Un grupo de canillitas, que labora en la Terminal Terrestre de Guayaquil, asegura que los distribuidores de diario El Universo los amenazan por expender El Telégrafo y PP El Verdadero.
La gresca ocurrió hace aproximadamente un mes. Lucrecia Ostaiza, vendedora de periódicos y lotería de los exteriores de la Terminal Terrestre de Guayaquil, recuerda que aquel día presintió que algo malo iba a ocurrir.
Semanas antes, su esposo había tenido una seria discusión con el principal distribuidor de diarios y que reparte en la terminal de pasajeros las ediciones de diario El Universo.
A los pocos días de esa discusión, Ostaiza fue abordada por varios agentes de la Policía Metropolitana en su pequeño puesto, ubicado en los paraderos de los buses urbanos, en la parte exterior de la terminal.
“Los uniformados comenzaron a rebuscar en mi puesto, cogieron los diarios, los billetes de lotería, las revistas, todo... Una parte me la tiraron al suelo y otra me fue confiscada”, rememora la voceadora, que desde hace varios años trabaja en ese puesto.
Su esposo, Pedro Anchundia, labora como canillita en el interior del edificio y es uno de los cerca de 18 voceadores que tienen permitida esta actividad en la estación de pasajeros. “Nosotros vendemos distintos periódicos en los tres pisos de la terminal. Somos pocos los compañeros que estamos autorizados para este trabajo. Lo hemos hecho normalmente, pero en las últimas semanas las cosas se han complicado”, confiesa el vendedor.
Tanto Anchundia como seis de sus compañeros -quienes prefirieron omitir sus nombres- acusan a Augusto Cevallos, distribuidor de El Universo en la Terminal Terrestre, de acosarlos constantemente por vender El Telégrafo y PP El Verdadero.
“Él siempre nos dice que no vendamos esos periódicos, que no nos pongamos camisetas alusivas a los diarios públicos. Caso contrario, seríamos sancionados con una menor distribución de los libros que vienen con El Universo. Muchas veces esos libros se los queda él mismo para venderlos”, asegura.
Uno de los voceadores que acompañan a Anchundia afirma que Cevallos, además, cuando se percata de que en las perchas hay ediciones de El Telégrafo o de PP El Verdadero las voltea para que las personas no puedan ver el nombre del producto. “O sencillamente coge los periódicos, los esconde o los bota”, señala.
Anchundia confirma que Cevallos los ha amenazado con una suspensión temporal o con el impedimento de circular en la Terminal Terrestre de Guayaquil, si continúan vendiendo productos que estén vinculados a los medios públicos.
Similares advertencias reciben los canillitas que se oponen a asistir obligatoriamente a las marchas en rechazo a la sentencia en contra de diario El Universo, debido a la demanda interpuesta por el presidente de la República, Rafael Correa.
Fuente: EL TELÉGRAFO*
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