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Desde hace más de un año, la Asamblea Nacional mantiene en reposo una Ley de Comunicación para el país que ha sido bloqueada por las agrupaciones de oposición y por una feroz campaña por parte de los medios de comunicación privados.
(El Telégrafo).- Lo lamentable del caso es que solo a través de una normativa se puede impedir que los periodistas lancen todo tipo de epítetos y calumnias sin ningún tipo de responsabilidad ulterior.
El caso de Emilio Palacio contra el presidente del directorio de la Corporación Financiera Nacional, Camilo Samán, es un ejemplo de que medios y editorialistas no asumen ninguna responsabilidad en lo que expresan y cuando se les reclama por su responsabilidad ulterior, dicen que su accionar está contemplado en los códigos de los medios. Y cuando se les aplica el código exigen tolerancia por parte de los afectados. Hay que recordar que los periodistas deben probar las cosas que publican.
En definitiva, creemos urgente el nacimiento de una comisión que regule el contenido de los medios de comunicación con el objetivo de evitar que los periodistas puedan afectar la honra de las personas, como ya varias veces ha ocurrido. De la misma forma, se protegerá a la niñez de los contenidos violentos y sexuales.
Editorial injurioso
Artículo lesionó honor de la familia de un funcionario
El presidente del directorio de la Corporación Financiera Nacional (CFN), Camilo Samán, retiró un juicio en contra del articulista Emilio Palacio por pedido de su padre antes de fallecer.
La mañana del sábado 26 de agosto de 2009, medio centenar de microempresarios del Guayas protestaron en los exteriores de diario El Universo, al sur de Guayaquil, por la publicación de una nota en donde se aseguraba que los beneficiarios de préstamos de la Corporación Financiera Nacional (CFN) tenían un alto nivel de morosidad. La medida fue tomada para rechazar la aseveración y para pedir rectificaciones a los directivos de ese periódico.
Al día siguiente El Universo no cumplió con las peticiones de los manifestantes, pero, en su sección de opinión, sí publicó un texto titulado “Camilo, el matón”, en donde el director de opinión de ese rotativo, Emilio Palacios, aseguraba que la protesta del día anterior había sido planeada y financiada por el titular del directorio de la CFN, Camilo Samán. “Por eso el matón Samán no fue ayer a las instalaciones de este diario para reclamar. Mandó a sus guardaespaldas”, dice una parte de aquel artículo.
En otro pasaje del texto, Palacios afirma que funcionarios de la actual administración, entre ellos Samán, desvían fondos públicos para su propio beneficio. “El poder está contaminado por una mafia que está dispuesta a utilizar cualquier método para seguir disfrutando de los fondos públicos (...) Camilo el matón y la familia Correa tendrán camino libre para seguir disponiendo de los millones de la CFN”, decía el escrito publicado el 27 de agosto de 2009 en Diario El Universo.
La reacción de Samán no se hizo esperar. En los días subsiguientes emplazó al comunicador a comprobar sus aseveraciones, las cuales no fueron verificadas por Palacios ni por los directivos del periódico.
Ante la falta de pruebas que sostengan lo escrito por el articulista, el funcionario presentó el 9 de septiembre del mismo año un juicio por injurias calumniosas graves en el que solicitaba una indemnización por parte del director de opinión de El Universo, mas no de sus dueños.
Como respuesta a la querella, Palacios aseguró que la demanda fue mentalizada por el presidente de la República, Rafael Correa, y que Camilo Samán solo era el ejecutor del plan. Sin embargo, continuaba la ausencia de sustentos para haber calificado al funcionario de malversar fondos públicos y de haber financiado la manifestación de los beneficiarios de microcréditos.
Sobre el término “matón”, el editorialista dijo que lo había utilizado para relacionarlo con los vocablos bravucón o pendenciero, y no con asesino, explicación que fue rechazada por Samán al asegurar que se debe leer el artículo completo, el cual es una mezcla de injurias, para comprender el sentido de ese término.
La diligencia continuó de manera normal en el juzgado Segundo de Garantías Penales del Guayas por casi cinco meses. En las audiencias, Samán sostuvo que el artículo de Palacio “se aleja de la verdad y la ética periodística”, y aseguró, además, que ha sido víctima de “deshonra, descrédito, menosprecio de su honor, y moral”, que se lesiona su nombre y mi aspecto ético “con una serie de injurias”.
Luego de las indagaciones y de los careos, la jueza segunda de Garantías Penales del Guayas, Carmen Argüello, sentenció a Palacio a cumplir tres años de prisión correccional en la Penitenciaría del Litoral y a pagar una indemnización de 10.000 dólares por las calumnias emitidas.
La magistrada consideró que el articulista es “autor de una concurrencia de delitos contra la honra: injuria calumniosa y de injuria no calumniosa”. La resolución del juzgado indicó que hubo agravantes dentro del proceso, por lo que no se puede considerar ningún atenuante.
A pesar de la sentencia, Samán decidió desistir de la demanda contra el comunicador porque esa fue una promesa que le había realizado a su padre, quien había fallecido días antes de que emitiera el fallo.
Después de los hechos, Samán manifestó que espera unas disculpas públicas por las ofensas recibidas en el texto de Palacio. No obstante, a la fecha, esa actitud no ha sido asumida por el director de opinión de El Universo.
Sobre el juicio penal del Presidente Rafael Correa contra Emilio Palacio y otros periodistas de Ecuador, lean aquí un análisis a la luz del régimen internacional de derechos humanos y la libertad de expresión:
ResponderEliminarhttp://www.realidadecuador.com/2011/04/pienso-luego-opino-y-luego-voy-preso.html
Saludos,
Héctor Yépez Martínez