martes, 18 de diciembre de 2012

Documental “Rafael Correa: retrato de un padre de la patria” en tiempo de campaña

***SNN






Documental “Rafael Correa: retrato de un padre de la patria”, un desfile absolutista de opiniones opositoras al Gobierno y sin documentación


 

http://youtu.be/DMvJ4WHVEbQ



(Andes).- Incongruencias, mentiras y manipulación arbitraria de declaraciones y tiempos caracterizan al documental “Rafael Correa: retrato de un padre de la patria”. En él, su realizador, Santiago Villa, recoge los testimonios de quienes se han declarado públicamente enemigos del Gobierno y del presidente ecuatoriano Rafael Correa.



En ese video, de 51 minutos de duración, aparecen personalidades de oposición: Emilio Palacios, Jorge Ortiz, Carlos Vera, Galo Lara, Fabricio Correa, Mario Pazmiño, Cléver Jiménez, Alejandra Cevallos, Juan Carlos Calderón, Marlon Santi, Fernando Villavicencio, Martha Roldós, Diego Cornejo, Jofre Campaña, César Montufar, Mónica Encalada.



Pero el documental no parece demostrar nada, excepto la declarada visión de esos opositores y en realidad, no revela datos efectivos. En el largometraje, destaca la presencia del legislador oficialista Francisco Velasco, sentado, sentenciado por el periodista. Él dice que lo engañaron.



Según Francisco Velasco, Santiago Villa se hizo pasar por periodista de la cadena colombiana RCN. En realidad, él es columnista de El Espectador, un oficio que lo mantiene distante de la reportería. Velasco le concedió la entrevista pensando en que iban a tratar el tema del libro “El juego del camaleón”, en el que aparece un tal Julio Luna que, según el mentado documental, sería el ahora asambleísta.



Francisco Velasco responde a las inquietudes, pero afirma jamás haber visto las declaraciones de un supuesto exguerrillero de las FARC-EP, Alexander Duque (Alias “Chorizo”), quien lo implica en haber recibido dinero para la campaña de la primera elección de Rafael Correa, en 2006.



En el documental, alias Chorizo afirma –haciendo referencia a la primera campaña de Correa– que se reunió con Velasco y que él le dijo que iba a ser candidato para diputado. Lo que no dice el supuesto informante es que para las elecciones de 2006, Alianza PAIS, el movimiento de Rafael Correa, no presentó candidatos a la asamblea pues su propuesta era avanzar hacia una Asamblea Constituyente. El diálogo que entre el asambleísta y el exguerrillero no existió. Ese punto de vista no aparece en el documental.



Para santificar la supuesta vinculación de Velasco con la guerrilla colombiana, en el documental aparece el coronel Mario Pazmiño, quien afirma que el asambleísta movilizó a la gente en el derrocamiento de Lucio Gutiérrez. Pazmiño es ahora candidato a asambleísta por el Partido Social Cristiano.



La parte inicial del documental parte de la suposición de que la primera campaña de Alianza PAIS fue financiada por las FARC. Para ello, hacen uso de un video del “Mono Jojoy” que fue deslegitimado por la mismísima Organización de Estados Americanos.



En ese video trucado, Jojoy afirma que su organización financió la campaña de Correa. Ni siquiera su hermano Fabricio acepta esta versión, pero sí abre una ventana para que el periodista del diario El Universo, sentenciado por injurias, Emilio Palacios lo afirme de manera contundente.



En este rubro, continúan las contradicciones pues Fabricio Correa asevera que las FARC le dijeron estar agradecidos por que Rafael Correa no los llama “terroristas” sino combatientes (esa es la ventana que abre el documental).



No olvidemos que la reunión de Fabricio habría sido antes de que el actual presidente llegue a Carondelet. Hasta ese momento, Rafael Correa no se había pronunciado sobre las FARC; de hecho, lo hizo cuando ya era presidente en el programa Aristegui, de CNN.



El ahora opositor, Gustavo Larrea, quien fue parte de la primera campaña de Rafael Correa, desmiente categóricamente, esta afirmación. “Es un absurdo. A mí, en lo personal me parece una tontería.



A mí no me consta que haya pasado una cosa de este tipo y considero que es una tontería pretender decir que en la campaña de Rafael Correa (…) tuvo ese financiamiento (de las FARC) porque considero que eso no es ético y que no tiene que ver con los hechos y con la verdad”, confirma Larrea.



Entre otras incongruencias que tiene el pretencioso documental, alias Chorizo afirma que, para favorecer a Correa, las FARC pusieron droga en un barco de Álvaro Noboa –el otro candidato– “antecitos de la campaña”. Sin embargo, la droga encontrada en el barco de Noboa data del 27 de febrero de 2007, cuando ya Noboa había perdido las elecciones que se realizaron el 26 de noviembre de 2006. Otra falsedad queda al descubierto.



La otra falacia que se pretende sostener es que el aparato estatal ecuatoriano estaría cedulando, en la actualidad, a personas vinculadas con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Para ello, y quitando toda referencia respecto a fechas, el coronel Pazmiño asegura que “gran cantidad de gente del secretariado (de las FARC) tiene cédula ecuatoriana”.



El mismo video –aunque de modo involuntario- se encarga de desmentir la vinculación del actual gobierno pues las cédulas que aparecen son de Rodrigo Granda, emitida en 1995; Tamile Restrepo, emitida en Quito, en 1996; Nubia Calderón, emitida en 1995; es decir, cuando en la presidencia estaban Gustavo Noboa y Abdalá Bucaram.



Todas las cédulas que se muestran son antiguas y nada tienen que ver con la moderna identificación con la que cuentan los ecuatorianos en la actualidad.



El resto del pretendido documental se centra en atacar, burlarse y hasta denigrar a quienes están alrededor de Rafael Correa, a su familia. Sus imágenes pasan por afianzar los contenidos del artículo de opinión de Emilio Palacio, titulado “No a las mentiras”.



Palacios aparece en Miami y confiesa tener propiedades como vehículos, departamento y tarjetas de crédito; justifica el ingreso forzoso al canal del Estado ecuatoriano aquel 30-S; absuelven a los inculpados como Alejandra Cevallos.



“Rafael Correa: retrato de un padre de la patria” no es más que un conjunto de imágenes superpuestas, trucadas y montadas, un documento que nada tiene de periodístico.



En esos 51 minutos se transgrede la norma más básica del periodismo: la ética; la línea de tiempo es manipulada y nunca se menciona las fechas en que aparecieron cada una de las declaraciones.



Para Paco Velasco, legislador y periodista, este documento no tiene valor alguno y no le sorprende que aparezca a vísperas de la campaña electoral.


 

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