***SNN
Son más activos en la noche. Entre las 18:00 y 19:00 dejan la zona costera para adentrarse en el océano, a más de 300 y 400 metros de profundidad. Van en busca de alimento. Eligen solo a los calamares y a otras clases de moluscos (cefalópodos). En la mañana regresan a la costa de la isla Wolf, en Galápagos, para descansar.
Esta es la rutina que practican a diario los tiburones llamados martillo, cuyo nombre científico es Sphyrna lewini.
La mencionada práctica ha sido identificada en un programa de monitoreo de especies marinas migratorias, que se desarrolla en el archipiélago.
No es lo único nuevo para la ciencia. También se ha descubierto que esta clase de tiburón –la cual se mueve por el Pacífico este– ha delimitado un corredor marino, que va desde Baja California (en Estados Unidos) hasta Perú.
La isla del Coco (Costa Rica), Malpelo (Colombia) y las islas del norte de Galápagos (Ecuador) son las rutas favoritas de los martillo en sus recorridos de miles de kilómetros por el Pacífico durante el año. A nivel global, están en peligro de extinción, según la Lista Roja elaborada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
En algunas partes del mundo aún se lo sigue cazando, al igual que a los tiburones de otras especies, para vender sus aletas, según confirman reportes locales y extranjeros.
El tiburón es el que elige ciertas áreas para permanecer más tiempo. Por ejemplo, el martillo pasa un promedio de entre seis y ocho meses en las islas Darwin o Wolf, en el norte de Galápagos. O va y viene entre ambos sectores.
Luego migran a otras áreas del Pacífico y de ahí regresan al archipiélago, indica el biólogo Eduardo Espinoza, del Departamento de Investigaciones Marinas del Parque Nacional Galápagos (PNG).
Esta entidad (a cargo de vigilar el ecosistema) y la fundación Charles Darwin, además de la colaboración de la Universidad de California (en Davis), participan en los programas de conservación e investigación de los tiburones que se observan en Galápagos.
Desde el 2006 se utilizan métodos de telemetría en cinco especies de tiburón. Consiste en colocarle a cada animal marcas satelitales y acústicas para así poder conocer un estimado de la población, al igual que sus movimientos espaciales y estacionales.
Con la información que se emite a través de estos sistemas tecnológicos (las marcas) se descubren los patrones de comportamiento y migratorios, describe el biólogo.
Además del martillo, hay cuatro especies de tiburón, cuyo estudio se complementa con el ‘marcaje’. Estas son: galápagos, cuyo nombre científico es Carcharhinus galapagensis; tintoreas, Triaenodon obesus; punta negra de arrecife, C. limbatus, y ballena, Rhincodon typus. Seguir a estos individuos es difícil, señala el biólogo del PNG, pues sus movimientos son rápidos y sus desplazamientos, largos.
Parece que la abundancia de alimento y una mayor profundidad para bucear hace que los tiburones elijan sitios específicos, como Galápagos, según hipótesis científicas. Suelen detectar estas áreas mediante ondas electromagnéticas, las cuales les dibujan las rutas (siguen las cordilleras submarinas), menciona Espinoza.
El área de protección de los tiburones a nivel mundial es limitada. En Galápagos, por ejemplo, la protección es dentro de las 40 millas a partir de la línea costera. Pero ellos navegan más allá de ese espacio, dice el biólogo del PNG, quien considera necesario la implementación de medidas de conservación en todo el planeta.
“Los tiburones siempre van a tener la amenaza porque pueden ser capturados en cualquier área internacional (que no sea zona protegida)”, expresa Eduardo Espinoza.
En las expediciones o conteos en Galápagos, los científicos han observado grupos de cien individuos. Hasta el momento se ha marcado a 150 tiburones martillo, de estos, según los reportes, 34 pasan más tiempo en las islas o han regresado fielmente a ellas.
Pero los tiburones no son los únicos animales que se estudian a través de las marcas. Las tortugas marinas fueron las primeras. También están las manta rayas y los merlines.
En el 2001 se inició un programa de monitoreo sistemático de la anidación de la especie conocida como tortuga verde, cuyo nombre científico es Chelonia mydas. Desde 1980 la población declinó entre el 50% y el 80%, según los antecedentes del proyecto de monitoreo (a largo plazo), en el que participan biólogos de la Fundación Charles Darwin y del Parque Nacional.
La página http://www.darwinfoundation.org menciona que, en un estudio piloto sobre las amenazas para la tortuga verde, se demostró que entre las causas principales de mortalidad están la colisión de estos individuos con las embarcaciones y la interacción con pesquerías (artes de pesca).
Por ello se realizan los monitoreos anuales de la actividad de anidación en algunas playas del archipiélago. Entre enero y julio llega a anidar un gran número de tortugas. Suelen ir al mismo lugar donde nacieron, acota Espinoza. Luego de esta etapa siguen hacia Centroamérica o hasta Perú.
La tortuga verde, que también está en peligro de extinción a nivel global, según la Lista Roja de la UICN, tiene una ley mundial que la ampara de la caza y comercialización.
La Quinta Playa, en la isla Isabela, reporta la mayor cantidad de nidos. Por ejemplo, de diciembre del 2010 a junio del 2011 se contabilizaron 1.083 hembras anidadoras, que dejaron 2.339 nidos. Y en el periodo de diciembre del 2011 a junio del 2012 se registraron 1.496 nidos y 467 hembras.
Estas llegan a las playas cada dos o tres años, en promedio, para anidar, según cita Espinoza, quien acota que, tras diez años de monitoreo, se considera que existe una población estable de la tortuga verde.
“Como son organismos pulmonares, las tortugas se mueren cuando caen en las redes y en los palangres (de la pesca incidental)”, menciona el experto del PNG al hablar sobre las amenazas principales.
Ahora están estudiando cómo afecta el cambio climático a las especies marinas; en el caso de las tortugas, por ejemplo, quieren entender si la temperatura puede hacer cambiar el huevo de hembra a macho.
Más detalles
A las manta rayas y a los merlines (relacionados al pez espada) también se los estudia mediante el monitoreo satelital de ocho especies en Galápagos.
De junio a noviembre los llamados tiburones ballena visitan los alrededores de la isla Darwin, en Galápagos. Unos 30 individuos han sido marcados en este año.
Las investigaciones sobre las especies migratorias servirán también para exponer la situación de estos individuos, en las convenciones mundiales.
Fuente: EL UNIVERSO*
Esta es la rutina que practican a diario los tiburones llamados martillo, cuyo nombre científico es Sphyrna lewini.
La mencionada práctica ha sido identificada en un programa de monitoreo de especies marinas migratorias, que se desarrolla en el archipiélago.
No es lo único nuevo para la ciencia. También se ha descubierto que esta clase de tiburón –la cual se mueve por el Pacífico este– ha delimitado un corredor marino, que va desde Baja California (en Estados Unidos) hasta Perú.
La isla del Coco (Costa Rica), Malpelo (Colombia) y las islas del norte de Galápagos (Ecuador) son las rutas favoritas de los martillo en sus recorridos de miles de kilómetros por el Pacífico durante el año. A nivel global, están en peligro de extinción, según la Lista Roja elaborada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
En algunas partes del mundo aún se lo sigue cazando, al igual que a los tiburones de otras especies, para vender sus aletas, según confirman reportes locales y extranjeros.
El tiburón es el que elige ciertas áreas para permanecer más tiempo. Por ejemplo, el martillo pasa un promedio de entre seis y ocho meses en las islas Darwin o Wolf, en el norte de Galápagos. O va y viene entre ambos sectores.
Luego migran a otras áreas del Pacífico y de ahí regresan al archipiélago, indica el biólogo Eduardo Espinoza, del Departamento de Investigaciones Marinas del Parque Nacional Galápagos (PNG).
Esta entidad (a cargo de vigilar el ecosistema) y la fundación Charles Darwin, además de la colaboración de la Universidad de California (en Davis), participan en los programas de conservación e investigación de los tiburones que se observan en Galápagos.
Desde el 2006 se utilizan métodos de telemetría en cinco especies de tiburón. Consiste en colocarle a cada animal marcas satelitales y acústicas para así poder conocer un estimado de la población, al igual que sus movimientos espaciales y estacionales.
Con la información que se emite a través de estos sistemas tecnológicos (las marcas) se descubren los patrones de comportamiento y migratorios, describe el biólogo.
Además del martillo, hay cuatro especies de tiburón, cuyo estudio se complementa con el ‘marcaje’. Estas son: galápagos, cuyo nombre científico es Carcharhinus galapagensis; tintoreas, Triaenodon obesus; punta negra de arrecife, C. limbatus, y ballena, Rhincodon typus. Seguir a estos individuos es difícil, señala el biólogo del PNG, pues sus movimientos son rápidos y sus desplazamientos, largos.
Parece que la abundancia de alimento y una mayor profundidad para bucear hace que los tiburones elijan sitios específicos, como Galápagos, según hipótesis científicas. Suelen detectar estas áreas mediante ondas electromagnéticas, las cuales les dibujan las rutas (siguen las cordilleras submarinas), menciona Espinoza.
El área de protección de los tiburones a nivel mundial es limitada. En Galápagos, por ejemplo, la protección es dentro de las 40 millas a partir de la línea costera. Pero ellos navegan más allá de ese espacio, dice el biólogo del PNG, quien considera necesario la implementación de medidas de conservación en todo el planeta.
“Los tiburones siempre van a tener la amenaza porque pueden ser capturados en cualquier área internacional (que no sea zona protegida)”, expresa Eduardo Espinoza.
En las expediciones o conteos en Galápagos, los científicos han observado grupos de cien individuos. Hasta el momento se ha marcado a 150 tiburones martillo, de estos, según los reportes, 34 pasan más tiempo en las islas o han regresado fielmente a ellas.
Pero los tiburones no son los únicos animales que se estudian a través de las marcas. Las tortugas marinas fueron las primeras. También están las manta rayas y los merlines.
En el 2001 se inició un programa de monitoreo sistemático de la anidación de la especie conocida como tortuga verde, cuyo nombre científico es Chelonia mydas. Desde 1980 la población declinó entre el 50% y el 80%, según los antecedentes del proyecto de monitoreo (a largo plazo), en el que participan biólogos de la Fundación Charles Darwin y del Parque Nacional.
La página http://www.darwinfoundation.org menciona que, en un estudio piloto sobre las amenazas para la tortuga verde, se demostró que entre las causas principales de mortalidad están la colisión de estos individuos con las embarcaciones y la interacción con pesquerías (artes de pesca).
Por ello se realizan los monitoreos anuales de la actividad de anidación en algunas playas del archipiélago. Entre enero y julio llega a anidar un gran número de tortugas. Suelen ir al mismo lugar donde nacieron, acota Espinoza. Luego de esta etapa siguen hacia Centroamérica o hasta Perú.
La tortuga verde, que también está en peligro de extinción a nivel global, según la Lista Roja de la UICN, tiene una ley mundial que la ampara de la caza y comercialización.
La Quinta Playa, en la isla Isabela, reporta la mayor cantidad de nidos. Por ejemplo, de diciembre del 2010 a junio del 2011 se contabilizaron 1.083 hembras anidadoras, que dejaron 2.339 nidos. Y en el periodo de diciembre del 2011 a junio del 2012 se registraron 1.496 nidos y 467 hembras.
Estas llegan a las playas cada dos o tres años, en promedio, para anidar, según cita Espinoza, quien acota que, tras diez años de monitoreo, se considera que existe una población estable de la tortuga verde.
“Como son organismos pulmonares, las tortugas se mueren cuando caen en las redes y en los palangres (de la pesca incidental)”, menciona el experto del PNG al hablar sobre las amenazas principales.
Ahora están estudiando cómo afecta el cambio climático a las especies marinas; en el caso de las tortugas, por ejemplo, quieren entender si la temperatura puede hacer cambiar el huevo de hembra a macho.
Más detalles
A las manta rayas y a los merlines (relacionados al pez espada) también se los estudia mediante el monitoreo satelital de ocho especies en Galápagos.
De junio a noviembre los llamados tiburones ballena visitan los alrededores de la isla Darwin, en Galápagos. Unos 30 individuos han sido marcados en este año.
Las investigaciones sobre las especies migratorias servirán también para exponer la situación de estos individuos, en las convenciones mundiales.
Fuente: EL UNIVERSO*
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