miércoles, 14 de julio de 2010

¡Todo cambia!

***SNN
El Telegrafo

PADRE PEDRO PIERRE
pedro.pierre@telegrafo.com.ec

Así cantaba Mercedes Sosa con su voz melodiosa y potente, repitiéndonos: “Todo cambia, todo cambia…”. Las referencias y normas que teníamos se están esfumando y las nuevas no son tan claras como estábamos acostumbrados. Frente a esta situación, las actitudes son diversas.

Muchos caen en la indiferencia y siguen el montón: lo que dice la televisión es la nueva Palabra de Dios. Otros caen en la tentación de idealizar el pasado y pregonan que hay que volver a las dictaduras del ayer. ¿Cómo vivir el presente como don de Dios y oportunidad para construir un futuro mejor? Las oportunidades no faltan.

El cambio mayor es que estamos dejando la era de la agricultura, que nos rigió durante unos 7.000 años. Y no hay marcha atrás: la agricultura manual de papá ya terminó. Terminó también la primacía de la industria y de los avances mecánicos. Claro, seguirán inventos y progresos técnicos, pero no son el motor principal que mueve el mundo de este tercer milenio.

Hemos pasado a la era de la comunicación: sus señales son los celulares que nos invadieron en menos de 10 años; a la era del conocimiento: sus señales son las computadoras que almacenan miles de millones de informaciones y las ponen al instante a nuestra disposición; a la era de la innovación: a cada momento aparecen nuevos productos más sofisticados los unos que los otros y nos cuesta mantenernos al tanto de los más necesarios. “Todo cambia, todo cambia…”.

América Latina está cambiando: nuevos proyectos políticos, más independencia del imperio norteamericano, unión con los países emergentes como África del Sur, India, Irán, Turquía… Los pueblos indígenas se hacen los protagonistas de un proyecto de sociedad mediante su cosmovisión del “vivir bien” que integra a las personas en comunidades más equitativas y en armonía con la naturaleza.

Los Estados Unidos están conociendo una crisis industrial y económica de la que no logran salir. Se salvan por la industria armamentista, lanzando guerras tan impopulares como desastrosas e imposibles de ganar.

“Hoy tenemos tantas oportunidades
como ayer, si sabemos mirar los signos de los tiempos”


La Unión Europea no logra desde hace 3 años superar la crisis financiera que hunde a los países más débiles, como Grecia, España, Irlanda… aplicando remedios neoliberales que son peores que los males.

Las religiones colapsan poco a poco, porque el cambio de era les exige cambios radicales que no están dispuestas a emprender. En su reunión en Aparecida, Brasil, ya hace 3 años, los obispos auguraron un “fuerte remezón” para la Iglesia católica para que pase de una pastoral de conservación a una decidida opción por los pobres contra su pobreza y mortandad. Décadas de restauración e instituciones tradicionales hacen imposibles la creatividad y las respuestas necesarias.

Jesús nos invita a abrirnos a las novedades; decía y nos dice: “A vino nuevo, odres nuevos”. Hoy tenemos tantas oportunidades como ayer, si sabemos mirar los signos de los tiempos. Las religiones colapsan, pero las espiritualidades siguen más vivas que nunca; las normas y las leyes se vuelven caducas, pero la ética se hace más amplia y global.

“Todo cambia, todo cambia…”. ¡Bendito sea Dios!

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