En su discurso, cuestionó a los demandantes de la Ley de Comunicación y recordó hechos que, según él, violaron la libertad de expresión sin que los gremios e instituciones hayan reaccionado.
Ochoa no expuso argumentos jurídicos pues dijo que prefería topar el tema ético y de honor y hacer públicos los antecedentes de “quienes se desgarran las vestiduras en defensa de la libertad de expresión”.
“Les pregunto a ellos, en su propia cara, ¿dónde estaban?, porque ahora se llenan la boca hablando de derechos, por ejemplo, el señor (Enrique) Herrería que el 30-S (30 de septiembre del 2010) pidió la amnistía de golpistas y hoy pretende defender la Ley y la Constitución”.
“Se llenan la boca hablando de libertad de expresión”, agregó la autoridad al preguntar: “¿Dónde estaba el señor Diego Cornejo (director de la Aedep) el día que el director-propietario del (diario) Hoy atropelló a una niña y la abandonó en la vía. Estaba con aliento a licor, pero se negó a hacerse la prueba de alcoholemia”, recordó.
A su juicio, toda esa información era vital para la ciudadanía, pero fue invisibilizada por los medios de comunicación, incluida la Asociación de Editores de Periódicos.
La “Ley de Comunicación pone coto a todo lo que hicieron antes... Nunca más el chantaje de determinados medios a personas, cabildos, empresas, llenándose la boca con la palabra libertad, mientras por abajo se llenan los bolsillos”, agregó el superintendente.
La jueza ponente María del Carmen Maldonado llamó la atención a Ochoa en varias ocasiones, pidiéndoles que sus criterios sean en el ámbito exclusivamente judicial.
El funcionario no hizo caso a estos pedidos. Y terminó diciendo: "Señoría, en ustedes está: o volvemos al tiempo de los urinarios o democratizamos la palabra en este país".
Fuente: EL UNIVERSO
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