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Al parecer los celos provocaron que un miembro del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) de la Policía Nacional disparara a su pareja, también policía del área de tránsito, y luego él se suicidara con un impacto con su arma de dotación.
El trágico hecho se produjo la tarde del jueves pasado en el barrio La Perla, ubicado en el sur de Quito, donde fueron encontrados abrazados los cuerpos de la policía de la Unidad de Tránsito Mayra Alejandra Caiza Acosta, de 27 años, y del comando de inteligencia Fernando Vidal Escobar Cusme, de 26.
Según versiones de allegados, la pareja terminó hace tres años su relación y de la cual había procreado un niño de 5 años
Al parecer, según los testimonios, Vidal no habría podido superar la ruptura por lo que constantemente buscaba a Caiza para reclamarle y pedirle una nueva oportunidad.
Se conoció que el jueves, el uniformado pasó por la casa de su expareja aproximadamente a las 07:00 y le habría pedido que lo acompañara a su departamento, ubicado en las calles Quitumbe Ñan y Pasaje Balseca, según los datos que constan en el parte policial.
Ya en ese lugar, el uniformado al parecer empezó a agredir físicamente a la mujer, pero ella logró enviar algunos mensajes de texto, antes del mediodía, a una de sus compañeras del Grupo de Tránsito de Pichincha, en los que le pedía ayuda y le decía que estaba muy asustada por la actitud del agente del GIR.
Estos mensajes alertaron a los padres de la agredida, José Caiza y Jamaira Acosta, quienes acudieron hasta la casa del policía; sin embargo, no encontraron nada extraño.
En la tarde, un nuevo mensaje obligó a los progenitores a volver a la vivienda aproximadamente a las 18:50, esta vez acompañados por miembros de las UPC de Guamaní Alto y Nueva Aurora, quienes encontraron las luces del departamento apagadas y no registraron movimientos extraños.
ALERTA DE VECINOS
Sin embargo, los moradores del sector informaron que minutos antes se escucharon dos detonaciones y luego quejidos de un hombre y una mujer.
Ante estas declaraciones, los agentes ingresaron hasta la vivienda por una casa aledaña y encontraron en la cama los cuerpos de los policías: ella con un disparo en la cabeza y golpes en el rostro, mientras que Escobar tenía un disparo a la altura de la sien y sostenía con su mano derecha una pistola Glock, que es el arma de dotación de la policía, con la que habría consumado el crimen.
También se encontró una motocicleta junto a la puerta del departamento, presumiblemente para impedir que otras personas ingresaran al sitio.
Ayer, el padre de Mayra aseguró que el problema del policía Escobar Cusme era que “estaba enfermo de celos y por eso generaba incidentes y maltrataba” siempre a su hija.
Agentes de la Policía Nacional indicaron ayer que investigan el móvil de este trágico acontecimiento entre dos compañeros de la institución.
Hermetismo
Familiares de la policía fallecida no quisieron dar mayores detalles del hecho y mostraron su molestia ante la presencia de periodistas. Hasta la tarde de ayer se esperaba la presencia de los familiares del miembro del GIR en la morgue.
Exámenes
Agentes investigadores indicaron que harán un examen al arma que fue encontrada junto al cuerpo del uniformado.
El trágico hecho se produjo la tarde del jueves pasado en el barrio La Perla, ubicado en el sur de Quito, donde fueron encontrados abrazados los cuerpos de la policía de la Unidad de Tránsito Mayra Alejandra Caiza Acosta, de 27 años, y del comando de inteligencia Fernando Vidal Escobar Cusme, de 26.
Según versiones de allegados, la pareja terminó hace tres años su relación y de la cual había procreado un niño de 5 años
Al parecer, según los testimonios, Vidal no habría podido superar la ruptura por lo que constantemente buscaba a Caiza para reclamarle y pedirle una nueva oportunidad.
Se conoció que el jueves, el uniformado pasó por la casa de su expareja aproximadamente a las 07:00 y le habría pedido que lo acompañara a su departamento, ubicado en las calles Quitumbe Ñan y Pasaje Balseca, según los datos que constan en el parte policial.
Ya en ese lugar, el uniformado al parecer empezó a agredir físicamente a la mujer, pero ella logró enviar algunos mensajes de texto, antes del mediodía, a una de sus compañeras del Grupo de Tránsito de Pichincha, en los que le pedía ayuda y le decía que estaba muy asustada por la actitud del agente del GIR.
Estos mensajes alertaron a los padres de la agredida, José Caiza y Jamaira Acosta, quienes acudieron hasta la casa del policía; sin embargo, no encontraron nada extraño.
En la tarde, un nuevo mensaje obligó a los progenitores a volver a la vivienda aproximadamente a las 18:50, esta vez acompañados por miembros de las UPC de Guamaní Alto y Nueva Aurora, quienes encontraron las luces del departamento apagadas y no registraron movimientos extraños.
ALERTA DE VECINOS
Sin embargo, los moradores del sector informaron que minutos antes se escucharon dos detonaciones y luego quejidos de un hombre y una mujer.
Ante estas declaraciones, los agentes ingresaron hasta la vivienda por una casa aledaña y encontraron en la cama los cuerpos de los policías: ella con un disparo en la cabeza y golpes en el rostro, mientras que Escobar tenía un disparo a la altura de la sien y sostenía con su mano derecha una pistola Glock, que es el arma de dotación de la policía, con la que habría consumado el crimen.
También se encontró una motocicleta junto a la puerta del departamento, presumiblemente para impedir que otras personas ingresaran al sitio.
Ayer, el padre de Mayra aseguró que el problema del policía Escobar Cusme era que “estaba enfermo de celos y por eso generaba incidentes y maltrataba” siempre a su hija.
Agentes de la Policía Nacional indicaron ayer que investigan el móvil de este trágico acontecimiento entre dos compañeros de la institución.
Hermetismo
Familiares de la policía fallecida no quisieron dar mayores detalles del hecho y mostraron su molestia ante la presencia de periodistas. Hasta la tarde de ayer se esperaba la presencia de los familiares del miembro del GIR en la morgue.
Exámenes
Agentes investigadores indicaron que harán un examen al arma que fue encontrada junto al cuerpo del uniformado.
Fuente: EL UNIVERSO*
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