martes, 6 de diciembre de 2011

Asambleísta indígena aficionada a espectáculo taurino legado por conquistadores españoles

****SNN


Tibán y el torero David Fandila, El Fandi/ Foto: @Lourdes Tiban


Quito, 06 dic (Andes).- Sucedió este martes 6 de diciembre, durante la corrida de toros en la Feria Jesús del Gran Poder, considerada una de las más importantes de América.


La asambleísta Lourdes Tibán, quien se autodenomina defensora de las causas y cultura indígenas, se mezcló entre los aficionados a los toros, en su gran mayoría de clase alta y media alta, quienes a mediados de los años sesenta incorporaron las corridas como reivindicación de sus orígenes españoles.


La legisladora del partido Pachakutik, brazo político de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), no pudo ocultar su entusiasmo por integrarse a la Fiesta Brava.


A tal punto, que comentó activamente “su primera vez” en los toros, “pese a vivir veinte años en Quito”, y colgó fotos con la montera (gorro especial de terciopelo negro).


Tan entusiasmada parecía estar Tibán que no dudó en auto elogiarse: “Quito recibe con aplausos a la legisladora Tiban en la plaza de toros! Viva la libertad!”, consignó.


Las reacciones en Twitter no se hicieron esperar. El usuario Roger Tunalli comentó: “tanto que defiende a la #PachaMama (Ndr: madre tierra), y se alegra cuando le cortan las orejas a un pobre animal (toro) tiene #Doblemoral”.


Los aficionados observaron con asombro la presencia de la legisladora indígena en la corrida/ Foto: @LourdesTiban


Jorge Pavón le reprochó: “no pues asi dra. Esas fiestas peluconas (Ndr: de ricos)”. En tanto, George Velásquez opinó: “asambleista se me esta volviendo pelucóna (sic) según dice el Rafael correa. Cuidado”.


La corrida de toros es el espectáculo de masas más antiguo de España y uno de los más antiguos del mundo. Como espectáculo moderno realizado a pie, fija sus normas y adopta su orden actual a finales del siglo XVIII en España, donde la corrida finaliza con la muerte del toro.


Las corridas de toros son consideradas una de las expresiones de la cultura hispánica. Se practican también en Portugal (donde, a excepción de algunos municipios, no se le da muerte al toro en la plaza desde 1836, durante el reinado de María II), en el sur de Francia y en diversos países de Hispanoamérica como México, Colombia, Perú, Venezuela, Costa Rica, Panamá y Bolivia, donde fueron introducidos por los conquistadores españoles.


Fuente: ANDES*

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