miércoles, 30 de abril de 2014

“2017 será nuestro año más crítico”

***SNN



La presidenta de la Asamblea Nacional reconoce la necesidad de construir nuevos liderazgos que puedan tomarle la posta a Rafael Correa. Ella quiere una estructura más fuerte en PAIS.


Gabriela Alejandra Rivadeneira Burbano. Nacionalidad: Ecuatoriana. Fecha de nacimiento: 25 de julio de 1983. Experiencia laboral: Gobernadora de la provincia de Imbabura.Gabriela Alejandra Rivadeneira Burbano. Nacionalidad: Ecuatoriana. Fecha de nacimiento: 25 de julio de 1983. Experiencia laboral: Gobernadora de la provincia de Imbabura.


Antes de presidir la Asamblea, Gabriela Rivadeneira dirigió las juventudes de PAIS, uno de los cuadros importantes del movimiento en Imbabura. Ahora, como presidenta de la Asamblea, expresa su opinión sobre los cambios que deben implementarse.


Una de las quejas de la gente en Cotacachi es que en la escuela del milenio, aunque está bonita, nunca participaron en el proyecto, no les preguntaron del color o hicieron una minga para que apoyen eso. ¿Qué pasó?

De pronto la dependencia del movimiento a la acción del Gobierno ha limitado mucho el fortalecimiento de su estructura.

Si la escuela del milenio en Cotacachi hubiera tenido un movimiento político sólido habría ayudado a capitalizar todos los beneficios que trajo ese establecimiento a Cotacachi. Se hizo la escuela, pero la gente no se siente empoderada de su espacio. Es el momento, como movimiento Alianza PAIS, de cimentar esta estructura. Tenemos que aprovechar estos tres años sin campañas electorales para ser un movimiento que tenga una estructura fuerte.


¿Hasta dónde necesita un recambio el movimiento PAIS? ¿Las figuras históricas cumplieron su ciclo en estos siete años?

Hay que pensar qué es lo que queremos a futuro, después plantearnos quiénes son o somos los llamados a continuar el proceso político. Quienquiera que esté debe tener una base y una organización, sin una estructura eso se volverá solamente política de Estado, de Gobierno. El 2017 posiblemente será nuestro año más crítico como proyecto político porque estamos en la disyuntiva entre continuar con la revolución o, posiblemente, dependiendo de cómo se dé la coyuntura electoral, que vuelva una tendencia de derecha, que es totalmente la antítesis a la revolución.



¿Habrá alianzas con las nuevas organizaciones de los jóvenes, de mujeres, GLBTI, ciclistas, ecologistas? ¿Por qué no pensar en un acuerdo más amplio?

Hay esos acuerdos, esos trabajos, desde los ministerios, desde la Asamblea, pero no desde el partido. Necesitamos urgentemente una reestructuración porque la responsabilidad del movimiento es sostener esas relaciones para hacer un gran frente. Esperemos, después del 1 de mayo, hacer una reestructuración de nuestro movimiento, empezar a darle una nueva dinámica de trabajo, hacer más visible la participación de actores territoriales de PAIS y de otros aliados, generar los espacios y las metodologías adecuadas para que se confluya en algo positivo.


¿Eso explicaría la derrota dura y fuerte en Imbabura, por ejemplo?

No hay una regla para lo que ha pasado en territorios. Cada territorio, cada cantón, hasta la parroquia, han mostrado comportamientos diferentes después del 23 de febrero. Algo claro es que la debilidad de tener una estructura fuerte del movimiento sí hizo que otras se levanten, como la vieja estructura de la Izquierda Democrática, un levantamiento de una estructura fuerte, que venía muchísimos años con un tema de concienciación ciudadana, de generación de conocimiento, de formación, que de pronto es lo que a nosotros sí nos ha faltado.


¿Se podría pensar que el país ganó una presidenta de la Asamblea, pero perdió una gran militante en Imbabura que afectó las elecciones?

Lamento no haber estado tanto tiempo en campaña en Imbabura. Hubo una estrategia de campaña fuerte para Quito, donde tuvimos que interactuar mucho los actores políticos. No creímos que íbamos a tener esos resultados el 23 de febrero, pero nos ha servido para proponer una reestructuración provincial y plantear una motivación más para trabajar en los próximos tres años en la recuperación de nuestra provincia a favor de la Revolución Ciudadana.


¿Cuánto depende la Revolución Ciudadana de Rafael Correa?

Rafael Correa tiene de por sí mismo una figura que arrasa. Nos hemos descuidado de generar un perfil que pueda tomar la posta con esas características, no sé si sea posible ni a 2017 ni a 2021. Rafael Correa significa un símbolo de la Revolución Ciudadana que en este momento es irreemplazable. Hay que trabajar en saber cómo sigue después de Rafael el proceso de la Revolución Ciudadana. Tal vez, y románticamente, creamos que Rafael es eterno, pero en lo práctico, en algún momento, alguien tendrá que tomar esa posta.


Siendo así, Correa puede ser imprescindible y entonces en la agenda legislativa debería constar una reforma constitucional para la reelección...

Hemos hablado de una posible enmienda. El 70% de asambleístas de la Revolución Ciudadana considera que debemos hacerla, debemos abrir la puerta, no de manera indefinida, pero sí para que el proyecto político no corra riesgos. Todavía no hay una definición en concreto.




Fuente: EL TELÉGRAFO



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