El presidente de la República volvió a mencionar el sábado la posibilidad de extraer el crudo ubicado bajo el Parque Nacional
El presidente Rafael Correa volvió a mencionar en su último enlace sabatino el plan B en caso de que falle la Iniciativa Yasuní ITT, de mantener el petróleo bajo tierra con la colaboración de la comunidad internacional.
El plan A pretende dejar de explotar los campos Ishpingo, Tambococha y Tiputini (ITT) situados en el Parque Nacional Yasuní.
Correa insistió en que el Ecuador está dispuesto a dejar cerca de 900 millones de barriles de crudo sin explotar, con un valor equivalente a unos $7 mil millones (que con los precios actuales del petróleo podrían duplicarse), para colaborar en la mitigación del calentamiento global, pero "al menos dennos la mitad de lo que cuesta ese petróleo", dijo el mandatario.
Según explicó la jefa del equipo negociador del proyecto, Ivonne Baki, en una entrevista con HOY, hasta el momento se han recaudado $1 656 483 procedentes de España, Chile y la Fundación Avina como contribuyentes internacionales; además de $56 083 de aportes al fideicomiso de la Corporación Financiera Nacional. Baki comentó que aún están en proceso aportes por $300 000 del Perú y $402 000 del gobierno de Valonia en Bélgica. Sin embargo, en caso de no obtener el apoyo internacional, la opción que queda es explotar a pesar de no querer hacerlo, explicó Baki.
Únicamente Ishpingo no se tocaría por estar en su totalidad dentro del parque Yasuní.
En el caso de Tiputini, solo una parte está dentro de la reserva natural, por lo cual la explotación se realizaría sin intervenir en la zona protegida.
Mientras que para Tambococha se planea una excavación horizontal, bajo tierra, que conecte este campo a Tiputini, para desde ahí hacer la extracción.
Para el analista petrolero Augusto Tandazo, la propuesta del plan B es la única alternativa que tiene el ITT. "El plan A fue una tomadura de pelo" aseguró Tandazo, ya que, según el analista, el proyecto no tiene cabida en el mercado internacional del carbono, ni calza en los planteamientos del Protocolo de Kioto, ni con el régimen europeo de derechos de emisiones.
"La propuesta nunca tuvo la menor posibilidad de éxito" dijo Tandazo.
Con él concuerdan el municipalista Alfredo Ortiz, miembro de la Comisión de Biodiversidad y Recursos Naturales de la Asamblea Nacional y Luis Aráuz, experto en temas petroleros.
Ortiz aseguró que el plan B se acerca cada vez más porque era previsible el fracaso de la idea.
"Siempre estuvimos conscientes de que era imposible alcanzar los objetivos de la propuesta", afirmó Ortiz quien dijo, además, que la extracción siempre estuvo dentro de las metas del Gobierno; por eso "ya no hay quien la detenga".
El analista Aráuz también comparte la visión de los anteriores y afirmó que la explotación se veía venir, debido a los precios del petróleo, que hacen imposible que la producción nacional se quede fuera.
Una preocupación que extiende Aráuz es sobre quien y cómo se hará la ejecución del plan B.
"Es una explotación que se debe hacer con todo cuidado. El enunciado no es suficiente, es necesario saber si se va a hacer una licitación, cómo se escogerá a quien desarrolle la actividad, así como las medidas se va a tomar para evitar los problemas ambientales y de respeto a las comunidades indígenas".
Tandazo asegura que la mejor opción es sumar esfuerzos de los ambientalistas y los conocedores de la producción petrolera y trabajar por el bien del país en los dos frentes. "Ese es el único proyecto posible" aseguró Tandazo, quien dijo que su viabilidad esta demostrada, como lo demuestra su desarrollo en Perú. )
Antes y ahora
En la Cumbre Internacional del Medio Ambiente, Ivonne Baki, jefa del equipo negociador del proyecto Yasuní-ITT, dijo que no había plan B. A causa del bajo apoyo recibido, ahora el Gobierno estudia su aplicación.
El presidente Rafael Correa dijo que se hará la explotación petrolera con la mayor técnica posible y las consideraciones ambientales necesarias. "Somos gente buena y sabemos hacer las cosas, tengan confianza", dijo.
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