lunes, 6 de agosto de 2012

“Si yo volviera a nacer, volvería a escoger a esta tierra para vivir”

***SNN





BUENA FE | “Si yo volviera a nacer, volvería a escoger a esta tierra para vivir”, con estas palabras describe alegremente la felicidad que siente este manaba en haberse radicado en el cantón Buena Fe.
Lleva 35 años viviendo en esta tierra, “su tierra como nos dice él”, hasta ahora no ha pensado en irse y si le llega la muerte le gustaría que sea en este lugar, manifiesta.

Jacinto Ramón Solorzano es un hombre muy expresivo, característico de los manabas, su alegría refleja que a pesar de los años no se siente acongojado.

Una sonrisa siempre se dibuja en rostro aunque en sus manos se sienten los rastros de un arduo trabajo lijando y puliendo madera cuando hace sus carrocerías.

Sus manos son fuertes, con mil y una habilidades, manos viriles que han logrado convertir un simple madero en los más hermosos cajones de maderas para los vehículos, su creatividad no tiene limite y cada cosa por más difícil que le piden la construye.


Su vida

Su mente se remonta al 08 de mayo de 1976, fecha cuando por primera vez llegó junto a su esposa a esta bendita tierra la cual lo ha acogido como un hijo más.

Desde que llegó de Manabí y con la experiencia encima adquirida en ese mismo lugar, optó por colocarse un taller donde empezó haciendo butacas de todos los modelos que le solicitaban.

Así transcurrió el tiempo y ya pisaba los años 80, tiempo que denomina clave para su crecimiento económico, pues ahí fue cuando se consolidó en su negocio.

“Yo crecí gracias a que el cacao había surgido, la ventas en esos años eran muy buenas y los clientes no me faltaban” recuerda.

Para ese entonces tenía la ventaja que todos los transportes eran de madera e incursionó en el negocio de la carrocería.

Fue uno de los primeros fabricantes de cajones en el cantón, después de él otras personas han iniciado con este trabajo.

Considera el año 1982 como una fecha trágica, pues empezó a devaluarse el sucre, su negocio para fortuna ya estaba consolidado, y no sintió tan de cerca la crisis, pero los trabajos bajaron.

Su familia y él han formado toda una vida en este cantón, su negocio ha ayudado a que el lugar crezca comercialmente, tiene clientes de diferentes lugares del país quienes les hacen pedido.

Sus trabajos son complejos, pero asegura hacer un cajón grande como para camión en dos semanas, pues no por gusto tuvo seis años de aprendizaje en su natal Manabí.

Hablar con el es ver cómo un hombre de su edad tanto a este pueblo a tal punto que menciona que si en algún momento lo llegan a botar de ahí, el se agarra como gato pero no se va.

Su negocio es reconocido en el cantón y sus 35 años de experiencia marcan la mitad de su vida haciendo lo que más le gusta, ocupar sus manos y su creatividad para entregar buenas carrocerías.

El tipo de madera y materiales que usan no fueron revelados, ese lo considera su secreto al igual que la técnica que usa, pero si detalló que cada cajón que hace lo elabora con amor, paciencia y empeño.

FRASE

“ El semblante de la vida me dijo que debía iniciarme en este cantón, lo intenté no me dí por vencido y aquí estoy”





Fuente: LA HORA*



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