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EL COMERCIO | por: Rubén Darío Buitrón
Mauro Andino, abogado riobambeño, preside la Comisión Ocasional encargada de presentar el proyecto de ley de Comunicación. Este asambleísta del oficialismo tiene una trayectoria peculiar: ha sido chofer de buses interprovinciales, cantante de música nacional con presentaciones en público y discos grabados, radiodifusor y, en su infancia, vendedor de periódicos en las calles de Guayaquil.
Ahora que está en el poder, ¿quisiera que desapareciera diario El Universo?
De ninguna manera. Ni El Universo ni ningún otro medio. Su pregunta me recuerda la niñez que no tuve cuando recorría las calles de Guayaquil como voceador tratando de recoger algunos sucres para mantenerme y mantener a mi familia...
Pero el proyecto de ley de Comunicación y el Consejo de Regulación parecerían apuntar en la línea de debilitar y golpear a la prensa...
Que se pretenda desaparecer a la prensa, no, eso sería inconstitucional, eso sería improcedente, sería ilegal...
El proyecto es bastante duro contra la prensa privada...
Ese es el sentir de algunos empresarios de la comunicación. Nosotros pretendemos estructurar y aprobar una ley de Comunicación, no una ley de medios.
¡Cuál es la diferencia?
Una ley de medios sería un proyecto de ley contra los medios de comunicación, y ese no ha sido ni será nuestro afán.
Usted mantuvo un programa radial durante muchos años en Riobamba. ¿ Alguna vez lo censuraron? ¿Hubo un consejo de regulación que le dijera ‘esto no puede hacer, esto no puede decir’?
Yo hice periodismo informal, porque no tengo título académico en esa rama. Era un periodismo jurídico social, de orientación a la comunida, tratando de solucionar problemas.
¿Y alguna vez alguien censuró sus programas?
No hubo oportunidad para que me censuren o me digan qué escribir o qué no escribir. Pero sí recuerdo que a mi hijo Mauro, que hoy es abogado, le censuraron un artículo en un diario de Riobamba porque “estaba muy duro”.
¿En qué diario?
En el Diario La Prensa.
¿Fue una fea experiencia para su hijo?
Una fea experiencia. Mi hijo no volvió a escribir nunca más.
¿Y esa fea experiencia se puede repetir para muchos periodistas con un consejo de regulación integrado por una mayoría de representantes de un Gobierno que ha dicho que la prensa es su “enemigo principal”?
Será un consejo de regulación que el pueblo con total certeza aprobó el 7 de mayo y es una decisión que hay que respetar.
Hay que respetar porque es una decisión electoral, ¿pero el consejo respetará el trabajo de los medios y de los periodistas?
El consejo no tiene como finalidad censurar o, peor aún, poner una mordaza o limitar la libertad de información.
¿Libertad de información?
Sì, porque la libertad de expresión y la libertad de comunicación nos corresponde a los 14 millones de ecuatorianos…
Estábamos hablando de un consejo de regulación con mayoría oficialista...
El consejo de regulación no estará en el informe con una mayoría gobiernista.
¿No está así en el proyecto?
En el proyecto para segundo debate se propone un consejo con siete integrantes: dos del Ejecutivo, uno de los consejos de igualdad, uno de las facultades de comunicación de las universidades y tres de la ciudadanía, que serían designados por concurso de méritos y oposición… Pero es una propuesta todavía…
Pero, ¿qué organismo elegirá a los tres ciudadanos?
A través de un concurso de méritos y oposición abierto, pero, le insisto, no es todavía cosa juzgada o camisa de fuerza. Es un informe que, precisamente, con la Comisión pretendemos desarrollar alrededor de la pregunta nueve. donde el pueblo nos manda a expedir una ley de Comunicación sin dilatorias, de una manera ágil, dinámica y transparente.
¿Cómo interpreta usted ese mandato en torno al consejo de regulación?
Por ejemplo, crear un consejo para regular los contenidos en mensajes de violencia, en mensajes explícitamente sexuales o mensajes discriminatorios.
¡Y la opinión?
El consejo no va a regular la opinión. La opinión de los ciudadanos debe ser a través de los artículos escritos con la responsabilidad que debe caracterizar a todo ser humano, y eso estará libre de cualquier regulación.
Teóricamente suena bien el control a los mensajes de violencia, sexo o discriminación. Pero, ¿cómo determinar qué es un contenido de violencia?
En la Comisión será necesario que debatamos qué es un contenido de violencia, porque es muy importante que en la ley se defina qué es violencia.
Para usted, ¿qué es un contenido mediático violento?
Recuerdo un puñal ensangrentado con la foto de un muchacho y el titular “Este es el hombre del puñal”. ¿Qué hizo ese medio impreso? Prácticamente sentenciarle a ese joven (Elías Barberán). Pero a los 15 días se hacen las investigaciones y se demuestra que ese joven no tenía nada que ver. ¿Quién le repone la honra a este joven?
La generalización y la subjetividad son peligrosas al momento de definir...
Por supuesto, y eso podría generar problemas. Precisamente para evitar esos malos entendidos o, peor, para evitar que los integrantes del consejo tomen decisiones a discreción, es mejor que quede claramente establecido en la ley. De esa manera todos nos sujetaremos no solo a la Constitución sino a los estándares internacionales.
Es un tema tan delicado y polémico que no solamente deberían debatirlo en la Comisión sino con todos los sectores de la sociedad. ¿Por qué la Comisión no habla con los periodistas, con los lectores, con los directivos de los medios, etcétera?
Yo aspiro a que todos los sectores participen en el debate, no solamente los asambleístas de la comisión ocasional.
¿Cómo pondrá en práctica ese aspiración?
Hemos recibido una serie de propuestas y sugerencias no solamente de los empresarios privados de los medios de comunicación o de los periodistas o comunicadores, sino de organizaciones sociales, de representantes de la niñez y la adolescencia, de los ciudadanos comunes, de los jóvenes, es decir de todos.
De acuerdo, pero, ¿no le parece que hace falta un debate más amplio y más profundo que salga de las paredes de la Asamblea?
Por supuesto que sí, por eso exhorto e invito a que los comunicadores y los dueños de los medios de comunicación privada se involucren en las deliberaciones.
¿Usted hace una invitación para conversar entre comunicadores y asambleístas?
Sí, claro. Es fundamental para evitar lo que precisamente ocurre ahora. Y le doy ejemplos muy concretos. El día miércoles la comisión de Comunicación volvió a instalarse para sesionar y mire lo que dice Diario Hoy en su primera plana, que la ley de Comunicación vuelve a debatirse sin acuerdo en la Asamblea. Dígame usted, ¿eso es veracidad?
¿Y ocurrió lo contrario?
Ocurrió totalmente lo contrario y se lo demuestro entregándole la resolución que expidió la Comisión por unanimidad, con los votos de los diez vocales.
¿Qué trascendencia tiene esa resolución?
Que el documento que resulte de los debates en la Comisión se deberá presentar al pleno de la Asamblea. Pero déjeme darle otro ejemplo de distorsión, en este caso de EL COMERCIO.
A ver...
EL COMERCIO dice que “el oficialismo insiste en proyecto criticado por organismos de Derechos Humanos”.
¿Y no es cierto que ustedes se niegan a cumplir lo que mandan las normas internacionales sobre libertad de prensa y expresión?
Si fuera cierto lo que dice EL COMERCIO no hubiéramos llegado a ese acuerdo en la Comisiòn. Por el contrario, estamos claros que debemos sujetarnos a lo que establecen tanto la Carta Fundamental como el marco internacional...
Es decir, ¿están ustedes dispuestos a que el proyecto final sea puesto a consideración de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos?
Dentro de la Comisión debemos revisar esos documentos para tratar de consensuarlos. Debemos ver si las recomendaciones están en el marco constitucional, en los estándares internacionales y en los tratados de los cuales Ecuador es parte.
¿Aunque, al final de los debates en la Asamblea y el envío del proyecto al Ejecutivo, este lo cambie con su veto?
En todo sistema democrático, el Presidente de la República es colegislador y no se le puede restar esa facultad de vetar un proyecto de ley.
Entonces, para qué tanto esfuerzo y tanto debate?
Precisamente por eso pretendo que haya consenso en la Comisión, para que si llegara a producirse un veto presidencial sea en el más mínimo porcentaje.
Eso es difìcil con un Gobierno que, insisto, nos ha declarado sus “enemigos principales”...
Sería funesto para el país si dejara de existir una prensa crítica, pero también sería terrible que no se digan las cosas buenas que hace el Gobierno. En la información y en la opinión hay que ser equilibrados, equitativos y justos.
Cuando usted deje de ser asambleísta y vuelva a su programa radial, estará vigente el consejo de regulación. ¿Qué tal si ese consejo termina censurándolo? ¿Se arrepentiría de haber sido parte de quienes lo crearon?
Yo me arrepentiría una y mil veces de no haber hecho lo que pretendo hacer, que es dirigir con responsabilidad a la Comisión y dar total apertura a los criterios de todos los sectores involucrados con la Comunicación.
HOJA DE VIDA
Mauro Andino
Su experiencia. Es abogado desde hace más de 30 años. Asambleísta de Alianza País por Chimborazo, preside la Comisión Ocasional de Comunicación. Tiene un hijo abogado y otro que estudia Periodismo.
Su trayectoria laboral. Un revés económico familiar lo llevó de niño a viajar de Chimborazo a Guayas. Allì vendió periódicos para sobrevivir. Ha sido también radiodifusor.
Su punto de vista. Afirma que tratará de conseguir un proyecto de ley consensuado en la Asamblea para evitar, en lo posible, un veto presidencial.
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