jueves, 18 de junio de 2015

Los nombres raros de la discordia

***SNN 



Los nombres de la discordia


 Muchos manabitas hicieron fuerza de inspiración para bautizar a sus comunidades con nombres únicos y en ocasiones hasta extravagantes.


A los habitantes de Pueblo Arrecho, en Santa Ana, no les hace mucha gracia el nombre. Las mujeres sobre todo tratan de evitar decir de donde son.


La reina de Los Monos en Chone prefiere no participar en eventos fuera de su tierra, pues el “caprichoso” nombre de su pueblo lejos de ayudarla, más bien la relaciona con un personaje de la televisión, como la mujer de Tarzán y eso más bien genera risas.


En Manabí miles de habitantes preferirían cambiar el nombre del pueblo en donde viven; otros en cambio se sienten orgullosos, pero donde cuidan decir el nombre es en la comunidad El Placer del Culo, un recinto de la parroquia Sixto Durán Ballén, del cantón 24 de Mayo, dedicada a la agricultura.


Especiales. 

Y es que en Manabí a la hora de poner nombres a la patria chica sus gestores no repararon en nada y en su proceso de inspiración para bautizar al terruño más bien se dejaron guiar por las frutas, los animales o por un suceso que identificó para siempre al pueblo y a sus habitantes.


Por ejemplo, la historia de El Placer del Culo se remonta a casi un siglo, dice Segundo Briones, un orgulloso “placerculeño”, de 57 años, que nació en el poblado.


Dijo que antes el sector era conocido como Los Pailones, casi nadie lo habitaba y cerca había un estero donde una dama llegaba a lavarse sus partes íntimas hasta que un campesino la vio y luego, por facilidad o pereza, empezó a nombrar al lugar con esa parte de la dama que más le había impresionado.


Sin embargo, luego llegó un sacerdote a quien el nombre le pareció grotesco y en su intención de corregir más bien la empeoró, pues el padre decidió que la comunidad se llame simplemente “El Placer” haciendo honor a la dicha que generaba vivir en un sitio tan bonito de exuberante vegetación, pero cuando los locales iban a otros sectores y les preguntaban de dónde eran o de dónde venían decían el exquisito nombre ordenado por el cura, pero sus interlocutores no se ubicaban y para que entiendan entonces decían “Allá... en El Placer... El Placer del Culo ahí sí, el sitio quedaba claro “y el pueblo tuvo nombre y apellido”, dice Briones sin ocultar una sonrisa.


Variados. 

A Pueblo Arrecho, en cambio lo bautizaron así porque tanto mujeres y varones se casaban a corta edad. 14, 15 y 16 años era la edad promedio en que las chicas se comprometían. Entonces un animador de discomóviles en el fragor de la fiesta decidió enviarle un saludo “a este Pueblo Arrecho” y lo rebautizó así.


También hay los sectores que fueron nombrados por lo que se producía allí. Entonces aparecieron los sitios Chirimoya, El Mate, Pechiche, Maicito y más.


Otros rindieron homenaje a insectos y animales como Las Cucarachas en Pueblo Nuevo de Santa Ana, Boca de Burro y Caza Lagarto en Ayacucho, Los Monos en Chone o Canta Gallo en Jipijapa. 


Unos más lo obtuvieron por un hecho allí sucedido, tal es el caso de Muerto Parado en la Unión de Santa Ana, donde encontraron un vecino inerte y amarrado a un árbol. 


Sin embargo, hay otros nombres que no tienen explicación ni significado, dice Antonio Pico de Santa Ana y agrega que la lista es larga como Chamucame, Chicompito, Guaijal, Miguicho o Chibunga, mencionó.


Fuente: EL DIARIO



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