A sus 82 años de edad, el productor Santiago Romero no termina de creer lo que sucede con sus plantaciones bananeras. Con paso lento recorre su hacienda El Sauce, de 23 hectáreas, ubicada en El Guabo (El Oro), y mira con tristeza cómo sus racimos son tumbados y colocados en el piso.
Cada semana tiene que cortar 1 200 racimos que cumplen la edad para ser embarcados y exportados. Hace tres semanas se quedó sin contrato y no tiene comprador. “Me quieren pagar 2 dólares por la caja de banano, pero eso no me alcanza para nada. Mejor tumbo el racimo y lo regalo, que me sale más barato”.
Romero firmó hace seis meses un contrato con los representantes de la marca Chiquita, que le pagaba el precio oficial de USD 5,50. “De repente comenzaron a poner trabas y pretextos por la mala calidad de la fruta y me iban reduciendo el cupo. Hasta que un día me dejaron de comprar las 1 200 cajas semanales”.
Los 12 empleados que laboran con Romero tratan de mantener limpia la plantación y regalar la fruta. La idea es que no se amontonen los racimos en la hacienda, ya que la próxima semana deberán cortar 1 200 racimos nuevos.
Los ahorros de Romero y los ingresos que obtiene por otros cultivos le permiten mantenerse todavía en el negocio y pagar a sus empleados. “Cuando los precios estaban altos ahorré para épocas de crisis. Pero esta es la peor y solo podré aguantar 15 días más”.
La preocupación de los pequeños bananeros aumenta cada día, pero por la desesperación algunos aceptan cualquier valor por su caja. Walter Sempértegui, bananero, contó que no le queda otra que recibir USD 3, aunque tiene firmado un contrato por USD 5,50. Su hacienda se ubica en San Vicente, en la vía a Pasaje, y tiene 20 hectáreas. “Por lo menos me alcanza para pagar a los empleados, aunque no genera utilidades. Me dicen que el mercado está malo pero los más afectados son los pequeños productores”.
Sempértegui sostuvo que la situación se complicó con el aumento de producción. “Hace meses, por causa del frío se redujo en un 40% y el precio era alto. Ahora volví a producir 1 000 cajas pero el precio está por el piso”.
En cambio otros bananeros mantienen sus contratos. Claudio Minuche, de la hacienda Claudia María, de 45 hectáreas, no tiene problemas con el precio. Su producción es de 1 800 cajas y recibe los USD 5,50. “Si me reducen el valor de la caja entraría en saldos rojos y no podría mantenerme en el negocio. Mis costos de producción superan los USD 4,50 y por eso no puedo recibir menos del precio oficial”.
Minuche vende su fruta a la marca Don Óscar, que se comercializa en Rusia, reconoce que el negocio bananero atraviesa por una crisis y que su contrato ha sido respetado todo el año.
Según los registros del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap) existen 7 334 productores que registran una extensión de 170 896 hectáreas. Pero la estructura productiva revela que los productores que más problemas tienen son los que poseen menos de 25 hectáreas de producción que representan el 73% de todo el país.
Por eso una parte de los gremios bananeros solicitó la emergencia para que el Estado intervenga con créditos a las exportadoras para que paguen el precio oficial . Además que compre los racimos que no se exporten a USD 3.
Eduardo Ledesma, director de la Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador (AEBE), sostuvo que la reducción de un millón de cajas semanales es urgente para equilibrar el mercado internacional y para que los precios se recuperen. Ecuador exporta semanalmente 4,2 millones de cajas y la propuesta es que durante las próximas seis semanas se comercialicen 3,2 millones.
Pero hay grupos de productores de La Maná (Cotopaxi) y de la Asociación de Bananeros de El Oro (ABO) que no piden la declaratoria de emergencia. Jorge Toapanta, de la ABO, dijo que la mejor solución es que se constituya el Instituto del Banano y la empresa estatal exportadora de banano.
Mientras encuentran la solución, Santiago Romero y otros pequeños bananeros siguen cuidado la hacienda en El Guabo para que no se destruya. Pero si nadie compra la fruta madura y verde esta seguirá regada en el piso.
Testimonios de dos productores y un exportador de banano
José Guerrero/ Exportador
‘Hay que hacer respetar la Ley’
Los dos últimos años han sido malos para la industria bananera. El clima malo, guerras en Oriente Medio y la sobreoferta de frutas han afectado al mercado internacional. Lo mejor que puede hacer el Gobierno es aplicar una política que haga respetar a rajatabla la Ley a todos, hay un precio oficial.
Con esa medida muchos productores serán afectados y en especial los que no pudieron firmar los contratos a tiempo. Se puede calcular que más o menos el 35% de los productores se quedarán sin vender la fruta por varias semanas, y eso seguramente causaría la quiebra. Otra solución es que el Estado intervenga comprando los racimos a los productores que no puedan vender, como ya lo hizo el año pasado, y con eso se reduzcan los niveles de producción.
Paúl González/ Productor
‘La emergencia es la solución inmediata’
La declaratoria de emergencia del sector bananero es la mejor solución en estos momentos. Los exportadores ya no tienen liquidez para pagar a los productores el precio oficial. Por eso la emergencia es para que el Gobierno entregue créditos a las empresas y puedan pagar esos valores oficiales y no menos de dos dólares.
Esta solución es inmediata para luego establecer una agenda que involucre a todos los sectores. Hay que salvar la producción y las plantaciones para que no se origine una crisis social. Con la emergencia, la Corporación Financiera Nacional (CFN) entregará recursos y con los fondos que tiene el Magap por los descuentos del 1 por 1000 a las cajas exportadas, se podrá pagar 3 dólares por racimo cortado. Ahí hay como USD 15 millones.
Segundo Solano/ Productor
‘Los bananeros están divididos’
Hay un adagio que dice divide y reinarás. Y eso es lo que pasa lamentablemente en el sector bananero. Hay un grupo de productores que está aliado con los exportadores para beneficiarse y por eso solicita la emergencia. La propuesta más seria es crear el Instituto del Banano, que se financie con el descuento del 1 por 1 000 que se aplica a cada una de las cajas exportadas. Eso ayudará a corregir los problemas que enfrenta el sector con los altos costos de producción como insumos y fumigación.
Cualquier plan de salvataje para el sector productor debe hacerse sobre una estructura establecida y no sujeta al caos, la anarquía y la improvisación. Porque fácilmente -si hacen planes así- eso nos llevaría a graves escándalos de corrupción y fracaso de todo lo planificado.
Fuente: EL COMERCIO*
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