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En 2008, Arregui organizó misas con mensajes a favor del No en la consulta de la Constitución de Montecristi. Foto: Archivo
EL ARZOBISPO DE GUAYAQUIL PRESIDIÓ EL COMITÉ A FAVOR DEL MONUMENTO A LEÓN FEBRES-CORDERO
Ricardo Patiño, quien promueve el diálogo nacional, se reunió ayer con el presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, Fausto Trávez. Ambos dieron por superadas las diferencias.
Jaime Nebot, Guillermo Lasso, Gustavo Noboa y Bonil salieron en su defensa. Diario La Hora le dedicó su editorial. Todos esos apoyos ha cosechado el arzobispo de Guayaquil, Antonio Arregui, desde que el secretario jurídico del Gobierno, Alexis Mera, lo llamó “insolente recadero de la derecha”.
¿Quién es este sacerdote? Antonio Arregui Yarza es un cura español que desde 1957 es miembro de la Prelatura Personal “Opus Dei”, y su participación en la política ecuatoriana no es reciente (tiene 12 años como arzobispo del puerto principal).
Probablemente su perfil político más alto fue en 2008 cuando lideró una oposición frontal al referendo que terminó aprobando la Constitución de Montecristi.
En ese entonces promovió un proceso de catequesis, desde los púlpitos, para lograr la “reflexión” sobre el nuevo texto constitucional y que según su perspectiva se contraponía a la fe católica, mayoritaria en el país.
En las misas se hablaba en contra de la Carta Magna. Un domingo Arregui organizó una misa campal en la Avenida Quito para criticar la Constitución. Allí comulgó el alcalde de Guayaquil Nebot. Finalmente en la consulta ganó el sí.
En 2013 Arregui presidió el comité promonumento del expresidente de la República, León Febres- Cordero. La colocación de esa efigie generó una disputa con el Gobierno, que se oponía a que estuviera en la planchada de Las Peñas porque afectaba a la zona patrimonial.
Además, grupos en favor de los derechos humanos criticaron la iniciativa por los abusos registrados en el gobierno socialcristiano.
Como arzobispo, Arregui acude frecuentemente a eventos organizados por el Municipio guayaquileño. Cuando el sacerdote celebró sus 50 años de vida en la Iglesia Católica, el Municipio de Guayaquil organizó una cita en el parque Seminario, que está ubicado frente a la Catedral de la ciudad.
En las sesiones solemnes que el cabildo organiza para la fundación e independencia de Guayaquil, Arregui siempre está en la mesa directiva y nunca ha acudido a los eventos, que en las mismas fechas organiza el Gobierno.
En los próximos meses el Vaticano debe nombrar al reemplazo del Arzobispo, luego de que este puso su renuncia en cumplimiento con la edad canónica de los 75 años.
Ahora está de nuevo en la esfera política. Consultado sobre el diálogo promovido por el Gobierno, Arregui dijo el pasado 25 de agosto “los espacios de discusión de asuntos públicos se han restringido peligrosamente de tal manera que solo ha quedado la calle para manejar el descontento”.
Reacción de Xavier Lasso
Las palabras de Arregui motivaron la reacción del secretario jurídico de la Presidencia. Y eso a su vez fue criticado por el canciller subrogante Xavier Lasso. “No comparto las expresiones de Alexis Mera, me parece incluso que el cuidado que tuvimos al elaborar nuestra nota a la Nunciatura se echó a perder; desvió la atención de lo diplomático elaborado desde la Cancillería con esos pronunciamientos tan idos de todos los límites que tuvo..., incluso nos hizo daño”, anotó el diplomático en una entrevista al portal Ecuadorinmediato.com.
El presidente de la CEE, Fausto Trávez, se reunió ayer con Ricardo Patiño, quien está con licencia y apoya el diálogo promovido por el Gobierno Nacional. “Hoy sostuve una amistosa y fraternal conversación con Monseñor Fausto Trávez”, escribió el dirigente político en su cuenta de Twitter.
“Hemos acordado mantener los espacios de diálogo para consolidar las excelentes relaciones entre el gobierno nacional y la iglesia católica”, acotó Patiño. Destacó el mensaje de amor que dejó el papa Francisco en su visita al país.
Trávez en cambio contó que “hoy hemos llegado a firmar la paz, hemos estado muy tranquilos y sin problemas. Al contrario pues, muy contentos”. Recalcó que actualmente hay problemas más serios en el país como la situación del volcán Cotopaxi.
El clero “debe mantenerse fuera de los partidos”
Las relaciones entre el Estado ecuatoriano y la Santa Sede están oficializadas desde 1937, a raíz de la firma del tratado Modus Vivendi.
El artículo 4 de ese documento establece que el clero ecuatoriano debe mantenerse “fuera de los partidos y ser extraño a sus competiciones políticas”.
El acuerdo surgió luego de una protesta del gobierno de ese entonces, presidido por Federico Páez, hacia El Vaticano, por las acciones de un obispo en el país.
Fue así que ambas partes buscaron una solución diplomática en la que intervinieron en forma muy activa el entonces ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Carlos Manuel Larrea; y el delegado por la Santa Sede, Fernando Cento, respectivamente.
Finalmente, surgió el documento que regula las relaciones entre la Iglesia católica y el Estado ecuatoriano. El Sumo Pontífice, Pío XI, y el mandatario ecuatoriano firmaron el respectivo documento el 24 de julio de 1937 y luego, por Decreto Supremo 46, se publicó en el Registro Oficial el 14 de septiembre del mismo año.
El Modus Vivendi es un tratado internacional de carácter normativo entre dos entidades con personalidad jurídica internacional: la Santa Sede y el Estado ecuatoriano.
Por lo tanto es un acuerdo del que nacen derechos y deberes mutuos regidos por el derecho internacional, no privilegios.
Las partes se obligan a que las normas de sus ordenamientos jurídicos estén en consonancia. (I)
Fuente: EL TELÉGRAFO
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