dicha ciudadana en Panamá había mantenido contacto con la Embajada de Libia en ese país”, dice el libro.
De hecho a través de sus gestiones, 18 dirigentes de Alfaro Vive viajaron a Trípoli para recibir entrenamiento militar, reseña la publicación de la Comisión de Defensa de la Policía.
La agrupación subversiva surgió en 1983 y la mayoría de sus actos se registraron en la administración de León Febres-Cordero, entre 1984 y 1988.
Depuso las armas en 1989 y varios de sus integrantes, entre ellos Cárdenas, enfrentaron a la Justicia y fueron a la cárcel.
También denunciaron que fueron víctimas de torturas y otras violaciones a los derechos humanos por parte del órgano opresor que aseguran operó en ese periodo presidencial.
La secretaria de los Pueblos no desconoce su pasado y en la ceremonia de posesión del pasado jueves lo evocó al decir que se trató de uno de los momentos más duros de su vida.
Ese día la acompañaron en Carondelet varios colegas del ahora extinto AVC, pues algunos han mantenido acercamientos con el régimen.
El pasado 17 de octubre el presidente Rafael Correa compartió un almuerzo con 20 exsubversivos en la casa de gobierno, según se desprende de una carta enviada por Cárdenas a sus excolegas. En ella describe los pormenores de la reunión e invitaba a “asumir dignamente la oportunidad histórica que se presentaba”.
Esta proximidad, así como el uso del nombre de la agrupación, molesta a otros tres integrantes: Clara Merino, Rommel Jumbo y Natalia Sierra, quienes expresaron en un comunicado de prensa, enviado el pasado viernes, que no aceptaban “por ningún motivo los pactos que se han hecho y se hacen a nombre de AVC”.
Pero Cárdenas rechazó ayer el boletín de sus excompañeros y aclaró que “solo si el pueblo me llamaría traidora yo aceptaría que me llamen de esa manera. Lo rechazo y realmente estamos aquí para trabajar por un proceso de cambio y por la patria que siempre hemos querido. Yo también estuve en Alfaro Vive, estuve dispuesta a dar mi vida y estoy también dispuesta ahora”.
Añadió que Clara Merino no fue parte de la agrupación pero sí su hermano Ricardo Merino de quien dijo él sí “dio su vida por un sueño, por un ideal”.
Textual: En acto de posesión
Mireya Cárdenas
“Con modestia, pero a la vez con mucho orgullo reconozco mi calidad de miembro de Alfaro Vive Carajo (AVC) en un momento que tal vez fue el más duro de la vida”.
Fuente: EL UNIVERSO*
Durante muchos años se vivio con el sueño de cambiar la patria.......
ResponderEliminarpersonajes valientes pernenecientes al exgrupo AVC, ofrendaron sus vidas por aquel sueño.....
VIVA LA REVOLUCION.....