***SNN
EDITORIAL
“Yo, por mi equipo, mato y muero, ¿y usted? No. Yo sí estudié”, dice uno de los chistes antifutboleros que circulan estos días por la Red. Y como ya lo dijo Eduardo Galeano: “¿En qué se parece el fútbol a Dios? En la devoción que le tienen muchos creyentes y en la desconfianza que le tienen muchos intelectuales”. Pero, ¿qué pasa en el momento en que el fútbol se convierte en un pretexto para filosofar, en una suerte de momificación de la esperanza del pueblo, en una alegoría de la poesía y la cultura popular?
Cuando eso sucede, vemos la forma en que pensadores como Sartre hasta escritores como Camus o Shakespeare, aluden al juego como lugar de enunciación y elemento para la creación. Entonces, el fútbol no solo es una droga social ni un alimento para las ‘masas’, también puede ser el puente para la reflexión, tanto lúdica como crítica.
En esta edición decidimos jugar con un balón de fútbol en nuestras páginas. Presentamos un compendio de visiones que giran en torno al ‘rey de los deportes’, desde la perspectiva de quienes lo disfrutan en la cancha hasta la de quienes lo observan desde la comodidad de su sofá. Así, hay un texto que recoge lo que escritores como Mario Vargas Llosa o Javier Marías han producido sobre ese juego. También, se expone un análisis de la ‘poética’ que se produce en el área de juego y de los personajes anónimos que están detrás de la línea de la cancha.
Si bien muchos de estos artículos destacan la relación fútbol-arte, no debemos olvidar que aunque ambos (palabra y juego) deberían ser tomados como elementos de diversión, hay aspectos que los sobrepasan y de los que ya mucho se ha hablado. Por ejemplo, de ese exceso de testosterona dominical que convierte la pasión del fanático en histeria colectiva y violencia simbólica. O en esa malsana —e inútil— necesidad de metaforizar la ya empobrecida jerga futbolística popular. Y claro, también está esa agresiva transformación del balompié en mercancía, haciendo del deporte un mero show business.
En todo caso, lo que hoy buscamos rescatar es la esencia del fútbol, que es, básicamente, el disfrute. Que ruede el balón entonces...
Fuente: EL TELÉGRAFO
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